Tras ser encerrada en el desván de la casa de su tía, Ayla decide escaparse e intentar formar una nueva vida. No es fácil para ella debido a que al estar encerrada no pudo sacar su carrera de estudiante pero según dicen nunca está mal recurrir a vie...
Salí de allí para irme a la calle, hacía mucho frío y era muy tarde, tenía que volver andando a casa y estaba algo asustada por el camino, pero por suerte al doblar la esquina de la calle donde estaba el club Víctor me pitó en su coche.
- ¡Sube te llevo a casa!- me sonrió.
Me subí en su coche y después de un rato llegamos a mi casa, pero... se la pasó y siguió hacia delante.
- O-oye, te has pasado mi casa- dije extrañada.
- Lo sé, te llevo a la mía, vamos a tomarnos unas copas. Hoy como primer día has conseguido la atención de muchos, te lo mereces ¿no crees?
- Supongo- sonreí-. Pero iré muy tarde a casa.
- Puedes quedarte en la mía a dormir- me sonrió.
Asentí y poco después llegamos a su casa la cual era muy grande, negra y con un jardín enorme con piscina.
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Casi todos los muebles de la casa eran blancos y destacaban muchos a las paredes y suelos negros.
- Te gusta el negro por lo que veo- dije tocando la tela del sillón.
- Sí, es de los mejores colores, ¿no lo crees?
- Sí, estoy de acuerdo- le sonreí.
Me llevó a la parte inferior de la casa donde tenía un espacio para reuniones.
- ¿Me servirás también algo negro para beber?- me reí.
- Si quieres, puedo- se rio conmigo.
- A ver sorpréndeme- le guiñé un ojo.
Unos minutos después me sirvió un puerto de Indias, con sus hielos, frambuesas, canela y sirope de fresa.
- ¡Oye! Estás echo todo un profesional- le sonreí.
- Claro- nos reímos.
De golpe se escucharon unos pitidos y acelerones en la puerta y su mirada se tensó.
- Mierda, se me olvidó- dijo tocándose la nuca-. Ya vuelvo.
Pasaron un par de minutos y volvió con un señor de 50 años, o más, el cual era igual a él, sobre todo en los ojos y tres jóvenes de su misma edad aproximadamente.
- Ayla, este es mi padre y mis tres mejores amigos...
- Un placer-sonreí.
- ¿No me la presentas Víctor? Quiero conocer a mi nuera- añadió el señor y tras él uno de los jóvenes dijo mordiéndose el labio inferior mientras me miraba-. ¡Eso, eso!- Víctor lo miró con una mirada asesina y el chico se cortó un poco.
- Papá ella no es...- su padre le cortó la frase y prosiguió él- no me mientras hijo... sé que lo es. Estoy muy feliz por ti hijo mío- le abrazó.
