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En otra parte, Aiko había logrado comprar las cosas que Shinobu le había pedido y ahora era tiempo de regresar

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En otra parte, Aiko había logrado comprar las cosas que Shinobu le había pedido y ahora era tiempo de regresar. Al momento que la puerta eléctrica se abrió, la castaña sintió el radiante sol quemándola junto con el condensado aire de la temporada. Definitivamente, ella no era una persona de climas cálidos. 

"Y si mejor compro un helado para el camino..." Aiko meditó un poco pero a la final decidió regresar para comprar un helado en base de agua "Siempre y cuando Shinobu no note que comí helado, todo estará bien." Contestó para si misma. 

A los 5 minutos, nuevamente la castaña salía de la tienda con una paleta a sabor a fresa junto con las cosas de Shinobu y, ahora sí, se dirigía al departamento. Durante el trayecto, Aiko decidió organizarse con su lista de quehaceres para el día, además de revisar los capítulos del horrible libro de economía, pensó en dividir sus horas de estudio con la técnica de pomodoro y darse lapsos para descansar mientras estudiaba, también debe recordar que en su clase de taller del color necesita terminar unos ejercicios con el círculo cromático y comenzar a escribir el ensayo final de su clase de literatura porque se conoce, sabe que si lo deja para la última semana, la pasaría mal... va a ser agotador. 

La castaña continuaba caminando en dirección a su casa, pero se encontraba tan sumida en sus pensamientos que, como si fuera un imán de la desgracia, no faltaba día que ella no evitara chocarse con alguien. 

—¡Perdón, estaba distraída!— La castaña se inclinó como disculpa hacia la persona que ni siquiera ver quien era. "ojalá ya no sea el panadero" pensó mientras lloraba internamente. 

—Oh, no te preocupes señorita.— La voz conocida de una mujer resonó en los oídos de la castaña.— Vaya, eres tú Aiko-chan.— La mencionada subió su vista y se encontró con tres dulces ancianitas saliendo del parque. ¿Cuándo fue que ella había pasado por el parque?— Inazi-chan, Chiho-chan, ella es Aiko-chan, la jovencita que vive un piso más abajo de mi edificio. 

Aiko, quien normalmente se pone muy nerviosa con los desconocidos no sabía si saludar o no.

—¡Oh, que bella jovencita!— Admiró la anciana de lentes mientras sonreía más. 

—Emm... esto, gracias— Respondió al cumplido de la contraria. Comenzaba a sentir la incomodidad por su forma de ser, de paso, andaba en arapos y ni siquiera logró lavarse el cabello hoy. ¿Y si de casualidad olía mal? ¿O si ya huele mal pero no se ha dado cuenta? ¿Y si...? Así es como empieza el círculo vicioso de la ansiedad que le toma a Aiko cuando no se siente segura, esperaba que no le diera un ataque estando tan cerca de llegar. 

—¿Aiko-chan, te encuentras bien?— La mano cálida de la señora Müller- que diga- Saeko-san, había traído de vuelta a la realidad, se dio cuenta que casi comienza un espectáculo y sintió la necesidad de disculparse y salir de ahí, pero el reconfortante tono de las mayores la tranquilizaron, no supo cuando ella se encontraba en la mitad del grupo de ancianitas quienes la guiaban hacia el parque. 

—Luce pálida, Saeko-chan.— Comentó Chiho en tono preocupado.— Déjame ver si tengo un caramelo en mi bolso.

—No no, creo que una Coca le haría bien, es joven y creo que necesita más azúcar— Comentó Inazi, quien trataba de divisar a un vendedor cercano. 

Ignorando un poco los comentarios de sus amigas, Saeko sentó con cuidado a la joven y trató de que esta recuperara un poco el aire y comenzara a relajarse. Esperaron alrededor de unos 2 minutos hasta que Aiko comenzó a hablar. 

—Perdón por quitarles el tiempo— Dijo insegura, pero las tres señoras negaron con la cabeza. 

—¿Cuál tiempo cariño? Nosotras tenemos demasiado tiempo libre.— Comentó sin preocupaciones la abuelita con lentes. 

—Nosotras queremos saber si te encuentras mejor— Saeko le dio un tiempo para que ella respondiera. 

—Uhmm, es por el golpe de calor— Comentó un poco nerviosa la más joven, aunque era una mentira, Aiko sabe que no puede ir por la vida contándole sus problemas personales a las personas que acababa de conocer. —Yo no me adapto mucho al clima caluroso y sobre todo por estas fechas. Mil disculpas si las preocupé—Finalizó. 

—Nada que ver. 

A la castaña le extendieron una botella de agua helada para su frente y que se hidratara, con eso logró "recuperarse" y marcharse a su apartamento. Pero antes, las ancianitas terminaron por convencerla de reunirse con ella la próxima semana que terminaba sus exámenes como un favor, ya que Aiko se dio cuenta que cuando chocó había derrabado un poco de helado en su vecina y sentía que no podía dejarlo así. Era como un favor.  

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Al entrar por la puerta, Shinobu la esperaba sentada en el sofá de la mini-sala de estar junto a una toalla envuelta en su cabeza, posiblemente ya se había bañado y desayunado. 

—¿Qué te tomó tanto? y ¿por qué luces tan agotada?— Preguntó la pelimorada. Pero Aiko solo le extendió la bolsita con las cosas que requería mientras pasaba de largo hacia su habitación.

—Socializar es agotador. 


Demasiado Dulce ♡ [Kamado Tanjiro x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora