TPD | once

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Jungkook

—¿En serio te importa mucho?—quitándome el cigarrillo de los dedos, lo coloca en los suyos para darle una calada—, pensé que solo querías información e incluso follarla después, aunque ahora que lo pienso, no hubieras convertido a Jimin en un desastre solo para que terminará con su novia.

Bufando, me acomodo mejor en el sillón mullido, estirando mis piernas sin importarme ser un estorbo para el paso del resto. Ambos sabíamos que Park una razón lo suficientemente estúpida para romper con su relación de años.

—Fick dich¹—mascullo lo suficientemente alto para que Taehyung escuchara.

—Deja esa mierda, sabes que no entiendo—tirando el cigarro, se levanta de la silla para después aplastar la basura con su bota—, tu actitud solo me confirma que estas enojado porque te dejó y prefirió a Jimin por encima de ti.

Que me recordará aquello es un golpe bajo, hace tan solo unas horas podía afirmar que tenía a Shin en la palma de mi mano, que me había ganado su confianza para poder moldear todo a mi antojo. Me equivoqué.

Al parecer la pequeña pecosa no era tan fácil como pensé que lo sería cuando la vi por primera vez en el departamento que comparto con Jimin. Me atrevo a decir que la clasifique en las manipulables y fáciles de obtener, pero no contaba que tuviera un sin fin de problemas que la llevarán al borde de reducirse a nada.

—¿Tienes lo que te pedí?—sonriendo con sorna, camina hacia la estantería vieja que se encuentra en el cuarto y, sacando un folder amarillo con diversos papeles que parecían apunto de desbordarse, me lo entrega con un desdén que se me antoja fanfarrón.

—Como si te fallará en este tipo de cosas—suspirando profundo, pasa una mano por su ondulado cabello. Mirándome con seriedad, se piensa dos veces lo que va a decirme—, su padre está hasta al fondo de negocios, Jeon. No creo que debas tomar las cosas tan aligera. Tu abuelo sin duda te matará si se entera del nuevo juguete que agregaste.

La advertencia quedó vagando por todo el cuarto, viniendo y yendo como la meta a la maldición de una derrota. Tomo con interés los papeles algo arrugados dentro del folder, lavado de dinero, negocios en bajos barrios y, por su puesto, un sin fin de ganancias que no tenían un respaldo de su proveniencia. Me quedo mirando con atención la hoja donde viene la información sobre su familia o, tal vez, familias queda más adecuado.

Ante mi silencio, Taehyung echó un vistazo a la página que no podía soltar.

—Al parecer su hija, Shin Saebi, a los catorce obtuvo una buena golpiza que la llevó al hospital—cruzando sus brazos sobre su pecho, sus facciones se enfurecen—, no se sabe la causa, al parecer el señor Shin pagó una buena cantidad para que la policía quedará fuera del asunto cuando el hospital preguntó la causa del estado de la menor.

No hacía falta que alguno de los confirmara las sospechas que empezaban a pesar en nuestro paladar. Podía recordar el miedo de la castaña en la mañana, su cuerpo temblando y sus ojos oscuros buscando una ayuda que no podía darle sin entender. Sabía por Jimin que su vida era una mierda, pero ahora, viendo las imágenes de una pequeña pálida en un estado deplorable por los golpes me hizo querer vomitar.

—Hijo de puta—arrugando los papeles, los tiro con enojo—, ahora entiendo porqué su padre no puede enterarse que terminó con Jimin. Eso solo agrega más problemas al montón.

Relamiendo mis labios, pateo con fuerza de la pequeña mesa de centro. Si tan sólo hubiera investigado antes de convencer a Jimin de ideas erróneas, justo ahora Saebi tendría su relación conformista y yo podría haber encontrado otra forma menos mierda para ella.

TPD. Tocada por Dios | J.JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora