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―(T/N), despierta.

―¿Hm?

―Dormiste con tu sudadera puesta?

―No... No me di cuenta, venía algo cansada. ― te sentaste dándole la mirada a tu padre que estaba apoyado en el marco de la puerta.

―Ven aquí.

―Debo cambiarme y...

―Bien, tu higiene puede esperar, mientras tanto mis cosas no, sal ahora.

Tu padre se alejo.

―Tu higiene puede esperar.― dijiste en una voz chillona imitando las palabras de tu padre.

Te levantaste e intentaste ordenar algo de tu cabello ya que gran parte de él estaba por toda tu cara.

Saliste de la habitación hechandole un vistazo a tu mochila que estaba manchada.

Te encontraste con tu padre sentado acompañado por otro hombre que se rascaba él cuello, al parecer esperándote.

―¿Que necesita, señor Kyō?

Llamabas a tu padre por su nombre cuando otras personas estaban presentes, era para que no supieran que tu eras su hija y no intentarán hacerte daño.

De todas formas no te parecías mucho a él, te parecías más a tu madre o al menos eso decía el.

―(T/N), el es Tomura Shigaraki, el líder de la liga de villanos.

El ya te había hablado de el antes, tenía tu edad... tal vez unos meses menor o mayor.

Volteaste al hombre cubierto con manos que venía acompañado por una clase de criatura hecha de humo oscuro y el villano con el que te habías enfrentado hace unas horas en la madrugada.

No dijiste nada al respecto pero no apártaste la mirada de ninguno de ellos, fin y al cabo Tomura Shigaraki era por ende alguien muy peligroso.

―Era eso todo...?

Preguntaste acostumbrada a qué tu padre te llamara para presumir cosas que no te interesaban.

―No, he contratado a uno de sus compañeros así puede entrenarte mientras yo este ocupado junto a Shigaraki. ―el se refería a él hombre de cicatrices.

―¡Mocosa! ―dijo el hombre con entusiasmo como si ambos fueran amigos de toda la vida.

―Dabi... ―susurraste intentando hacer que tu padre no te escuchara.

―(T/N)... lo conoces? ―pregunto tu padre, expresión seria pero por la forma en la que en sus uñas empezaban a formarse en garras puntiagudas que podrían cortarte a la mitad como si de un dragon se tratase se notaba que estaba algo tenso.

―No, señor Kyō.

Las uñas o más bien garras se fueron tornando de tamaño normal y tu padre se levantó de su asiento.

―Tengo asuntos de los que me debo encargar, ¿me acompañas...Shigaraki?

El peliceleste fue atrás de tu padre junto a la otra criatura ¿Una clase de guardaespaldas tal vez?

Le diste una mirada amenazante al hombre que se quedaba a solas contigo, y ahora que sabía de lo que eras capaz no se hecho a reír pero una sonrisa se dibujo en su cara.

Caminaste a tu habitación y cumpliste con todo lo que debías hacer en tu rutina de mañana.

Ibas a recostarte en tu cama, jugar, y esperar a que ellos se fueran, pero salir a ver al villano tal llamado Dabi se te hizo algo inevitable.

Te daba curiosidad su estilo de pelea, la forma en la que funcionaba su particularidad, su fuerza y sus cicatrices.

Asomaste tu cabeza y viste al villano sentado, cruzaron miradas por un momento.

Aún te asustaba un poco, nunca se sabe cuando puede atacar a tu padre.

Saliste y te dirijiste a la habitación que tu padre usaba para entrenar.

―¡Eh!, ¡Mocosa! ―grito el hombre detrás tuyo

―No grites, a él señor Kyō le molestan los ruidos altos.

El hombre se quedó callado, tal vez si era consciente de que Kyō se haría cargo de él y no de manera gentil.

「𝘉𝘳𝘢𝘵𝘵𝘺 𝘉𝘪𝘵𝘤𝘩.」• 𝙏𝙤𝙪𝙮𝙖 𝙏𝙤𝙙𝙤𝙧𝙤𝙠𝙞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora