capítulo 7

6 1 2
                                    

VLADIMIR

Todo esto es una gran mierda, todo va de mal ha peor. Han matado a los hombres que mandé para que me lo trajeran. Hombres que supuestamente estaban “preparados” si, como no, preparados para morir, imbéciles.

El enojo corre por todo mi sistema mientras ejecuto una orden de mi “querido padre”. Otro maldito que hace mis días un infierno, pero no importa, ya estoy acostumbrado y soportaré lo que sea necesario solo por ella.

Ahora solo necesito encontrar a mí…

—Es él, mi señor, es al único que dejaron con vida —ha mis pies dejan caer un cuerpo moribundo.

Me encuentro de pie, en uno de los muchos cuartos de tortura que poseo. Saco uno de mis puros para colocarlo en mis labios, y mi esclava Deniska se apresura rápidamente a encenderlo sin levantar la mirada. Inhalo todo lo que puedo, para después dejarlo salir en dirección al cuerpo que está desnudo en el suelo, temblando y pidiendo perdón, puedo ver que ya le han mutilado ambas manos. Pero ahora me gustaría saber quién lo hizo.

—No preguntare dos veces, así que solo dime ¿Qué fue lo que pasó y dónde está mi mercancía? —comienzo a caminar alrededor de él observando su estado y veo que también tiene ambos ojos cosidos.

—Una… una mujer, fue una mujer. Logro encontrar la ubicación de la bodega, los mato a todos y solo a mi me dejó vivir —tose sangre, para después seguir hablando.

—Quemó todo el dinero, pero ella no tomó ni un solo billete. Después colocó detonadores, dentro de los contenedores que traían su nuevo armamento, para arrojarlos al mar y detonarlos. No quedo nada.

Es la catorceava bodega de distribución que me jode en estos últimos cinco meses.

—¿Te dijo o pregunto algo? ¿Lograste verla? —es al primer hombre que deja con vida.

—No pude verla estaba toda cubierta, solo escuché su voz, dijo que seguirá destruyendo todo lo que pertenezca a la mafia rusa, como la destruyeron a ella. Preguntó a cada uno de los hombres por nuestro líder, pero nadie habló, ni siquiera yo señor. En mi espalda dejo es un mensaje.

Mis hombres le dan la vuelta y leo lo que en su espalda está grabado, las heridas en forma de letras a simple vista se ve que fueron echas con un cuchillo. Pero lo que realmente llama mi atención es que están cubiertas de… algo brillante, ¿Brillos negros? ¿Enserio?

—¿Qué es eso? —les pregunto a mis hombres.

—Es diamantina, mi señor —responden.

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. 

Te encontraré y pagarás por todo lo que me hiciste.

—Por favor, mi señor, concédame la muerte. Ya no soporto este dolor.
Tomo una foto, para después salir dando la orden de su muerte, de un solo disparo en la cabeza. Envío la foto al Boss, para hacerle llegar el detallista pero tétrico mensaje que le han mandado.

Genial, ahora tengo que lidiar con una loca que tiene el delirio de creerse Dios, lo que me faltaba.

—Creo haber encontrado algo de utilidad para usted, mi señor —escucho hablar a Deniska mientras abordamos el auto.

—¿Sobre qué? —Le pregunto.

—De nuevo intentaron ingresar a la base de datos, usted no estaba así que se lo pedí al esclavo, al comienzo se negó, pero después use una de sus técnicas consiguiendo que obtuviera una dirección, a la cual se dirige quien sea que usted busque. Intenté averiguar más por mi cuenta pero todo volvió a desaparecer. Ya le eh enviado todo mi señor.

DAYANNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora