9.-Mi princesa

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Adrien tocó el timbre de la casa Dupain-cheng y de inmediato le fue abierta la puerta por Sabine.

-Adrien, que gusto verte. Pasa Marinette bajará en unos minutos.

El rubio asintió y se sentó en un sillón de la sala.

Estaba nervioso, esa sería la primer cita entre ellos, que conste que era de amigos.

Queria que su amiga cambiará de parecer, que volviera a ser su amiga y que volviera mostrar interes en su persona.

Ahora que lo pensaba, según él, ella nunca mostró interés en él. Eso lo ofendia un poco, ella mintió al decirle eso a sus amigas.

Estaba seguro que nunca de los nunca le llegó una carta confesandole lo guapo e inteligente que es o una flor tan siquiera.

Salió de sus pensamientos al sentir una mano sobre su hombro.

-Vamonos.

Adrien se levantó y observo de pies a cabeza a su amiga.

Sin duda se le veía bien con el cabello suelto y el vestido rosa pastel de tirantes que llevaba puesto.

-¡Wow!... Te ves hermosa.

La azabache no pudo evitar sonrojarse y bajo la cabeza.

-Ya no digas eso que me chiveo.

Adrien sonrió y agarró la mano de Marinette.

-Vuelvo más tarde.

-Okay, diviertanse.

Salieron del edificio y caminaron hasta llegar al parque frente a la casa de Marinette.

-¿Te puedo hacer una pregunta?

La azabache asintió y miro como el chico le tomó de las manos.

-Marinette... Mi princesa del alma, mi niña hermosa, mi pequeña saltamontes...-la azabache abrió los ojos con sorpresa y sentia como su corazón palpitaba rápidamente, ¡Adrien al fin le pediría ser su novia!- ¿Me puedes fiar unas galletas?

La azabache abrió la boca con decepción.

Al parecer seguiria estando soltera. Pero no importa, algún día se daría cuenta de lo que esta perdiendo.

-Este, no lo se... "Waaaaaaa y yo ya había planeado mi futuro junto a él".

Adrien mostro una sonrisa nerviosa y soltó las manos de su amiga.

Bueno al menos dijo no se, pero seguro que si hace ojos tiernos le fiarian las galletas que sean.

-Weno... Pues... -la azabache miraba al rubio con una ceja arqueada. -¿vamos por una coca de vidrio y unos chetos flamin-hot?

La azabache sonrió y asintió.

.

.

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Después de haber comprado un bueno de dulces, sabritas y refrescos en el Oxxo de la esquina, caminaron hasta llegar a la torre Eiffel.

-Es una espectacular vista.

Exclamó la azabache mientras miraba el atardecer.

Adrien por otro lado, se limitó a asentir con lentitud mientras miraba embobado el rostro de su amiga que era iluminado por algunos rayos de sol.

Sin duda estaba enamorado de Marinette pero tenía miedo de confesar sus sentimientos y ser rechazado.

Ya había imaginado su declaración toda hermosa, siendo aceptado y con un beso en los labios.(¿quién se imagino así su declaración?)

Cambio de rolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora