|💖| • Voz •

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Max ni siquiera trató de entender media palabra de lo que decia Yakko. Cuando esté le hablaba de como surgio la idea de cantar una de sus famosas canciones, la de los países del mundo para ser más exactos. 

Aunque eso si, hacia un esfuerzo en fingir que estaba atento a la conversación con todo oidos, pero escuchar aquella voz cada vez que hablaba o cantaba sólo le resulto una debilidad más en su lista.

Ni siquiera sabia que llevaban como más de una hora hablando del tema, bueno el que se la pasaba hablando era Yakko y ambos habian perdido toda noción del tiempo.

El joven Goof era consciente de que probablemente se veía como un completo idiota ahora mismo, apoyandose de ambas manos sobre sus piernas dobladas mientras se encontraba sentado en el piso, mirandolo y acompañando con su boba, pero adorable sonrisa. Era el típico cliche del adolescente enamorado, porque así estaba.

Al mayor de los hermanos Warner, que también estaba sentado a su lado no lo estaba notando hasta que escucho hablar a su acompañante.

—¿Podrías repetir eso de nuevo? 

—Max ¿No me estuviste escuchando todo este tiempo? —Yakko no se veia molesto cuando notó que no le estuvo prestando atención. 

—Ahh, perdón que no prestaba atención. Pero es que me gusta escuchar tu voz. 

Le responde revolviéndole una sonrisa, y provocándole un ligero sonrojo a Yakko. 

Y lo que parecía un dulce momento hasta que escucho las quejas de sus hermanos. Wakko  apuntando con su dedo mientras sacaba la lengua con una mueca de asco, y Dot rodando los ojos hacia otra parte que no fuera hacia su hermano mayor y su perro enamorado.

—¿Desde cuándo ellos se volvieron tan cursis? —pregunto el de la gorra hacia su hermana. 

—Desde que a alguien tuvo la brillante idea de "emparejarlos". —la hermana Warner volteo hacia la cuarta pared, en especial a los lectores y respectiva escritora de este cursi libro. —Y me refiero a ustedes.

💕; Funny love || YaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora