Cap. 13

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León se encontraba aun en el sueño disfrutando de una buena cena hecha por el Sandy imaginario.

- Esta jodidamente delicioso. - Dijo el castaño babeando un poco.

- No se dicen groserías en la mesa. Y no babees, es asqueroso - Río el pelimorado.

Leon se encontraba muy a gusto. Al parecer el hecho de tener a Sandy de su lado. Cocinandole y cumpliendo sus caprichitos, además de mimarle y llamarle por apodos cariñosos, no le disgustaba para nada. Todo lo contrario, creía estar enamorado.

Se detuvo un momento de comer, cosa qué el menor noto, y luego bajo la mirada algo deprimido.

- ¿P-por que no puede ser así allá afuera?. - Pregunto con real duda. ¿Qué les iba a impedir estar juntos?, comer juntos, cocinar juntos, humillar latas de aceite con pito.

- No es fácil y lo sabes. Me has hecho mucho daño allí afuera. - Respondió el dormilón tomando la mano del joven por encima de la mesa.

- L-lo siento tanto. - Pidió de forma sincera. Cosa que el otro escucho y sonrió débil por el sueño.

- No te preocupes por eso ahora. ¡Pero, oye!, no debes rendirte, nunca lo haces. Tienes que ser fuerte, pelea por mi. ¡Te estoy esperando allá en algún lado!.

Las palabras animadas con toques cansados le sacaron una risa al mayor. Definitivamente era igual a Sandy. Esos pequeños detalles, a los que tal vez nadie les daba importancia, Leon se los sabía de memoria, cada uno de ellos.

- Peleare por ti, lo prometo. - Dijo el castaño, sacándole la última sonrisa al ojimorado del sueño. Luego este último se convertiría en un tornado, llevándose todo y haciendo girar al camaleón también. - ¡¿Por qué aun no sueño con la puerta?!.

Luego de esto. El chico despertó anonadado, pero sonriendo inconscientemente. Por una cosa y solo por una cosa.

Ya tenía claro lo que quería y lo que haria al respecto.

°°°°

Como era de esperarse, todos estaban emocionados por el cumpleaños de la pelirroja de trenzas. Era lo unico de lo que se hablaba. Puesto que Pam había avisado que sería una fiesta especial, pues se encargaría de dar una buena fiesta esta vez. Ya que su hija ya no era solo una niña.

La última en mencionar se encontraba hablando animadamente con Carl y Sandy. Sobre temas variables y sin importancia, hasta que lo que Jessie quería pedirle al mejor amigo del único ausente llego.

- Sandy.. ¿Será que podrás hablar con Leon para que venga. Yo ya lo he invitado, pero no me confirmo nada y la verdad no quiero que falte. - Pidió con tranquilidad.

¿Sera la falta de sueño lo qué tenía tan distraído? ¿tal vez algo que pasó en su casa? ¿que le pasaba?.. Esas solo eran algunas de las preguntas que el ex-robot se hacía al ver qué su adorado chico pelimorado quedo en blanco ante la petición de su hermana. De hecho podía verse como una mosca se posaba en su parpado derecho y se iba sin ningúna culpa de por medio, ni ningun manotazo del chico dormilón.

- ¿Sandy..? - Preguntó Carl sacudiendo una mano por frente a las perlas moradas del aludido.

- ¡Fue la cafetera con patas!. - Gritó volviendo en si con una expresión asustada, la cual hizo reír a los dos presentes. Se sonrojo y dijo - L-lo siento, estoy algo despistado.

¿Y por qué? ¿por qué estaba el de esa forma tan poco concentrada?. En serio, ¡se choco con el mismo poste de luz dos veces al salir de su casa y volver porque se habia olvidado sus zapatos!. Su propia madre pensó en vendarlo de pies a cabeza de las repetidas ocasiones en las qué su cabeza terminó en el suelo por no ver por donde caminaba... Era algo preocupante.. Y la razón tenía una capucha sobre un cabello castaño.

﹘   ⃝𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐘𝐎︖ ﹖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora