Regalo de luna [Finalizado]

CAPÍTULO 01

2/3

Lunes

Las nubes grises bajas enmascararon la media luna dando a la noche un brillo difuso misterioso. Las aceras de Sukhothai Street brillaban bajo las farolas después de la lluvia de la tarde. El agua limpió el hollín de las calles de la ciudad y puso en el aire el olor distintivo del otoño. Hasta este año, a Gun siempre le había gustado octubre. Las hojas de los árboles plantados entre la acera y el bordillo comenzaron a cambiar de color de verde a amarillo, luego de rojo a marrón. Luces se veían a través de las ventanas de los apartamentos creados a partir de las casas de piedra rojiza de la época federal que se alineaban en la calle. A veces veía una chimenea encendida detrás de los balcones franceses. En contraste con el aura de un oasis urbano pacífico sobre las aceras, afuera, grupos de cinco o seis jóvenes homosexuales pasearon por la acera, para luego ser seguidos por pandillas de diez o más. Se gritaron y se empujaron unos a otros junto al famoso The River Tower A, donde comenzó el primer movimiento del Movimiento de Liberación Gay, continuaron desde Sukhothai hasta Pattaya Street y el muelle de Sukhothai construido sobre el río Kwai.

Algunas de las pandillas más bulliciosas llevaron a cada uno de los grupos a su destino: aquellos que vendían sus cuerpos y aquellos que solo esperaban tener suerte. Pero esta noche todo lo que notó fue la agitación en sus entrañas. No había comido en tres días. Esta noche lo iba a hacer, se vendería. No tenía elección.

Desde agosto pasaba las noches en los pisos de los dormitorios de sus amigos. Perdió su apartamento porque no podía pagar su parte del alquiler y no tenía dinero para la matrícula de su último semestre. La galería de arte donde trabajó para llegar a fin de mes lo despidió en septiembre porque el arte no era una prioridad en medio de la recesión económica.

No estaba seguro de querer hacer esto; pero era venderse o quedarse en la calle. Gun estaba asustado; pero demasiado hambriento para preocuparse y suficientemente pragmático para saber lo que tenía que hacer. Tenía que convencerse a sí mismo de eso. Prostitución, simple, se iba a convertir en un chico rentado. Las lágrimas cayeron de sus pestañas y bajaron por sus altos pómulos. Nunca antes entendió por qué alguien se vendería por dinero. Ahora lo sabía, se alquilaba o se moría de hambre; esas eran sus elecciones. Sing, uno de los muchachos en Ratchaburi que conoció a través de un amigo en la Universidad de Bangkok, le dijo que podía ganar mucho dinero en el intercambio.

—Eres pequeño, castaño de piel clara y sin pecas, amigo. Tus labios están llenos, tus ojos de un marron brillante. Te ves mucho más joven de lo que eres. Podrías hacer una fortuna en este negocio, el twink perfecto, pero creo que necesitamos encontrarte un chulo para estar seguro.

—Esto no es una elección de vida. Todo lo que quiero es dinero para comer y conseguir un lugar para dormir hasta que tenga suficiente para un boleto de autobús a Chian Rai. Mi amigo Mike vive allí con su esposa. Él me acogerá y tendré la oportunidad de ganar unos cuantos dólares en un trabajo honesto para que pueda terminar la escuela.

—Te cuidaré hasta que puedas ponerte en pie. Puedes caer conmigo en el sofá; pero no puedo darme el lujo de alimentarte.

—Gracias, te debo—. Caminaron juntos hacia el muelle.

Un gran hombre acechaba en el borde del muelle mirando a cada chico al llegar. Parecía oscuro y amenazador.

—Oh, mierda, tenemos que ir a escondernos. Corre detrás de ese contenedor de basura en el callejón y no salgas hasta que yo venga a buscarte. Ese ruso está en el comercio rudo. Los chicos que le gustan desaparecen y va por los twinks. Si quieres mantenerte sano, corre.

—¿Qué hay de ti? —Gun miró a su alrededor en pánico.

—Él no me quiere, así que estoy a salvo. Ahora vete, confía en mí. —Gun corrió. Sing no tuvo que decírselo dos veces. Estaba a punto de prostituirse, pero no era tonto. Se escondió detrás de un gran contenedor verde en el lado derecho del callejón. Tiró bolsas de basura y basura delante de él para cubrirse.