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Los ojos de HyungWon se movieron de un lado de la habitación al otro, siguiendo con precisión la figura alta de HoSeok que merodeaba en la sala de estar como bestia enjaulada.

Agradecía haber sobrevivido el viaje en auto y los minutos en el ascensor bajó el silencio más tortuoso jamás presenciado, pero ahora, mirando el rostro de HoSeok como si estuviera buscando la solución para salvar al mundo de un meteorito que impactaría en dos horas, no sentía que llevaría la misma suerte.

No cuando HyungWon era el meteorito, y HoSeok era Bruce Willis buscando la mejor manera de detonar la bomba antes de que impactara por completo.

— ¿Es un pasatiempo para ti hacer exactamente lo que te pido que no hagas? — pregunta, finalmente desplomándose en el sillón más cercano.

La adrenalina que en algún momento lo llevó a confesar sus sentimientos se había esfumado al momento en el que se dio cuenta de que HoSeok no respondería con simpleza. Había pasado largos minutos en completo silencio acomodado por sus inseguridades, pero ahora, lo que lo estaba empujando a hablar era un desconocido coraje.

— No sé si estás familiarizado con el concepto, pero no es como si pudiera elegir — dice con los dientes apretados.

HoSeok se lleva una mano a la sien. Un repentino dolor creciente punzando todo su cuerpo.

— Siempre se puede elegir — logra decir en voz baja, su voz suena extraña pero HyungWon no lo nota.

Apretando sus puños, HyungWon se inclina hacia adelante reprimiendo las ganas de pararse y marcharse de allí. Lo único que lo detiene de desaparecer tras la puerta de entrada es la respuesta que HoSeok le debe, y aún así, la idea de simplemente irse es demasiado tentadora.

— Si con eso te refieres a no decir nada, ignorar mis sentimientos y esperar a que se vayan pues lo siento, así no es como hago las cosas — se queja completamente inconsciente al mal estado en el que HoSeok parece estar.

No es como si pudiera notarlo tampoco, HyungWon está tan ocupado tratando de mantener su dignidad como HoSeok tratando de ocultar el dolor que apresa su pecho.

En un intento sutil de sonsacarle una respuesta, HyungWon clava una última daga con lo poco y nada que le queda de valor.

— ¿Me vas a responder?

HoSeok suelta un gruñido, su jaqueca haciéndose de pronto mil veces más fuerte.

— ¿Cuáles son mis opciones? — pregunta con los ojos todavía cerrados.

Por Dios, HyungWon piensa. Incluso en momentos como aquellos HoSeok no tenía idea de cómo hacer las cosas sencillas. Tiene ganas de lanzarle un cojín en toda la cara, pero sus habilidades sociales básicas lo detienen.

Respira profundo.

— La única opción que tienes es ser honesto. Si mi amor te molesta tanto puedes decirlo... — y entonces sus miradas se cruzan, por primera vez desde que habían llegado al penthouse.

Y nota que algo está mal.

Su rostro empalidece. No tanto como el de HoSeok, pero lo suficiente como para marearlo de pronto. Su jefe, quien hace un rato había observado hundirse en el sillón como quien espera desaparecer de la faz de la tierra, tenía el rostro tan blanco como las paredes del departamento.

No solo eso, sino que además su respiración se escuchaba más agitada, entrecortada de a ratos, y lo que por su voz confundió con molestia, ahora entendía que era más bien una queja dolorosa por lo que fuera lastimaba en su interior.

❛Mi marca en ti❜ 2won [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora