prólogo

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"Esta mañana, creí ver al diablo,
mirándome en el espejo.
Una gota de ron en mi lengua, con una advertencia,
para ayudarme a verme a mí mismo con más claridad.
Nunca quise causar un incendio (causar daño)"...

DAYANNA

Por las noches mi cerebro repite la última vez que nos vimos, la última vez que los abracé, la última vez que les dije que los amaba con lágrimas en mis ojos.

Los extraño tanto, que al recordarlos, mis ojos arden debido a las lágrimas que amenazan con salir, pero yo ya no quiero llorar más, ya no más. Mi garganta arde al tratar de retener todos los gritos con súplicas, gritos que desgarrarían mi alma aún más si los dejara salir, súplicas dónde les pido, que no me dejen sola, que por favor no me abandonen.

Paso saliva intentando apaciguar la quemazón que yace en ella, intentando apagar el fuego del dolor que quema en mí interior, pero al parecer mí propia saliva me traiciona, pues pareciera que bebo un gran sorbo de ácido. Provocando que ahora el interior de mi pecho arda dolorosamente, con cada respiración que doy. ¿Pues como algo tan simple y natural como lo es el llorar, se puede convertir en algo sumamente horrendo?.

Haciendo que verdaderamente todo arda en mí, quemándome completamente por dentro, dejando a cada paso que doy, pequeños pedacitos de un corazón destrozado, con una pizca de cenizas de mí dolor infinito. Las cuáles se esparcen por el aire a mi alrededor dándome un olor a sueños quemados y esperanzas perdidas.
Lloro lágrimas de sangre, las cuales se mezclan con mis obscuras cenizas, dejando un camino lleno de rencor y amargura, por el cual eh vagado por todo este tiempo. Dejando a mí paso gritos, lamentos y, súplicas que tal vez nadie nunca escuche. intento calmar mi dolor, cobijándome con los recuerdos de bellos momentos a sus lados, los cuales me hacen sonreír, pero el dolor, nunca se irá.

Recuerdos de la joven alegre que solía ser antes, llegan a mi mente, sé que en mi interior habitaba una gran luz, como en el interior de todas las personas, esa luz que te hace sentir eternamente feliz, esa que nos hace sentir vivos y enamorados de la vida, a pesar de que tengamos momentos malos. Pero esa luz para mí poco a poco se fue apagando, fue desapareciendo, Hasta que se extinguió, hasta que mi interior se opacó por completo.

Ahora dentro de mi solo hay obscuridad, y eso me gusta. Pues la luz me lastima al intentar darme hermosos recuerdos, la luz me lastima al querer ofrecerme un nuevo motivo por el cual seguir, la luz al final del pasillo antes me daba esperanzas, pero ahora prefiero caminar por ese pasillo en completas penumbras, enfrentándome a lo que me ofrezca, aceptando lo que me de.

La obscuridad me brinda su compañía y con ella su consuelo, haciéndome más fuerte, haciéndome una con ella. A veces la soledad es lo que una persona verdaderamente necesita, para encontrarse realmente así mismo. Pero muchos detestan la soledad, en cambio yo me acostumbre a estar con ella, por qué así lo quise.

Tal vez algún día necesite algo de luz, y la tendré, pues yo misma la encenderé, provocaré la luz de un fuego ardiente y sofocante. Llamas ardiendo a cada lado de mí, abriéndome paso, dejando mis huellas de lo que ahora soy en realidad, y todo arderá, arderán a mis pies los responsables de mí dolor, y la luz de las fuertes llamas abrazadoras iluminarán mis penumbras, dejándoles ver la obscuridad de mi alma, dejándoles ver lo que surgió de mis propias cenizas.

Todo este tiempo, eh tratado de huir de esos malditos demonios que me atormentan cada noche. Detesto escuchar sus voces, detesto lo que me está pasando, detesto sentirme sola. Pero lo que más detesto es saber que el peor de ellos, habita dentro de mí.

La venganza.

Aviso: ⚠️ ADVERTENCIA ⚠️está novela contiene escenas fuertes y explícitas (en todo momento). (+21) 🔥🔥🔥

Queda prohibida la copia o adaptación de esta novela. todos los derechos reservados por el autor.

Atte: Jessica Guerrero. 🖤🔪🖤

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