Bad Luck Ꮺ ࣪˖ Ziall

◟𓏲࣪OO2

Niall esperaba impaciente a que la puerta se abriera.

Su dueño se había marchado hacía unas horas y no había regresado.

Movía su pie con impaciencia, mirando el reloj en la pared, no sabía leer los relojes de aguja, pero podía mirar la aguja que marcaba los segundos, dando un paso tras otro en círculos, mostrando el tiempo avanzar con rapidez.

El sol se fue, vio el cielo teñirse de rosas y naranjas, con preocupación.

Cuando el cielo pasó a ser de azules cada vez más oscuros, y su dueño seguía sin volver, Niall bajó las orejas, triste.

El cielo se tiñó de completo negro, y los puntos de luz que Zayn le había llamado estrellas aparecieron uno por uno.

Y su dueño no volvía.

Niall quiso llorar, pero recordó que Zayn le decía que él no era ningún gato llorón y se contuvo.

Continuó pasando el tiempo, y unas cuantas horas después del atardecer la puerta se abrió, Niall sintió el olor de su dueño, y se apresuró a ir hacia él.

Zayn alzó una mano antes de que Niall pudiera comenzar a frotarse en él.

El pelinegro señaló su otra mano, que descansaba sobre su pecho dentro de un pañuelo, atado a su cuello.

— Me torcí la muñeca, tuve que ir al hospital y-

Se detuvo cuando escuchó a Niall sorber su nariz, notando las lágrimas en el rostro de su gatito.

— Oh, no, Nini, no llores. — Zayn llevó su mano libre al rostro del híbrido, acariciando su mejilla — Fue algo muy estúpido, salía de comprarte unas galletas y me tropecé, caí mal y-

— Es que doy mala suerte — murmuró.

— ¿Qué? No, no tienes la culpa.

— ¡Sí, Zaynie! — objetó — Ibas a comprar algo para mí y pasó esto, es mi culpa. — hizo un mohín.

— Que no es tu culpa y no das mala suerte, gatito. — Zayn habló con seriedad, sostuvo el mentón de Niall para dejar un rápido beso en los finos y rosados labios del híbrido, haciendo que este se ruborizara.

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— ¿Qué tan mala suerte damos los gatos negros?

— Siete años — respondió el tigre.

Niall frunció el ceño, ladeando su cabeza, su flequillo y orejas se fueron hacia un lado.

— Das mala suerte por siete años. — dijo Harry — Luego de eso dejas de tener mala suerte.

Niall asintió, comprendiendo.

— Y... ¿Qué tan mala suerte puedo dar? En cantidad.

Harry llevó una mano a su mentón pensando, luego rascó un poco sus orejas.

— Es difícil saber la cantidad — dijo— Necesitas un termómetro de mala suerte para averiguarlo. Pero puedo explicarte cómo funciona la mala suerte.

El rubio asintió.

— Tienes un nivel de mala suerte que va a ir gastándose a lo largo de siete años. — comenzó — La mala suerte puede mostrarse de muchas formas, más leves o más fuertes. Si gastas un poquito de tu mala suerte todos los días, cosas leves le pasarán a Zayn.

Niall asintió.

— Pero, si pasan los días sin que pase algo malo, cuando ocurra la mala suerte, será en algo más fuerte, porque hay mala suerte acumulada.

Niall abrió los ojos con miedo.

— No quiero que nada malo le pase a Zaynie.

— No es algo que puedas controlar — dijo Harry — La suerte ocurre por sí misma, y no puedes hacer que ocurra, sino, no cuenta.

Niall frunció el ceño.

— No puedes hacer que Zayn se caiga de una escalera, tiene que caerse sólo para que cuente como mala suerte — explicó el tigre.

Niall comprendió.