¿Quieren saber como descubrió que el amor no tiene edad, que el pasado se puede superar, que la gente buena y amable todavía existe?
Bueno...todo comenzó cuando Izuku estrelló su rostro contra la calle.
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•Tododeku
•Mención de otros ships
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Natsuo Todoroki no tenía una muy buena percepción del amor.
Había nacido en un ambiente tóxico, peligroso para un niño. Sin embargo, gracias al empeño de sus hermanos mayores, logró mantener gran parte de su inocencia.
Había crecido a manos de Fuyumi, una mujer que sin duda le amaba mucho; fue educado por Shoto, quien tuvo la paciencia de intentar enseñarle todo lo que sabía durante su adolescencia. No tuvo una madre ni un padre, y su hermano mayor fue tomado por muerto cuando él recién iniciaba la pubertad.
Natsuo ciertamente había sido mimado hasta el punto de tener todo lo que deseaba completamente, sus frágiles cuidadores solo querían verlo feliz.
Natsuo no conocía el amor como tal, tampoco había experimentado sus injusticias y sus dolores, sus bellezas y sus alegrías. Tampoco había experimentado mucho con su sexualidad, aunque Shoto fuera abiertamente gay y su hermana y madre muy accesibles en ese aspecto.
Así que cuando aquel instructor de kitesurf se presentó junto a él para iniciar la clase, el peliblanco casi se desmaya de emoción.
Corriendo fue a buscar a los únicos que sabía le ayudarían, interrumpiéndolos en una linda escena tranquila.
-¿Cómo te enteraste, Izu?- Preguntó ansioso el ojigris.
Midoriya tragó duro, algo sonrojado. -Pues...en realidad, lo supe desde que era pequeño. Siempre me gustó seguir a Bakugou y cuando llegué a la adolescencia me comencé a fijar que, bueno, los cuerpos masculinos me atraían más-
-Uhhh, igual que Shoto precioso entonces- Natsuo se volvió a cambiar se posición en el sofá. -¿Pero y yo?-
-Lárgate, descúbrelo por ti mismo y déjanos solos- El bicolor dijo entre dientes.
Izuku le reprendió y regresó su atención al ojigris. -Natsu, la sexualidad es totalmente fluida. Imagínate al tú antes de conocer a Takami-san. ¿Te gustaban todas las mujeres?-
-No-
-Es lo mismo con los hombres. A mí tampoco me gustan todos-
-Oh, ahora comprendo-
Shoto gruñó -Genial. ¿Ya puedes irte?-
Natsuo pasó una semana entera admirando al Adonis que le había caído en cima, posiblemente del cielo. Se inscribió todos los días a dichas clases, con tal de verlo una y otra vez. El miércoles por la tarde, lo siguió disimuladamente hasta el supermercado de la isla, lo esperó afuera y cuando salió, lo siguió hasta su auto, solo que al pasar junto a uno de los CVs que estaban estacionados, lo perdió de vista.
