¿Quieren saber como descubrió que el amor no tiene edad, que el pasado se puede superar, que la gente buena y amable todavía existe?
Bueno...todo comenzó cuando Izuku estrelló su rostro contra la calle.
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•Tododeku
•Mención de otros ships
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¿Recuerdos de un cumpleaños feliz? ¿Qué es eso?
Izuku no tenía memoria alguna de un solo cumpleaños donde las cosas hubieran acabado bien. Desde su primer cumpleaños, su madre no pudo resistirse y no lo celebró, seguía dolida por la pérdida de quien estaba enamorada. Cuando tenía cinco años, organizó una fiesta para sus amigos de kinder, pero Katsuki decidió hacer una fiesta también ese mismo día, y nadie se presentó. A los 8 años, su madre se ocupó demasiado entre las citas con Toshinori y el trabajo en el hospital, no lo recordaron hasta muy noche. La lista podía seguir, una y otra vez, el desprecio que la gente le tenía era repetitivo. Y aunque el pecoso no culpara a su madre -ya que era consiente de lo mucho que ella le amaba-, aún así dolía.
Los cumpleaños no eran una fecha que a él le gustara mucho. Y este año, para sus 17, la desgracia llegó cuando recibió la noticia de que habían mandado a Toshinori a Tokyo para intervenir en una cirugía muy importante, e Inko se iría con él por la semana.
Despertó con la alarma, creyó haber soñado que despertaba con el canto de sus familiares o con un delicioso bowl de Katsudon en la cara, sonrió con los ojos aún cerrados. Escribió un par de hojas en su diario sobre sus predicciones para el día, se vistió con el uniforme de la UA, desayunó ligeramente y salió de casa con dirección a la escuela.
En el camino se topó con Ochako, que se encontraba hablando por teléfono. Caminaron varias esquinas hasta que ella colgó.
-Holi, perdón, es que Sero le está insistiendo a Mina que tengan sexo y yo ya le dije que solo acepte si está segura. ¿Qué tal tú? ¿Tienes dramas de esta clase con tu amigo Todoroki, o todavía no tengo que llamar a la policía?-
Izuku le sonrió. Jamás le reprocharía algo, era una buena amiga después de todo, le había acompañado en momentos verdaderamente difíciles, le había defendido incontables veces de Bakugou y su banda, Ochako era una buena amiga, solo que muy olvidadiza.
-Nada...- Mintió -Seguimos siendo amigos y nunca seremos más que eso-
-Okey, supongo que estoy contenta con eso- La castaña siguió su camino, hasta que se detuvo para esperarlo -Oye, ¿por qué hablaste con Bakugou el lunes?-
-Oh, no fue nada. Nada...importante-
-¿Seguro?-
-Sip, no te preocupes por eso. Estoy bien ahora, aprendí a no enamorarme de idiotas-
Uraraka rió -Eso espero, tonti-
El día en clases pasó normal, tan normal como en una escuela con un nivel académico tan riguroso como el de la UA. Las clases eran siempre pesadas, largas horas de estudio y muchísimas tareas y proyectos que Izuku no estaba seguro para qué le servirían en un futuro. Pero tener el certificado de graduación en la UA, sería suficiente como para ser aceptado a cualquier universidad pública y con suerte, a una privada.
