Descubrí toda su verdad.
Todos amaban a Sicheng, ¿quién no lo haría? Era la persona más dulce y tierna en todo el universo.
Era un ángel caído del cielo.
Pero los ángeles que caían del cielo habían sido expulsados y se consideraban demonios.
Sicheng era un demonio.
...
Antes del descubrimiento
Después de haberla cagado olímpicamente con Sicheng, me sumí en mis lágrimas hecho una bolita sobre mi cama. Hubiera preferido lloriquear en la cama de Johnny y recibir sus mimos, pero no había regresado aún de la reunión.
Esa noche apenas pude dormir, pero en la mañana, lavé mi lamentable rostro y fui en busca de Winwin. Debía disculparme y darle lo que, sin querer, había evitado.
Lo busqué, pero no pude encontrarlo en su cuarto. Fui a la habitación de su amigo tailandés, pero nadie me abrió.
Caminé hacia la habitación de Taeyong, tal vez sabía algo. Como el camino era largo, llamé a Johnny, intentando tener alguna pista. Él se vería con Ten en la noche porque estaría ocupado por la tarde, pero no sabía en qué ni con quién.
En cuanto llegué al edificio de Taeyong, me encontré con Doyoung y Jungwoo saliendo.
—Yuta~
—Jungwoo~
—¿Siempre que se encuentren van a hacer eso? —comentó entre risas Doyoung, viendo nuestras estupideces.
—Lion~
Gruñí hacia él, moviendo mis manos como garras. Doyoung reía, como siempre que hacíamos eso. Intenté continuar mi camino, pero Dongs me tomó del brazo.
—Si buscas a Taeyong, fue a la academia de baile.
—¿Cómo sabes que lo buscaba a él?
—Solo conoces tres personas en este edificio, y dos de ellas están frente a ti.
Tenía razón, pero aún había algo que no entendía.
—¿Fueron a la academia un sábado?
Doyoung abrió la boca para hablar, pero Jungwoo habló antes que él.
—Están preparando la próxima presentación, y ahora que terminaron los exámenes, tienen más días de ensayo. Pero la clase de hoy termina a las 19.
—¿Cómo sabes todo eso?
—Su hermano mayor es compañero de Tae y los demás —habló Doyoung.
Le agradecí por la información y los dejé solos. No estaba seguro si debía atraparlo a la salida de la academia, citarlo en algún lugar o esperarlo fuera de su habitación.
Tal vez era arriesgado, pero opté por la última opción. Si era necesario, esperaría hasta el otro día sentado frente a su puerta, o cuando quisiera aparecerse.
Pero por suerte, no pasaban de las 20 cuando me puse en pie por su presencia. Se detuvo un momento a observarme con seriedad. Se acercó a mí en silencio, abrió la puerta de su habitación y se apartó, indicándome que entrara.
Mis manos comenzaron a sudar y los nervios apretaban mi pecho. Cerró la puerta detrás de nosotros. Con llave.
Nuestros ojos no perdieron contacto en absoluto, el silencio seguía inundando la habitación y la tensión era palpable.
Abrí la boca para hablar pero fui interrumpido por la repentina cercanía de nuestros rostros.
En ese momento descubrí toda su verdad. Sicheng era un demonio.
Me tenía agarrado del cuello de la camisa, su mirada se mantenía firme sobre la mía. Aunque nuestra diferencia de altura no era tanta, ahora parecía mucho más alto que yo, me sentía como un gatito asustado ante su mirada.
Su respiración estaba alterada y aunque parecía querer hablar, el silencio nunca llegaba a su fin.
Con un fuerte suspiro se alejó de mí, volviendo a ser el tímido chico que conocía.
—Lo siento, no debí hacer eso.
—Creí que ibas a golpearme.
—Oh, no. No era eso. Chittaphon me dio un consejo pero me fue imposible hacerlo.
—¿De qué hablas?
—No... no importa —murmuró, pero no podía negar que mi curiosidad me pedía saber más—. ¿Por qué estabas esperándome?
—¡Oh, cierto!
Y sin esperar más, tomé su rostro entre mis manos y uní nuestros labios.
Sentir su piel contra la mía hizo explotar mi mente. Moví mis labios con lentitud y finalmente reaccionó. Fui correspondido.
Sus manos se sujetaron con fuerza de mi camisa, esta vez en la zona de la cintura. Me animé a acercarme aún más a su cuerpo y profundizar el beso.
Mi estómago comenzó a alterarse, como si hubiera estado hambriento de esos labios y finalmente satisfacía su necesidad. En el silencio de la habitación, donde solo se escuchaba el sonido de nuestros besos, podía sentir en mis oídos el fuerte y acelerado latido de mi corazón.
Y como el demonio que era, Sicheng tomó mi labio inferior entre sus dientes y tiró levemente hacia él, siendo inevitable que se me escapara un pequeño gemido.
Abrí mis ojos, encontrándome con la felicidad saltando en la mirada contraria. Sus mejillas estaban sonrojadas y su sonrisa era enorme.
—Ayer no quise evitarte, créeme que deseaba esto —susurré contra sus labios.
—Creí que había entendido mal nuestra relación y ahora me detestabas.
—Eso nunca.
Abracé su cuello con ambos brazos, recibiendo una risa de su parte.
Esa noche recuperamos todos los besos que habíamos perdido por no animarnos antes a dar el paso.

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Mi Ángel (#2)
Fanfiction"Ángel: Persona a la que se le atribuyen cualidades que se consideran propias de los ángeles, como la bondad, la inocencia, la belleza, etc. Cualidad del carácter de una persona, mezcla de gracia y simpatía, que la hace atractiva o agradable a los d...