【𝕀𝕟𝕕𝕖𝕝𝕖𝕓𝕝𝕖】Assassination Classroom

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«Un poderoso dictador... Contra un super-ser.»

Reflexionó sobre lo sucedido con una figura impotente en el margen de esta escuela, era más que claro que su fuerte era saber sobre el perfil de una persona antes de abrir la boca para comentar cualquier estupidez que su confianza le brindara, pero ella también era una figura de igual importancia en el margen educativo. Su alto nivel académico le facilitaba obtener siquiera el mismo respeto que los docentes tenían con los 5 virtuosos, pero si hablamos de sus anteriores compañeros, era lo mismo que pertenecer a esta clase.

Pero el respeto y la sonrisa que ese hombre mostró era simplemente la caratula para, básicamente, decir que su autocracia no podía ser sometida de ninguna forma. Koro-sensei estaba contra ese sistema si o si, por algo era un super-ser que rompía las leyes de la lógica.

«Asaho Gakuho, es el presidente del prodigioso Instituto Kunugigaoka. Declarado un astuto administrador que ha llevado esta escuela a la cima del país a los 10 años de su fundación... La razón principal de su éxito radica en su meticulosidad y racionalismo. Siendo un ejemplo resaltado la categoría de la clase E. En esta escuela no existe escapatoria para el sistema que ha creado. Ni siquiera para él.»

Una presunta forma de vida "extraterrestre" que, no importa cuantos talentos muestre, en un sistema educativo como lo es el de esta institución, su posición de ser el más poderoso, se reduce a cero si se lo compara en contra del Asano mayor.

«—¿Puedo saber porque una de mis mejores alumnas se dejó rebajar?»

Apretó los dientes y subió más el volumen de su celular esperando a que su enojo cesará por unos instantes; la música increíblemente no ayudaba lo suficiente, en toda su extensa lista no había ninguna canción que fuera lo suficientemente tranquilizante o cómica para distraerse.

Ya que ni bien empezaba el día, y tan solo ver al emoticón ponerse una banda en la frente, daba señales de que iba a ser realmente tedioso.

—Pour la putain de mère... —renegó con enojo después de estrangular su celular porque la aplicación se había congelado. Su insulto no pasó de largo para los asientos que estaban a su alrededor terminando por atosigarla más al escuchar una risa a su derecha.

—Deberías tranquilizarte Kyoka-san. —no se molestó en mirar a su lado, no necesitaba ver aquella sonrisa burlona que podría sacarla más de quicio.

—Me voy a esforzar más. ¿Qué les parece si empezamos? —levantó su cabeza divisando un montón de copias residuales de Koro-sensei, hasta quiso estrellar su cabeza contra el pupitre.

No logró contar la cantidad exacta de clones pero lo que sí sabía es que, a diferencia de la vez anterior, las imágenes que mostraban los susodichos estaban distorsionadas. Quería con toda el alma encontrar una rolita buena para el momento, ya no soportab- ¿por qué estaba en su lista "soy un cacahuate" de bob esponja?

Suspiró y pasó a la siguiente, al mismo tiempo que Koro-sensei se repartía a toda la clase para iniciar con la sesión de estudio suprema.

"¿Dónde están los buenos hombres? Ya les dije adiós..."

—"¿Dónde encuentro un Hércules de la batalla en vos?" —murmuró la letra mientras se recargaba en la silla viendo a Koro-sensei gritarle una barbaridad de cosas. Era una canción, y era buena... Así que, ¿porque no?

Revolvió su cabello y se permitió sentirse en calma; por el momento lo único que escuchaba era la canción, y ver como Koro-sensei luchaba para que le pusiera atención. Actualizando el historial de su profesor sobre el asunto de los clones de imágenes residuales distorsionados, bajó el volumen de su celular y tomó su bolígrafo para empezar con los trabajos que el clon enfrente suyo le asignaban.