Mi Ángel (#2)

十四

-¡Yuta! Por milésima vez, ¿puedes quedarte quieto?

-No, no puedo -contesté, pero la mirada asesina de Doyoung logró convencerme-. ¿Dónde está Johnny?

-Él vendrá con Ten y Winwin, está haciendo su parte del plan -explicó, algo molesto, con la mirada atenta en su teléfono y escribiendo algo.

-¿Cuánto más tardarán? ¿Y por qué yo tengo que esperar fuera?

-Querías hacer una fiesta sorpresa por el cumpleaños de Sicheng, ¿verdad? Pues ¡sorpresa!, también es tu cumpleaños y le hicimos la fiesta para ambos. Es la quinta vez que te lo explico, ¿podrías quedarte quieto y callado?

-Pero mi ángel aun no llega y-

-¿Sabes qué? Eres como un niño insoportable.

Doyoung se asomó por la puerta del lugar donde sería la fiesta, intercambió unas palabras con alguien y momentos después, Jungwoo salió al pasillo, reemplazando a su novio. Se paró frente a mí, con los brazos cruzados, intentando ser intimidante.

-Yuta~

-Jungwoo~

-Te pedí que no lo molestaras. Está bastante estresado con el trabajo y ahora necesita organizar... lo que está pasando ahí dentro.

-Lo siento... ¿Cómo consiguieron este lugar?

Era un enorme edificio de oficinas, y consiguieron una sala destinada a reuniones completamente vacía y en un muy buen estado en un séptimo piso. No cualquiera podría obtener un lugar así, mucho menos para hacer una fiesta.

-Este edificio es del padre de Taeyong, él nos hizo este favor. Es su regalo para ustedes.

-Es una lástima que no pudiera venir -Jungwoo asintió y segundos después, el elevador a nuestro lado sonó.

Johnny y Ten salieron primero con sus manos entrelazadas y me saludaron con un movimiento de cabeza antes que Jungwoo los empujara dentro del salón. Detrás de ellos apareció mi ángel, y no me demoré mucho más en correr a sus brazos y llenar su precioso rostro de besos.

-Lamento interrumpir, pero debo ir a ayudar. Ustedes esperen veinte minutos y entren, ¿de acuerdo?

Ambos asentimos y, cuando Jungwoo nos dejó solos, continué con mi muestra efusiva de cariño, aún sabiendo que el amor de mi vida es bastante reacio y se cansa rápido de mi afecto. Y como nuestro amor es más grande, soportó mi abrazo durante los veinte minutos de espera, con su hermosa sonrisa en el rostro.

Sin esperar ni un minuto más, entramos, siendo recibidos con música que retumbaba por todo el lugar y vitoreo de todos los presentes.

Mark se acercó a nosotros con la intención de guiarnos a nuestro lugar, pero no pude resistirlo y lo abracé, era un niño tan lindo.

-Déjalo hacer su trabajo -rió Winwin, saludando a Mark.

-Después, ahora debo abrazar a mi hijo.

Observé a Sicheng rodar sus ojos y fingí ofenderme, Mark no hacía más que reír. Ya lo había adoptado como mi hijo y Winwin no parecía oponerse a ese asunto, pero debía tener cuidado con el padre de mi yerno, Johnny protegía a Haechan como si realmente fuera su bebé.

Liberé a Mark y dejé que nos ubicara en la punta de una larga mesa repleta de comida.

Quien dirigía la fiesta era Doyoung -ahora entendía un poco más su estrés-. Algunos presentaron un baile que provocó carcajadas en toda la mesa, otros cantaron una canción inventada y algunos se le sumaron con un rap algo descoordinado.