PERLA

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Esa noche cuando Leo llegó a casa, se quitó la chaqueta y dejándose caer sobre el sillón cerró los ojos. Estaba cansado, pero sobre todo muy enojado con el doctor Aquiles, ya estaba harto de tener que discutir con él todo el tiempo y por los mismos motivos.

No tenía pensado cenar, lo único que quería era dormir, tenía clases muy temprano por la mañana. De pronto sonó el timbre, le resultó extraño que alguien llegara a esa hora, no esperaba a nadie.

Se levantó casi arrastrando los pies y al abrir la puerta no se sorprendió mucho:

- ¡Hola, Leo!

- Ah, hola Perla...

- Mira, se te cayó un tornillo – bromeó poniéndoselo en la palma de la mano

- Ajá, sí...me sucede a menudo - respondió forzando la sonrisa

- ¿Qué te pasa? ¿Perdiste tu sentido del humor? - dijo poniendo los libros sobre la mesa

- ¿Vienes a estudiar para el examen de mañana?

- Sí y no

- Perla, no estoy de humor - dijo quitándole las manos de encima

- ¿Qué tienes? no pensabas igual cuando nos divertíamos antes sobre los libros de Neuroanatomía.

- Tú lo dijiste Perla , eso era "antes"

- Se supone que debería sentirme herida por tu rechazo Leo, pero fíjate que no. Lo nuestro nunca "cuajó".

- No es nada personal, Perla, es sólo que estoy metido al cien por ciento en mi proyecto.

- Ese extraño proyecto tuyo. Todos en la facultad están hablando sobre la fiesta que darás el viernes en el Hospital.

- ¿Quieres ser voluntaria?

- No sé – respondió mirándose las uñas - voy a ver si tengo tiempo

- Perla, dime algo... ¿Por qué te decidiste a estudiar Psiquiatría?

Ella se sentó en el sillón y cruzó las piernas.

- Por seguirte a ti, sabes que me gustas

- Hablo en serio

- Porque es la especialidad para los fracasados, un premio de consolación para los que siempre fuimos la cola de la clase.

- Voy a fingir que no te escuché decir eso

- ¿Y qué quieres, ,Leo? ¿que te mienta? te mentiré diciéndote la verdad: A los psiquiatras se les paga bien.

- ¿Sabes, Perla? No me siento bien, te agradecería que te fueras y me dejaras solo

- Pero si vine a estudiar para el examen

- No, no has venido a eso, lo que menos haces cuando vienes aquí es estudiar

- ¿Hay alguien más en tu vida, Leo?

- No.

- ¿Sabes qué? creo que mejor me voy - dijo Perla recogiendo sus libros - nos veremos mañana en la universidad.

Leo cerró la puerta y se dejó caer nuevamente sobre el sofá, no podía dejar de pensar en Laura.

LEONIDAS, EL ESTUDIANTE DE PSIQUIATRÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora