Incentivos

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Extra:
Mmmm, muchos de ustedes han preguntado sobre el origen y significado de los nombres de los dos emisarios.
Primero: todos son de origen Quenya. Sangwa significa "veneno" y Halya significa "ocultar/ocultar algo de la vista".

Después, simplemente se agregó terminaciones masculinas, en ambos nombres y listo.

Segundo: Me temo que el nombre de Súliat fue un poco más difícil de crear/traducir, ya que es una palabra compuesta. Son tres elementos ... Súli- + a + t

Súli es el plural de Súlë, que significa "espíritu, aliento, viento" y -t es una terminación dual, que significa "dos" o "ambos". (Pd: La letra "-a-" es meramente visual, y para que el nombre sea fácil de decir).
Asi que literalmente 'Súliat' significa: "El de dos espíritus", que es la interpretación o definición que se tenía para los traidores durante la Edad Media y parte de la era Victoriana.
Espero que estas definiciones ayuden a conocer un poco más a los personajes y sus motivaciones.

Y ahora sí, que disfrutéis del capítulo. 😍😍🙏

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Legolas no recordaba haber estado tan furioso en toda su vida. Hubo varias ocasiones en las que había estado realmente enojado antes, pero eso no había sido nada comparado con esto.

Estaba tan enojado que habría matado con las manos desnudas a la primera persona que entrará en su celda, ya sea si continuara atado o no. Pero más que rabia sentía culpa, una culpa que le atravesaba el corazón y amenazaba con destrozarlo cada vez que escuchaba un grito.

Como si fuera una señal, otro grito audible y ahogado rasgó el aire, lo que hizo que el elfo inclinara la cabeza y, por milésima vez, maldijera el agudo oído con el que su pueblo había sido bendecido. No podía soportar esto más, no podía simplemente sentarse aquí y escuchar los gritos de Aragorn. Sin embargo, no había nada que pudiera hacer para cambiar ello, y eso, junto con el conocimiento de que todo esto era culpa suya ... de que todo esto sucedía solo por su culpa, era suficiente para volverlo loco.

Si le hubieran desatado las manos, se habría tapado los oídos para bloquear los sonidos de dolor de su amigo. Era su culpa que Aragorn estuviera en manos de Teonvan. Era culpa suya que el montaraz estuviera sufriendo. Era culpa suya que lo estuviera torturando el ser más enfermo que había tenido la desgracia de conocer.

El grito se desvaneció y finalmente se apagó, y Legolas se reclinó contra la húmeda pared de piedra, luchando por mantener la compostura y contra las lágrimas que querían escapar de sus ojos fuertemente cerrados. Los gritos habían comenzado poco después de que se llevaran a Aragorn, e incluso ahora, después de al menos dos horas, no se habían debilitado en intensidad - El elfo tragó saliva - Sabía lo que eso significaba y la culpa en su corazón aumentó aún más. Le había prometido a Lord Elrond que cuidaría de Estel, había prometido proteger al joven con su vida, ¿y qué estaba haciendo? Permitiendo que el montaraz fuera torturado por un hombre que no había querido nada más que hacer eso durante la última semana. Que buen amigo que era, ¿no?

Todavía estaba contemplando su propia estupidez y planeando furiosamente lo que le haría a Teonvan si alguna vez pudiera ponerle las manos encima cuando otro sonido llegó a sus oídos, un sonido que después de un momento identificó como pasos. Los sonidos se acercaron y finalmente se detuvieron frente a la puerta de la celda, y un momento después escuchó una llave raspando la cerradura hasta que esta se abrió con un fuerte y resonante clic.

Mientras Legolas todavía parpadeaba rápidamente para ajustar sus ojos a la luz cegadora, dos figuras oscuras entraron en la pequeña celda y lo agarraron por los brazos, poniéndolo de pie y arrastrándolo fuera de la habitación antes de que el elfo se diera cuenta por completo de lo que estaba pasando. Afuera esperaban tres hombres más, y cualquier intención de escape murió de inmediato en la mente de Legolas. No había forma de que pudiera escapar de cinco hombres. Sí, estaba lo suficientemente enojado como para enfrentarse a tres veces más, pero considerando la forma en que le dolía el pecho y una vez más tenía problemas para respirar, ni siquiera lograría luchar contra tres de ellos.

Caminar en la noche (Libro 05)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora