•Tres•

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Era fin de semana

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Era fin de semana. Esa gloriosa oración podría hacer feliz a muchas personas. Pero para el pequeño Park no lo era tanto, más bien simbolizaba nervios y ansiedad.

Había quedado en un acuerdo con Min YoonGi donde tendría un entrenador para probar que tan capacitado estaba. Es decir, tenía el honor de que alguien realmente atlético lo entrene.

Realmente pudo pedir ayuda a su amigo, JungKook. Pero el alfa estaba parcialmente interesado en otras cosas y tenía bastantes actividades a en las cuales participar, realmente, el blondo no entendía del todo cómo es que ese chico planifican su agenda. Para él, sería casi imposible hacer tantas cosas a la vez.

Justo por esa razón su cuerpo estaba cubierto por ropa deportiva, tenía unos pantalones holgados con un abrigo impermeable que según comentarios, servía de maravilla para perder peso.

Lo acompañaba de unos tenis cómodos y una banda para el cabello. Debía cortarlo, pero en su defensa, su padre decía que le encantaban aquellos lindos rizos que se forman cada vez que salía de la ducha.

Para cuando JiMin llegó al lugar acordado, el cual era básicamente el campo de fútbol de la universidad, solamente se quedó esperando en las gradas mientras sus cortas piernas se movían impacientes de un lado a otro. A decir verdad, no sabía quién sería el amigo que YoonGi pensaba enviar. Tenía bastante miedo de que sea alguien demasiado exigente, no es que el rubio fuese alguien vago, pero tampoco era el más atlético de todos. Eso, debía aceptarlo.

-¿Park JiMin? -Escuchó una voz profunda llamarle, casi le causa escalofríos de solo imaginar cómo se vería el dueño. - Espero que Hyung te haya avisado. Seré tu Guía deportivo en este transcurso.

Finalmente sus ojos chocolate detallan aquella figura, era Alto, bastante más que él, su cabello era de un tono caoba y podría jurar que parecía ser un tirano a juzgar por la mirada.

-Soy Kim NamJoon, empezaremos por cosas básicas. Solamente unos calentamientos, tranquilo, mi trabajo aquí es medir tu capacidad física más que otra cosa.

Una sonrisa deslumbrante apareció en el rostro del morocho y con eso la confianza de JiMin subió un poco. Los hoyuelos le habían llamado la atención, alguien con tal brillo no podía ser malo. Al menos eso descansaba en la mente del inocente Chico con mejillas saltonas.

-Claro... ¿Nam... Hyung?

La nariz se arruga en un signo de duda al igual que sus cejas finas. La realidad era que no sabía que podría ponerle aquel honorífico. Sabe que el chico era mayor, o eso suponía tomando en cuenta que quizás sea compañero del pálido, bueno, esas eran sus razones, además no lo había visto en grados menores ¿Eso contaba?

-Puedes llamarme Hyung, pero esto no es para formalidades, levántate y ponte a trotar, necesitas entrar en calor.

Ordena el más alto aún con su sonrisa, ese gesto amable hizo que Park acate la orden en seguida, sería obediente puesto que en serio quería obtener buenos resultados, aún recuerda el rostro de su papi omega al decirle que se iría a ejercitar, fue entre preocupación y resignación, quizás un poco de aliento en pequeñas cantidades.

Honestamente, no creyó que el entrenamiento fuese tan complicado, eso había pensado, hasta que llegó la quinta vuelta al campo de jodido fútbol y estaba comenzando a sudar como un auténtico cerdo. Al menos podía dar crédito a todo aquel que dijo que el abrigo funcionaria.

De vez en cuando su mirada fue a NamJoon ¿No pensaba decirle que se detenga? Para calentar ya estaba más que bien, hasta pensaba que era exagerado seguir. Lo sabía, él hacía muchos calentamientos semanalmente, ¿Qué quería lograr aquel alfa de bonita sonrisa?

No lo sabe, solo estuvo perdido en sus pensamientos dando vueltas y vueltas, llegó a pensar que se haría una marca en el césped sintético gracias a sus constantes pisadas sobre la misma área siempre.

No fue sino hasta que su cuerpo se detuvo en busca desesperada de oxígeno cuando el morocho se acercó algo preocupado. Podía olerlo, el alfa sentía culpa, y el Omega solamente quería patearle la cara.

-Lo lamento, debía hacer eso. -una mano fue a la nuca rascando con pena el poco cabello- Pero me has impresionado, JiMin. Diría que estás incluso a la altura para que YoonGi venga por ti.

Soltó una pequeña risa cargando el cuerpo ajeno y haciendo una expresión sorprendida. Mas no dijo nada, de hecho, solamente sonreía al sentir los pequeños temblores y quejidos del rubio. Era realmente tierno.

-Verás, Min dijo que nunca te había visto ejercitarte. Así que pensaba que no tendrías una muy buena capacidad de mantenerte en constante movimiento, es por eso que te mandé a trotar. Este campo no es precisamente pequeño, como habrás notado. -Hace un ademán dejando al Omega sobre su antiguo lugar en las gradas mientras este recuperaba el aliento- honestamente, creímos que no llegarías a la número seis. No voy mentirte, en serio no soy la persona más sutil. Justamente por eso estoy feliz, has sobrepasado por mucho nuestras espectativas.

Buscó entre sus cosas una libreta y un lápiz mientras hábilmente su mano se trasladaba de un extremo a otro de la hoja al igual que sus ojos oscuros.

-¿Eres alérgico a algo en especial? -Park se queda pensando unos segundos para luego negar, que él sepa, era alguien sin alergias- Excelente, me encargaré de hacerte personalmente una dieta no tan estricta, te ayudaré para convencer a YoonGi de que puede ser tu encargado más pronto de lo que cree. Un mes es bastante ¿Crees poder impresionarlo en dos semanas?

Decir que sus ojos se abrieron en un círculo casi perfecto sería una vil mentira, pero al menos podía decir orgullosamente que llegaría a un setenta por ciento, bueno, tomando en cuenta que sus ojos no eran los más grandes de todos, era un logro.

Un mes ya era una locura, pero aquel lindo alfa frente a sus ojos le estaba diciendo que podría impresionar a Min en tan solo dos semanas. Eso sonó casi exactamente a decir que su padre ChanYeol media menos de 1,50 y que sus orejas eran de tamaño regular. No y no, amaba a su padre, pero, las cosas como son, era alto, bastante, y sus lindas orejas que su papi BaekHyun amaba, eran grandes aunque traten de no hacerlo ver de esa manera. Así de tonto se escuchaba el decir que él podría alcanzar tan rápido esa meta.

Solo considerarlo había acabado con el poco aliento que tenía.

-Hyung... En serio no creo poder lograr eso... A penas estamos comenzando. ¿Porqué está tan seguro?

La mirada contraria era reflexiva. Eso, lo estaba dudando o pensando de más. Él también dudaría en momentos así.

-Simplemente lo sé. No eres para nada lo que imaginaba. En el buen sentido, pensaba encontrar a un chico de grandes dimensiones al cual solamente le gusta comer y es menos atlético que un oso en temporada de hibernación. Sin embargo, no eres obeso, de hecho me atrevería a apostar que bajo esa ropa que traes, no hay piel que la llene en su totalidad, además eres muy obediente y tienes una maravillosa resistencia. Por lo que, ya te probé, mañana empezaremos oficialmente con los ejercicios y rutinas. Ve a tu casa y comienza a deshacerte de todo lo que pueda hacerte daño. Además, descansa.

Guardó la libreta con los apuntes rápidamente mientras dirigía una rápida mirada al Omega. ¿Porqué no se estaba marcando?

-¿Sucede algo?

El rostro de JiMin se puso en seguida rojo. No sabía cómo preguntar aquello sin que suene realmente vergonzoso. Así que solamente jugó con sus dedos.

-Bueno... Dijiste... Perdón, dijo que había sobrepasado sus espectativas. ¿Cuantas vueltas realmente pude alcanzar?

Los labios ajenos se separan al comprender por fin cual era la duda ajena. Se limita a reír y le enseña el celular donde había anotado las vueltas de la primera práctica en cuestión.

Su respiración volvió a cortarse, correr y trotar nunca fue realmente lo suyo. ¿En verdad había alcanzado hacer veintiún vueltas?
















Un Omega De Talla Grande [PJM+MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora