El sol salía lentamente por el horizonte tiñendo las nubes de un cálido naranja desde el borde del cielo hasta las copas de los árboles con un tono rojizo, el vidrio de la ventana reflejaba mi rostro mientras miraba la calle de esa mañana. Salí a correr como solía hacerlo, una pareja de viejos del vecindario paseaban a su pequeño perro, las hojas de los árboles caían al suelo amontonándose << supongo que se avecina el invierno >> pensé. Tomé un respiro y vi pasar a Morris con su bicicleta, llevaba una bolsa de esas con las que haces las compras, me vio y sonrió sin detenerse de pedalear, al perderlo de vista creí ver algo, una figura escondida detrás de los árboles.
Corrí una vez mas << quizás es alguna persona fumándose un cigarrillo >> pensé mientras expulsaba el aire por mi boca. Llegué a casa y me duché, salí de mi alcoba vestida y mi padre aun estaba en casa, me esperaba para llevarme a la universidad. Bajé de su vehículo, caminé hasta la entrada de la universidad y a lo lejos pude ver a Harry, al verme me quitó la mirada como si no me conociera << que extraño está >> me dije a mi misma, continué caminando hasta el salón de clases del profesor Gabriel, como era de esperarse me dio una grata bienvenida y así inició su clase.
Al final de la clase me reuní con Morris para ponerme al corriente con las clases, sentados en la biblioteca vi pasar a Harry.
— Thomas, lo lamento debo irme — dije levantándome de donde estaba.
— Espera ¿Por qué te vas?.
— Luego te explico — entonces salí de la biblioteca.
Seguí a Harry por los pasillos, quería descubrir el motivo del porqué estaba tan raro. Lo vi entrar a la instalaciones donde se practica natación, una chica lo esperaba frente a la piscina, ella era de cabello negro y de ojos rasgados, ella se acercó a Harry tomándolo de sus brazos, puso su boca cerca del oído de él y coquetamente dijo algo en secreto hasta que Harry rebeló el motivo de su encuentro.
— Lo lamento pero ya no puedo hacer esto mas — dijo alejándola de él — debemos acabar con esto.
— ¿Qué pasa cariño? — sonrió — no me digas que te estás enamorando de ella — entonces soltó una pequeña risa — eso es patético, ¡tu... eres patético!.
— Cálmate Sara. Solo me empezó a gustar mas de lo que debía — detrás de las gradas los vía platicar.
— De acuerdo mi amor, me calmaré. Pero recuerda que tu me amas a mi y solo estabas con ella porque te parecía divertido jugar con una niñita, meterse en su cama y luego desecharla.
— Ahora todo ha cambiado, siento que la quiero de verdad esta vez.
— Que mal por ti — lo tomó del cuello de la camisa — si pretendes dejarme la pasarás muy mal. se que soy la amante en este triangulo amoroso pero no eres nada sin mi, así que cállate y sigue jugando con tu mojigata — luego lo besó.
Ella salió de las instalaciones con tal sensualidad que justifiqué el motivo del engaño de Harry, era atractiva y juzgando por su ropa parecía tener dinero. Al estar a solas caminé hasta donde estaba Harry, miraba la piscina meditando lo que haría después de esa conversación.
— ¿Harry? — dije con lágrimas en mis ojos. Él traidor se volteo y sorprendido dijo.
— ¿Anna, que haces aquí? yo... yo — balbuceó.
— No tienes que explicarme, lo escuché todo — intenté secarme las lágrimas pero aun salía de mis ojos — ya debo irme.
— Solo escúchame un momento — me tomó de mis brazos con fuerza.
— ¡Ya suéltame! — me zafé de sus manos y lo empujé a la piscina.
El eco del chapuzón se escuchó por todo el lugar, lo vi irse al fondo y desde ahí movía su cuerpo con desesperación, desconocía la idea de que Harry no supiese nadar. Me di la vuelta alejándome de la piscina << es lo que se merece >> pensé, pero mi conciencia no me permitiría vivir con eso. Un segundo chapuzón se escuchó, lo sujeté desde atrás y lo llevé a la superficie. Harry estaba exhausto y al borde del ahogamiento.
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Secuestrada
Mystery / ThrillerEn las calles tranquilas de Oxford un hombre con máscara de gas acecha hermosas mujeres, tras el misterio de las desapariciones Anna Rose, hija de un oficial de policía se ve obligada a resolver el misterio ya que su mejor amiga no volvió a casa dur...