En las calles tranquilas de Oxford un hombre con máscara de gas acecha hermosas mujeres, tras el misterio de las desapariciones Anna Rose, hija de un oficial de policía se ve obligada a resolver el misterio ya que su mejor amiga no volvió a casa dur...
— Veo que tenemos compañía — dijo el hombre con máscara de gas — ya que estamos reunidos, creo que los mataré a todos y así podrán ser libres de sus pecados.
— Si tocas a mi hermana juro que te mataré — Andrew Blue empuñaba sus manos y una evidente ira se plasmaba en su rostro.
— Creo que no estas entendiendo lo que está pasando diablito azul — dijo haciendo referencia al apodo de Andrew; Blue Demons. — soy el que tiene el arma ¿Qué no ves?
— ¡¿Por qué nos haces todo esto? ya déjanos en paz! — Camila se encontraba muy asustada y confusa del porqué todo eso le estaba pasando.
— ¿Y preguntas por qué? bien les contaré ya que todos morirán aquí. ¿Alguna vez han escuchado sobre la comunidad del anillo? no... no creo. Desde el siglo 18 un grupo de católicos conformaron esta comunidad, su misión era acabar con todos los pecadores en esta tierra y hacer de este mundo un lugar mejor.
— Si, manchándose las manos de sangre de gente inocente — dijo Andrew dando un paso adelante.
— No... por su puesto que no fue con sangre, la mejor forma de purificar el alma es con fuego — desde su máscara se escuchó una carcajada — pero luego se buscaron otros métodos. Bien, bien... entonces tenemos aquí a Camila Stone, quien se acuesta con un hombre casado, Loren Blue, una mujer que le atrae las mujeres y tu... Andrew blue, tienes tantos pecados que disfrutaré matarte.
Lentamente bajé por la escalera, mientras apuntaba con su arma y relataba todo sobre la comunidad del anillo caminé a su espalda, levanté el martillo y rápidamente le acerté en la cabeza, antes de caer el arma y su máscara al suelo se escuchó un disparo. La bala dio en una lámpara antigua haciendo que el aceite y el fuego se regara por el suelo. Aquel que ya estaba sin máscara tocó su rostro notando que desde su frente salía un poco de sangre. Por fin estaba por descubrir quien era la persona que había matado a mi padre y el que había cometido tantos crímenes, pude ver el asombro de Camila y luego el asombro fue mío cuando esa persona volteo a verme.
— ¿Thomas Morris? — no podía creer lo que mis ojos estaban viendo. Todo este tiempo el hombre de la mascara de gas estuvo a mi lado y no me di cuenta.
— Anna, yo... — el fuego se empezaba a expandir.
— ¡Tu mataste a mi padre y golpeaste a mi madre! — la ira me ahogaba haciendo que llorara ante él.
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