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Los recuerdos comienzan a llegar de a poco, mortificándolo tanto que HyungWon deja escapar un sonido indescifrable.

Taparse el rostro es en un intento infructífero de evitar que las imágenes del día anterior (vagas e inconexas como las sintió) lo bombardearan a su muerte. Una vez había soñado que caminaba desnudo por un centro comercial y ni en ese sueño había sentido tanta vergüenza.

Todavía con la cara tapada, continúo retorciéndose en la cama hasta que un sonido lo detuvo.

— Eres un completo desastre.

Se incorporó tan rápido que se mareo.

HoSeok lo estaba mirando de cerca, sentado en una silla junto a su cama que no pertenecía a su habitación, pero que HyungWon la reconocía como la silla de la oficina. HoSeok estaba con el mismo pijama del día anterior y tenía el peor rostro que le hubiera visto jamás.

— ¿Dormiste en esa silla? — Las palabras se escaparon de su boca, nada más porque de la sorpresa su cerebro no pudo censurar mejor.

Lo observó como si acabara de preguntar una idiotez. — Te di una pastilla que no estaba recetada para ti, tenía que asegurarme de que no murieras en mi departamento.

No estaba seguro si lo decía para no admitir que se había preocupado por él, o si es que su vida de verdad estuvo en peligro. Dejando eso aparte, con el horror por los recuerdos de la noche anterior, y la clara postura de alerta de HoSeok, HyungWon casi podía imaginar por donde iría la conversación ahora.

La forma en la que lo miraba era casi la misma manera en que alguna vez lo había visto mirar a ChangKyun, y le dolió. Eran ojos impersonales y vacíos, no quería nada de él, ya no lo soportaba, y peor aún, no le importaba. HoSeok simplemente se mantenía allí porque necesitaba algo. Una cosa en específico. Y HyungWon entendió rápidamente que pronto iba a estar muerto para Shin HoSeok.

Abrió la boca para decir algo, lo que fuera.

HoSeok fue más rápido.

— Eres un Marcado.

Fue como un disparo al pecho. La mirada se hizo más fuerte, más acusadora. Resultó incluso más tormentosa que la manera en que su boca había murmurado las palabras. HoSeok nunca lo había mirado así. Lo observaba como si fuera su enemigo.

Tenía la impresión de que estaba ahora en campo minado. Cualquier palabra equivocada y jamás volvería a verlo. Se obligó a pensar. Miró a su alrededor como si hacerlo fuera útil, y se mordió el interior de su mejilla.

— ¿Tienes algo que decir?

¿Algunas últimas palabras antes de morir? HyungWon no quiso mirarlo. La manera en que el disgusto por la traición a veces se colaba en su voz le dio ganas de esconderse y no salir jamás.

Tenía que arreglar la situación de una manera en que HoSeok lo perdonara y le permitiera seguir a su lado, pero sabía casi a ciencia cierta que eso sería prácticamente un milagro.

Se obligó a hablar.

— Lo siento... — Y apenas lo dijo supo que fue un error. No habría encontrado palabras peores ni aunque se hubiera dado el trabajo de pensarlas.

HoSeok por primera vez se permitió mostrar algo: sorpresa e incredulidad. Sus ojos se abrieron grandes por una milésima de segundo, pero fue lo suficientemente rápido como para recobrar la compostura y apretar la mandíbula. Lo hizo tan rápido que HyungWon creyó haberlo imaginado.

Se levantó de su asiento y caminó hasta la puerta.

— Te quiero fuera de aquí en media hora.

❛Mi marca en ti❜ 2won [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora