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Era agradable que algún profesor se ausentara para tener un rato libre, descansar o incluso adelantar trabajos.

Pero aquella tarde, procuré agradecerle al cielo y al universo, a todos los dioses y a las energías, al karma y a todo lo que conocía.

Sicheng me invitó a ver su ensayo de danza en cuanto le dije de mi rato libre. Lo seguí hacia la academia como un niño emocionado, porque eso era.

Al llegar, saludé a Ten y Taeyong desde lejos mientras ellos estiraban sus músculos.

—Ya conoces a Jaehyun, puedes sentarte a su lado.

Cuando divisé a mi amigo, me acerqué a él. Bajo mi intensa mirada, pareció empequeñecer.

—No me veas así.

—¿Así cómo?

—Al verme te sorprendiste, después me juzgaste como si fuera un asesino y te acercaste a mí con ese rostro de picardía.

Intenté no reír muy fuerte.

—¿Vienes seguido?

—No tanto, no quiero molestarlo —señaló a Taeyong con la cabeza—. Pero hoy saldremos cuando termine su clase y le pedí esperarlo aquí.

—¿Avanzaron algo o...?

—Seguimos igual.

—Si sigues así, se va a aburrir de ti.

—No me ayudas, lo sabes, ¿verdad?

—Me parece estúpido que sigas tan inseguro. Es obvio que ya superó a su ex y está loco por ti.

—Ya hablamos de esto.

—Ya lo hemos hablado pero parece que no entiendes. Aún te sientes insuficiente. Y sabes bien que no eres el único sufriendo con esto.

—Solo olvídalo —Jaehyun bufó y cambió de tema—. ¿Qué te traes con ese chico? Es la primera vez que veo a Winwin invitando a alguien.

—Es un alivio, lloraría si esta era una forma de conquista. —Jaehyun rió con suavidad antes de volver la vista a los bailarines.

—Ya los vimos estirar, ahora cállate y disfruta de sus bailes.

Eso pensaba hacer. Practicaron algunos pasos siguiendo al profesor y ensayaron una coreografía en grupo. Apenas podía ver a Sicheng, normalmente estaba en la parte de atrás y en el lado opuesto al mío, por lo que sus compañeros se cruzaban en mi campo de visión constantemente.

Y aun así estaba embobado cada vez que lo descubría entre los demás.

Después de mucho sudar, el profesor los llamó uno a uno para practicar sus solos libres.

Comenzó con Taeyong, provocando que mi compañero babeara todo el suelo. Algo que como un buen amigo, le hice notar, ganándome un pequeño empujón de su parte.

Le siguieron otros chicos que no escuché sus nombres y Ten fue llamado. Me sorprendió que el profesor dijera su nombre y apellido completos, parecía casi un trabalenguas. O Mark rapeando.

Con disimulo, saqué mi teléfono y comencé a grabarlo, sé que John me lo agradecería.

Unos compañeros después, Winwin fue llamado. Pensaba grabarlo también, pero en cuanto tomó su lugar en el centro y la música comenzó, quedé hechizado.

Mis ojos seguían cada uno de sus movimientos. Sus brazos, sus piernas, su mirada, era un todo que se movía maravillosamente y te atraía hacia él. Su expresividad me hacía temblar el corazón y sentí el vello de mi brazo erizarse.

Mi Ángel (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora