Capítulo 4 | Cuaderno de escritura

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Calma, Shoto, calma

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Calma, Shoto, calma. Estos son los gajes del oficio, es natural.
No tonto, no es normal que esta señora se me esté tirando en cima. La muy ofrecida solo quiere coger con tal de que le de el puesto.
¿Está loca? Así menos la contrataré.

-Entonces, Shoto...-

-No me tutee-

-Todoroki-sama...¿le gustaría?-

Estaba a punto, pero a punto de decirle que no me interesaba su oferta, cuando cierto peliblanco al que usualmente considero como "inoportuno", apareció en el momento perfecto.
Natsuo no tenía clases, se había salido de la escuela, dispuesto a seguir haciendo streams de sus videojuegos, por lo que algunas mañanas pasaba a visitarme a mí y a nuestro padre en las sedes de la empresa.

-¡Shoto precioso!-

Mi hermanito entró en mi oficina, cargando una caja llena de papeleos. Sus ojos se pararon en el trasero de la vieja que estaba básicamente recargada sobre mi escritorio, intentando seducirme con su blusa escotada.

Chasqueé los dedos, llamando su atención para evitar que siguiera mirándola sin discreción alguna, y él recobró la compostura.

-¡Traje lo que me pediste!-

Me levanté para ayudarlo, siendo seguido por la candidata al puesto de directora de recursos humanos. -Gracias, Natsuo-

-Wow, Todoroki-sama, es muy fuerte. ¿Hace ejercicio?-

Natsuo se echó a reir -Shoto come igual que una vaca y se la pasa todo el día sentado. Es peor que tener un gato-

-¿Natsuo, por qué no llevas a Susuki-san a la recepción?- La mujer me miró con indignación, mientras yo empujaba a ambos fuera de mi oficina -Yo le llamaré para informarle si fue escogida, Susuki-san, gracias por presentarse a la entrevista-

Finalmente, cerré las puertas de cristal oscurecido y quedé en paz. Maldito Enji, jamás me dijo que ser el CEO no iba a ser fácil y mucho menos divertido.

-¡Shoto!-

Me volteé, rogando porque esto no fuera otro problema, pero al parecer era mi querida hermana -Fuyumi. Me alegra tanto que seas tú-

-Se nota que amas tu trabajo-

-Si tuviera otra opción...- Me dejé caer sobre mi silla giratoria, jugando con uno de mis bolígrafos -¿Qué te trae por aquí?-

-Dos cosas. Una, Tensei y yo ya somos novios y vendrá a cenar con nosotros mañana. Dos...olvidé devolverle su libreta de escritura a Midoriya-kun- Me mostró un cuaderno verde, decorado tiernamente con un papel de conejos y brillos.

-Vaya, ¿te lo prestó?-

-Quería que le corrigiera algunos "errores" en los poemas y historias cortas que tiene, pero honestamente no le encuentro ninguno-

Tus pecas | Primera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora