7. Decisiones

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7mo Capítulo: Decisiones


Ridley  no pudo ser secuestrada.

Ridley dejó  una nota.

Ridley está  bien.

Ridley no está  secuestrada.

Pero no lo terminaba de creer. Ahora que la  idea  de que quizás, hubiera  una  posibilidad  de que Ridley hubiese  sido secuestrada, tenía que descartarlo, de algún  modo.

No mencioné nada a nadie, por temor a que pensaran que había  perdido la cabeza. Aunque yo misma quería pensar que era así. Hoy miércoles, era el día de la fiesta en la piscina y aunque mi mente estaba en la posibilidad  del secuestro  de Ridley, le había dicho a las chicas  que iría. Así que, a mediodía, cuando Violette y Garret vinieron por mi en su auto rojo descapotable, ya estaba lista. Con lentes de sol y un bikini  azul debajo de un vestido simple  del mismo color, entre en el descapotable, guardando  mis preocupaciones  en algún rincón en mi cabeza y me obligue a verme feliz.

— ¿Lista? — Preguntó Violette, a lo que asentí.

Por el rabillo del ojo, observé  la casa de los Viper, donde se encontraban  los autos y la moto de Carter. Probablemente  asistirían más  tarde. Con Garret  en el volante, pasamos por Celeste, que a toda prisa, entro en el descapotable con una pelota de playa gigante, que abarcó un asiento entero y un sombrero del que Garret no tardó en burlarse. Detrás  de ella, reconocí  a Jet saliendo de su casa en pijama y con el cabello rubio igual al de Celeste desordenado. Saludó  con la mano y una sonrisa somnolienta.

— ¡Entra a casa, Jet! — Celeste acomodó su sombrero. — ¡Dormiré  en casa de Lena!

Alcé  las cejas, pero no dije nada hasta que el auto volvió  a andar.

— No recuerdo  haber recibido  el memo. — Dije con una sonrisa.

Celeste resopló.

— No lo aguanto. — Puso los ojos en blanco. — ¿Está  bien si me quedo contigo hoy? — Hizo una mueca.

— Claro. — Me encogí de hombros.

Celeste sonrió y me dió  un abrazo corto. Garret nos llevó sin más  paradas a la casa de Rick, la cuál  era gigante. La música  sonaba a todo  volumen  aunque aún  era temprano, pero ya había un montón  de gente en sus trajes de baño bailando con trajes en la mano. Allí nos encontramos  a River y Adriana, que no había llevado sus gafas, realzando su ojos azules.

— ¡Vamos! — Me animó. — Quiero broncearme.

Me saqué  el vestido  por arriba de la cabeza quedando en el traje de baño. Me apliqué  bronceador  y  me recosté en una tumbona al lado de Adriana. El sol estaba justo por encima  de nosotras. Cada tanto nos dábamos la vuelta. Aunque River no desaprovechaba ninguna oportunidad  que veía para salpicar  agua, lo que hacía que Adriana le gritara, pero River sólo  se reía y continuaba. Algo me decía que solo lo hacía para llamar su atención, lo que me hizo sonreír, pero no dije nada. Sólo me quedé con el sol en la cara y la suave brisa que pasaba. 

— Que idiotas son. — Nos había dicho Garret. — ¿Sólo vinieron a sentarse?

Yo lo ignore, pero Adriana se levantó para ir a bailar. Cerré los ojos, disfrutando  del ambiente, pero la voz que había enterrado salía a la luz poco a poco. En algún  punto incluso sentí  que podía escuchar a Ridley  murmurando  mi nombre con   nerviosismo, como un fantasma  acechando. Lena, lena, lena.

Viper ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora