8. Atención

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¡Hola! Ha pasado una semana y, como lo prometido es deuda, aquí traigo la continuación (: Espero que estén disfrutando de la lectura y que también les sea de su agrado el siguiente capítulo <3


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Cuando ya eran cerca de las seis de la tarde, la puerta del cuarto finalmente se abrió y entró el detective con evidente cansancio. Eren dejó de lado los libros y apuntes que había estado estudiando desde hace una hora y le sonrió con carisma apenas sus miradas se encontraron. Levi hizo un intento de corresponder su sonrisa, pero se veía claramente desanimado.

Ese lunes el policía se había marchado temprano a sus seminarios, mientras que el moreno se había quedado en el hotel todo el día pues, durante la tarde y noche del domingo, la nieve había comenzado a caer en Mitras, recordándoles que aún estaba en pleno invierno al ser principios de febrero; por esta razón, Eren prefirió quedarse bajo el abrigo de la calefacción del hotel y avanzar en las materias que tenía pendientes desde la semana pasada.

El día anterior – tal como había planeado el muchacho – había salido con Levi a almorzar cerca del hotel y también fueron al dichoso planetario que había terminado por gustarle al detective, aunque le costara admitirlo. Particularmente ese día no habían conversado sobre el tema del Espectro, sino que comentaron anécdotas sobre sus excursiones escolares en Stohess; para ese momento, el chico se había dado cuenta de que Levi tenía un perfil más humanista en sus gustos y no tenía intereses en el ámbito científico.

Sin embargo, recorriendo las simulaciones que presentaban en el museo de astronomía – el planetario, como le había llamado el chico – pudo notar que Levi sí se veía agradado por las constelaciones, la forma en que antiguamente mapearon el cielo identificando las estrellas utilizando tecnología que, en estos tiempos, se podía considerar remota, pero que, para ese entonces, habían logrado descubrimientos que hasta el día de hoy permanecían en los libros de ciencias.

Ya entrada la noche del día anterior, cada uno había llegado a ver lo suyo; Levi se había enfrascado en leer la serie de reportes que trajo consigo, mientras hacía correcciones y tomaba apuntes; por su parte, Eren había estudiado muy poco – porque estaba demasiado pendiente de lo que hacía Levi a su lado – y terminó por leer una novela ligera que había traído en su viaje; junto a esto, el chico también se dio cuenta de lo poco que dormía el azabache.

Por más que lo intentó, el sueño terminó por vencerlo cerca de las una y treinta de la madrugada y, para ese momento, el detective seguía como si nada concentrado en su labor. Además, lo sintió levantarse muy temprano por la mañana para continuar con su trabajo y luego marcharse a los seminarios; no sabía si era algo constante en él o sólo porque tenía mucho trabajo pendiente; sin embargo, el detective no lucía para nada agotado con sus pocas horas de sueño.

– ¿Qué tal el día, Levi? – le preguntó el chico entusiasmado, sin dejar de ponerle atención mientras el hombre se sacaba el abrigo y lo dejaba colgado en el perchero junto a la puerta, para luego caminar hasta su cama y sentarse, mirándolo fijamente.

– Bueno, debo agradecer el haber traído el vehículo. – comenzó a decir, dejando su placa y su teléfono sobre el velador que compartían. – El tráfico estaba más lento de lo usual debido a que las calles estaban llenas de escarcha. –

– ¿No tuviste problemas en llegar, entonces? – siguió preguntando el moreno, manteniendo la sonrisa hacia su compañero de cuarto.

– Llegar no fue el problema. El problema fue estar allá. Esas charlas y conferencias son agotadoramente aburridas. Una real pérdida de tiempo. – sentenció Levi mientras se ponía de pie y se dirigía al baño. – ¿Tú te quedaste aquí? Iba a dejarte el vehículo, pero temía no llegar a tiempo con el transporte público. –mencionó desde el cuarto de baño, donde su voz se mezclaba con el sonido del agua del lavamanos.

Criminal - [Ereri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora