Capítulo 12: La verdad no se puede esconder

93 23 7
                                    


Las semanas pasaron desde el incidente en el club. Ahora Olí me cuida como si fuese mi guardaespaldas, ni siquiera me deja ir al baño solo. Es tierno que se preocupe tanto por mí, me agrada y me siento seguro a su lado, lo malo es que no puedo practicar mis poderes en paz.

Mientras tanto Zack se ha puesto un poco celoso por todo el tiempo que paso con Olí así que el día de mañana lo llevare a una cita. Aún no sé a dónde llevarlo, creo que improvisare.

El tío Jonathan ya consiguió un apartamento y un empleo. Así que Justin puede ir a la casa sin problemas y Alex ha estado más relajado.

Un día el que estaba ayudando a Zack a cuidar al bebé, él tuvo que ir a la tienda de emergencia por pañales así que me quede solo con Justin. Fueron los treinta minutos más aterradores de mi vida, casi se me cae al bebé un par de veces por los nervios. Por suerte todo salió bien y ambos seguimos vivos.

En este momento estoy conduciendo mi nuevo auto ya que por fin conseguí licencia y mi padre me compro un auto, dijo que era mi regalo de cumpleaños adelantado o algo así. Yo solo podía pensar en el auto nuevo así que deje de escuchar luego que me dio las llaves.

Me estaciono frente a la casa de mi novio, algo torcido, pero lo he hecho peor. Comienzo a tocar la bocina como loco hasta que él sale.

—¡WOW! —exclama sorprendido —¿Te lo robaste?

Su cometario me hace soltar una carcajada.

—No tonito, es mi regalo de cumpleaños. —le respondo

—Pero aún falta una semana para tu cumpleaños. —se atreve a responderme

—¿Subes o no? —le pregunto un poco impaciente —Por qué no eres el único en la lista, solo el que vive más cerca.

Zack se sube al auto y yo acelero hasta el fondo. Conduzco por las calles de la ciudad sin un destino fijo, solo sintiendo el aire en mi cabellera y cantando a todo pulmón mi playlist.

—¿Vamos a ir a algún lado o solo quieres dar vueltas hasta que se acabe el tanque? —me pregunta mi novio

—¿A dónde quieres ir? —le pregunto

—No lo sé. —se encoje de hombros —Simplemente no estar dando vueltas por mi está bien.

Se me ocurre a donde podemos ir así que giro el auto un poco brusco y conduzco hacia la carretera.

Conduzco un par de Kilómetros fuera de la ciudad en un camino algo empinado. Estaciono el auto y le cubro los ojos a Zack cuando bajamos.

Lo llevo a un mirador, donde se observa toda la ciudad, muy bonito.

—¡Wow! —exclama sorprendido —¿Cómo conociste este lugar?

—Un amigo me conto de él. —le respondo

—Deja el misticismo, sé que fue Oliver. —me dice

—Bueno, sí fue él. Me dijo que aquí es donde a él le gustaría declararse. —le cuento —Es un lugar muy romántico ¿No crees?

Él asiente con la cabeza y nos quedamos viendo la ciudad un rato. Ya está anocheciendo así que tenemos una vista en primera fila del atardecer.

—Adoro la vista. —dice Zack y volteo a verlo, pero él me está viendo a mí y no al atardecer

—Eres muy dulce. —le contesto y le doy un tierno beso en los labios

Zack me jala para robarme otro beso, uno más apasionado, uno en el que siento cosquilleo en el estómago con cada toque. Ahora solo existimos él y yo, todo lo demás desaparece, dejo de escuchar a las aves y autos y solo escucho nuestras respiraciones. Siento que estoy flotando en el aire y todas las preocupaciones o sentimientos negativos se quedaron en el suelo.

Enamorado de la magia(2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora