•Ocho•

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No se sentía él

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No se sentía él.

Para nada

No sabe si era en el buen o el mal sentido. Solamente estaba consciente de que le extrañaba lucir de esa forma. Aunque sus padres casi se desmayan al verlo. Alegaban que era una nueva etapa. Que su pequeño ya estaba creciendo.

¿La ropa podía hacer Tanta diferencia?

El dia anterior había ido con TaeHyung a comprar nuevas prendas. El chico era realmente agradable, se llevaron de maravilla con solo minutos al lado del otro. Eran como almas gemelas. Podía tomarse el atrevimiento de llamarlo así, pues fue justo idea del de cabello zafiro.

Ese día en especial, iba más arreglado en todo sentido. Excepto su cabello, que decidió dejar en la libertad de extenderse en rizos pronunciados. Cada uno tenía su propia dirección ¿Quién era JiMin para controlar eso? Decidió dejarlos tomar uno indefinido creando así un concepto rebelde y esponjoso de su desalineado cabellera dorada.

Estaba a días de ir bajo el mando de Min YoonGi, no lo había visto desde entonces, pero se sentía ansioso, una parte de él, quería enseñarle los avances que había tenido gracias a su ayuda indirecta, otra parte, quería esperar e impresionarlo.

¿Quién imaginaria que la tela podría ser el más ruíl engaño? Asi como el paño oculta del rol, los pétalos de una flor, la figura del pequeño rubio había buscado refugio bajo esos pantalones y playeras grandes. Con todos esos abrigos que sumaban más aparente masa corporal a la que ya tenía.

¿Sus Hyungs se sentirían orgullosos de él?

Esperaba que sí, el tiempo se acababa y NamJoon había confiado en su perseverancia para convencer a Min. Asi que un no, no era la respuesta que esperaba.

Después de todo. No había estado comiendo porquerías verdes solamente para recibir una negativa.

—¡Maldita sea! ¡Ya deja de seguirme!

Todo fue confuso ese día. Pero sin duda no esperaba a un enojado TaeHyung tirando libretas y bolas de papel a cierto alfa persistente que no había dejado de acosarlo. Aunque si trataba de ayudar a JungKook, podría decir que tenía puntos por ser terco.

—El destino puso tu bronceada figura en mi camino para que yo pueda marcarla y no el sol.

Con aquello dicho. Todo se volvió aún más extraño. Pues ahora el Omega de cabello azul estaba tratando de estrangular al menor que no quería separarlo de manera brusca para no lastimarlo.

Irónico, ¿No?

—Ya, JungKook, ve a hacer algo productivo... Y no, acosar a Tae no cuenta como actividad productiva.

Regañó el más bajo ganando un gruñido del alfa y la paz de parte del Omega. Pero aquel silencio tardó poco cuando Kim notó lo hermoso que estaba JiMin. Con aquella camisa entallada de color cian que hacía juego con su cabellera de sol. Esos pendientes plateados y sus hermosos y llamativos ojos chocolate. ¿Asi seria el cielo?

Ni hablar de lo bien que esos pantalones se moldeaban a los gruesos muslos que poseía ese rubio. Quizás no sea el cuerpo más delicado o el más firme, pues con la pérdida de tiempo igualmente venía la flacidez. Pero eso no le restaba nada a su preciosa apariencia.

—Oh, Minnie. Pero si estás hermoso.

De inmediato TaeHyung lo abraza, mostrándose radiante y alegre como siempre. E ignorando de igual manera a Jeon que solamente quería comprobar si aquellos labios color coral eran tan suaves como se veían.

—¿Podrías dejar de verme y prestar atención a JiMin? Juro que te demandaré por acoso. —Refunfuña el de tez bronceada a la vez que acomoda la vestimenta del más bajo— ¡Sabía que ese era tu estilo! Espera a que Hobi y Nam lo vean, quedarán encantados con lo avanzado.

Aplaudió literalmente rodeando al mayor con sus brazos. Porque sí, había descubierto que aquel lindo rubio era mayor por solo unas pocas semanas. Pero era mayor al fin.

Mismo que se sintió completamente rojo al escuchar esas palabras. Sabe que era más una hipérbole que una realidad, pero simplemente se sentía tan rojo que el carmín quedaría como translúcido a su par. No, no podía permitirse ser tan vergonzoso siempre.

—Tae... —un puchero, eso fue lo que necesitó tanto Omega menor como alfa menor para lanzarse a abrazar a JiMin— ¡Kim, Jeon!

Los separó dejando también salir un pequeño gruñido. No quería tenerlos cerca cuando sabe que terminarían discutiendo, no sobre él.

—No puede ser...

Volteó la mirada para encontrarse solo con el flash de una cámara o mejor dicho de un celular.

No sabe exactamente qué fue lo que pasó segundos después. Solo escuchó pasos alejarse, y con el pasar de los minutos los ojos se pasaron en él. De pronto se sintió más pequeño y temeroso, temblaba como gelatina entre las figuras altas de sus compañeros.

JungKook tomó su celular para tratar de averiguar qué sucedía. Y fue en la plataforma de chismes de la universidad cuando encontró la respuesta.

"Los milagros sí existen. El obeso Park se acaba de robar el show luciendo kilos más delgado" .

Luego se abrió un gran debate donde cada uno expresaba su idea de cómo había bajado de paso. Aunque no tenía lógica. ¿No habían escuchado cuando pidió ayuda a YoonGi para eso?

Las opciones iban desde cirugías riesgosas hasta anorexia presentada en las últimas semanas. Muchas historias comenzaron a albergar cada publicación, una más descabellada que la anterior.

Incluso habían formulado la idea de que los Park estarían en banca rota y por esa razón el "cerdito" había tenido que dejar sus malas costumbres.

Todo aquello lo molesto de una manera que no podía expresar de forma calmada. Tanto que no le importaba la presencia del lindo Omega algo a su lado. Tenía que llevarse a JiMin de ahí, tenía que hacerlo antes de que alguien lo Destroce con alguno de esos tóxicos comentarios.

—Oye, cerdito. ¿Cuanto cobras por la hora?

Y bueno, ya era muy tarde.

Porque antes de poder hacer algo. La mirada de todos estaba nuevamente sobre JiMin que no entendía. No lo hacía, hasta que los mensajes en su celular resonaron, llenando los ojos chocolate de información viral donde él era el protagonista.

Sus dedos temblaron y sus pies se asemejarían a una gelatina. No muy distinto a la situación en sus labios.

No había nada que hacer. Eso lo había entendido Jeon cuando las carcajadas resonaron, las lágrimas silenciosas del rubio cayeron, y un molesto TaeHyung se lo llevó corriendo a otro lugar.

Podía cuidar al pequeño Park de una o dos personas. Cuando mucho, de un grupo. Pero...

¿Cómo lo protegería de una universidad completa?

O aún peor.

De si mismo.




























Un Omega De Talla Grande [PJM+MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora