capítulo 16

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GABRIELE

El sonido de la puerta abriéndose lentamente me despierta, tomo el arma que tengo bajo la almohada y me levanto de golpe apuntando hacia esta. Al parecer Vladimir escuchó primero que yo, pues se encuentra de la misma manera.

-Bajen eso, solo soy yo - Dayanna entra, y más confundido no podría estar. ¿Qué hace aquí? Bajo mi arma al igual que Vladimir quien me voltea a ver con cara de confusión al igual que yo. Dayanna entra y en sus manos trae lo que parece ropa.

-¿Ocurre algo? -pregunto. Viendo el despertador digital que marca las cinco de la mañana.

-¿Está todo bien? ¿Necesitas algo Dayanna? - Ahora pregunta Vladimir.

-De echo si, necesito algo. Quiero que se pongan esto -deja lo que parece ropa deportiva ¿Para nosotros? Junto con dos cajas con el logo de Nike sobre el mueble que está junto a la puerta - Saldremos a correr, tienen diez minutos.

Su fragancia en segundos se impregna en el interior de la habitación, adoro su maldito olor.

Sale y volvemos a mirarnos extrañados por su comportamiento tan raro. ¿Quiere que salgamos a correr juntos? Vladimir se acerca por lo que dejó, y si, definitivamente es ropa deportiva de marca y un par de tenis para cada uno. Son iguales solo que de tallas diferentes, ¿Cómo supo cuánto calzamos? Me arroja un conjunto y él se queda con el otro.

-¿Estará drogada? - pregunto lo primero que me pasa por la mente.

-Al principio pensé lo mismo, pero no. Debe ser algo más, ¿Qué? No tengo ni puta idea. Solo vayamos a correr con ella.

Nos alistamos en los diez minutos para después salir de la habitación e ir rumbo a la puerta. Nos detenemos al verla en la entrada junto con ese tal Alfred (Lo detesto) este le dice algo al oído y Dayanna solo se ríe. Me aclaro la garganta haciendo que se voltee a nuestra dirección. Está vestida con unos leggins deportivo de color rosa, tenis negros y una camiseta corta color negro que me deja ver parte de su plano abdomen. Con el pequeño logotipo de Batman en el centro de esta, en color amarillo.

Esta vez no tiene su pelo suelto, trae una cola de caballo alta. La cual hace que la mano me pique al querer jalársela mientras me la.

«Gabriele, contrólate».

-¿Quieren un chaleco de peso? -nos pregunta.

-¿De qué peso tienes? -pregunta Vladimir, a lo que ella contesta un vengan mientras se dirige a su gimnasio, entramos y abre una puerta lateral en la que hay distintos chalecos de peso colgados en la pared, junto con otras cosas que realmente llaman mi atención. Veo como Vlad toma un chaleco de ochenta kilogramos ¿Es enserio?

-¿Estás seguro? Son como treinta y cinco minutos trotando montaña arriba - le dice.

Este se pone el chaleco mirándola fijamente para después asentir con su cabeza. Ahora ella me voltea a ver a mí.

-Yo estoy bien así, no suelo ser un obsesionado con el ejercicio como él aquí presente.

-Bien, vámonos. Quiero que vean algo.

Salimos detrás de ella, quien se despide de ese maldito quien me mira con su cara de culo a mí y a Vladimir. Para después darle un beso en la mejilla a Dayanna, quien se lo regresa tomando el morral que le da. Volveré pronto es lo último que le dice para comenzar a trotar en dirección a la parte trasera de su casa, la seguimos tratando de no sobrepasarla por sus pequeños pasos. Su trasero me distrae de sobre manera, voltea a vernos sobre su hombro, niega, pero ¿Sonríe? ¡Sonrío!

-Si siguen viéndome las nalgas pueden caerse ¿Lo sabían verdad? - nos dice, a lo que Vladimir desvía su mirada y yo también.

-No te estamos viendo las nalgas -me defiendo inútilmente.

DAYANNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora