Jóvenes maestros de cultivo (Hiatus Indefinido)

Capítulo 18: Un sentimiento especial

El espectáculo de persecución de Wei Ying por parte de los tres canes terminó rápidamente ante la llegada de su salvador, Lan Wanji. El joven Jin suspiró y se giró nervioso hacia su tío.

—A-Ling, necesito conversar contigo.

Esas palabras hicieron que el cuerpo del menor temblara de miedo. De su tío podía esperarse un doloroso castigo. Supuso que era por no destacar sobre sus amigos, estaba avergonzando a su secta y la secta Jiang de su familia materna.

Jiang Cheng y JinLing regresaron a la mansión e ingresaron al estudio del líder de secta. JinLing se sentó, pero pronto su cabeza se agachó, temeroso y avergonzado por su desempeño en el entrenamiento.

—Perdóname por decepcionarte y fracasar en el entrenamiento. —Declaró de inmediato.

El omega mayor suspiró. Parecía que no era tan fácil para él expresarse.

—Me siento decepcionado, pero de mí mismo. —Declaró Jiang Cheng.

JinLing alzó la cabeza, no comprendiendo. Últimamente su tío actuaba de maneras extrañas que le dejaban perplejo. Adoraba su tío, pero sabía que era una persona orgullosa, dura e inflexible, por el poco desempeño que tuvo ya debería de estar regañándolo.

—Te he pasado todos mis traumas y frustraciones. —Se masajeó las sienes. —Además, no supe cómo lidiar con el tema de tu destinado. —Continuó con voz más suave de lo normal.

—¿Lo sabías? —Cuestionó el menor con un leve sonrojo en sus mejillas.

—Era muy evidente, pero no sabía cómo decírtelo. —Jiang Cheng giraba su anillo como un tic nervioso. —Tú no querías saberlo, así que pensé en dejarlo así, darte pistas hasta que te dieras cuenta. Pero creo que solo te contenías.

El menor se apretó contra su asiento.

—No sé cómo manejarlo. —Susurró JinLing. —No quiero hacerlo sufrir, pero cuando pienso en rechazarlo no se siente bien.

Realmente se sentía como a punto de ahogarse en un inmenso océano. Solo sostenido por las manos de sus tíos. Lo cual le avergonzaba, pues le era inútil no compararse con ellos.

—A-Ling, decidas lo que decidas y pase lo que pase, sigo siendo tu tío, te voy a proteger con mi vida si es necesario y Muelle de Loto es tu hogar. Si no quieres aceptar a tu destinado, está bien; si deseas hacerlo, entonces te apoyaré también.

El omega sintió como si ese apretón en el pecho se disolviera. No es que no confiara en que su tío lo protegiera, sino que a veces se sentía perdido sin saber a quién acudir. El enfrentar al consejo y la secta Jin, un lugar frío e inhóspito para él, le hacía olvidar que su tío y Muelle de Loto siempre serían su refugio. De ser necesario, siempre tendría Muelle de Loto como su hogar.

—Pero, los miembros del consejo y los discípulos Jin se burlarán de mí por tener un alfa a mi lado. No quiero ser un inútil que necesita de un alfa que lo proteja. —Confesó uno de sus más grandes reparos para aceptar la compañía y cortejo de un alfa.

—Tener un alfa no te hace inútil, JinLing, pero sé que es un pensamiento difícil de erradicar cuando yo te lo he inculcado por años. Para mí tampoco fue fácil aceptarlo.

El omega Jin estaba entre fascinado y sorprendido por las palabras cargadas de sabiduría de su tío.

—Nuestras acciones hablan por nosotros, A-Ling, quien puede atreverse a menospreciarme aun con mi alfa a mi lado. Incluso el patriarca de Yilling sigue causando las pesadillas de muchos, pero lo acabas de ver corriendo patéticamente y escondiéndose detrás de su alfa. No son nuestros amos, son nuestros complementos. Ellos también nos necesitan.