Viper ©

22. Skram

Canción en multimedia: SCAR — Ashton Irwin.

22do Capítulo: Skram.

Skram.

Esa fue la palabra que Lena Trey, semi consciente, aturdida y vulnerable, escribió en el cristal de su ventana antes de caer desmayada en su habitación.

Pero sólo una persona vió ese mensaje. Esa persona fue Sam Viper. En la casa Viper a través de su ventana.

No estaba más que acostado en su cama, aliviado porque el corredor que había chocado estuviera bien. O vivo, al menos. La información no había sido demasiado difícil de conseguir. La ventaja de tener un apellido pesado. Podía inventarse cualquier término legal en frente de una persona promedio y creería prácticamente cualquier cosa que dijera. Planeaba decirle a Lena al día siguiente, luego tendrían una conversación seria, le diría lo que sabía y lo que sospechaba. Haría lo correcto, o empezaría a hacerlo.

Y entonces ese sonido en su ventana. Imaginó que Lena estaba ansiosa por saber de ese corredor, por saber lo que él ya planeaba decirle.

Estaba listo para abrir la ventana y molestarla, porque era tan divertido. Iba a hacer algún comentario de su aspecto, o el hecho de que golpeó a Leah. Cosa que aún no decidía si había sido estúpida o impresionante. Estaba listo para hacer cualquier comentario, y recordarle que hablarían otro día, porque ya era muy tarde.

Pero no estaba listo para ver su rostro hinchado, con la mejilla en el marco de la ventana y la mirada perdida. Por un segundo ella de hecho lo miró, pero de pronto no era ella, sus ojos quedaron en blanco y cayó, por lo que ni siquiera fue capaz de ver lo que sucedió a continuación. Solo que ella debía estar desmayada o...

Se le cortó la respiración.

¿Muerta?

Tenía mal aspecto, pero ¿era tan malo?

Y luego la palabra escrita en su ventana. No era demasiado grande ni claro, pero la forma de las letras era reconocible.

Skram.

No tenía que ser un experto para saber que no se había molestado en voltear las letras para mayor comprensión. No que se lo reprochara, por supuesto.

¿Era la persona que le hizo eso? Fue lo primero que pudo pensar.

Estaba petrificado. Como una estatua frente a su ventana. Hasta que más allá la puerta de Lena volvió a abrirse y Sam finalmente reaccionó, se lanzó al suelo como medida desesperada.

Un grito femenino rasgó sus oídos. No era difícil escuchar si hablaban alto. Las ventanas estaban suficientemente cerca.

- ¡Se desmayó! - Grito Marisol. Reconoció su voz de la fiesta de compromiso sorpresa de Lena. Nunca se sacaría de la cabeza esa incesante vocecita melosa que lo había aturdido toda la noche mientras su primo desapareció convenientemente al mismo tiempo que Lena.

Sam exhaló. Desmayada no era muerta.

El mensaje de Lena era para él. Con suerte, Marisol aún no había visto lo escrito por la sorpresa de ver a Lena en el suelo. El mensaje estaba volteado, claro. No le tomó mucho voltearlo mentalmente.

Marks.

El nombre hizo eco en su mente. Las semanas que llevaba ahí con su familia no eran suficientes para recordar tantos nombres en la ciudad, pero ese no lo olvidaría. Otra víctima de los golpes nefastos de Lena en sus arranques de rabia.

Vaya que era problemática.

Él ni siquiera había estado allí. Pero al estar involucrado su primito, el rumor había llegado a sus oídos con facilidad.