Capítulo 23: ¿Karma o redención?

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Rápidamente yo uso el aire para liberarme del agarre de Helena y corro rápidamente a mi madre. La sostengo con cuidado y veo como tiene una gran quemadura en el área del pecho.

—Tranquila estarás bien. —le susurro con los ojos lloros

—Está bien cariño, ya llego mi hora. —me dice mi madre limpiando la lagrima que se me escapo

—No digas eso, solo ahora tus fuerzas que te buscare ayuda. —intento callarla en vano

—No llores por mi cariño, la que debería estar arremetida soy yo. —me responde ella

—¿De... de... que hablas? —le pregunto tartamudeando entre lagrimas

—De que fui una mala madre para ti, dejé que mi miedo y mis inseguridades te separaran de mí. —me responde hablando cada vez mas bajo y más lento

—Está bien, mamá todo estará bien. —intento calmarme más a mí que a ella

—Deje que viejos prejuicios de mis padres me envenenaran la cabeza. La que te rechazo no fui yo, fueron las inseguridades que mi madre planto en mi cabeza sobre que sería una mala madre. Lo irónico es que lo termine siendo. —dice mi madre muy débil

—No fuiste tan mala, tengo varios recuerdos buenos. —le digo con la voz muy quebrada

—Eso me tranquiliza un poco ¿Solo te quiero pedir algo? —me pregunta y yo asiento rápidamente —Dile mi esposo, a Isaac y a Kaleb que los amo y cuida a ese chico tuyo, es uno de los buenos. Adiós, hijo te amo...

—No te vayas mamá, no por favor no, se los dirás tu misma. —le comienzo a suplicar, pero es muy tarde ella se ha ido

Lloro sobre el pecho sin vida de mi madre, dejando ir todo el resentimiento y perdonándola. Después de todo los buenos recuerdos sobrepasan a los malos. Le susurro que la quiero, le doy un corto beso en la frente y cierro sus ojos.

—Que conmovedor, casi me pongo a llorar. —dice Gwen fingiendo que se limpia una lagrima — Bueno supongo que el sacrifico que te revivirá será el pequeño ilusionista. —le dice Gwen a su hermana

—Esto me lo pagaras. —le digo serio

—Y ¿Qué es lo harás? —preguntan ambas entre risas

—Esto. —les digo dando un paso adelante y estiro mi mano —¡REGRESA A MÍ! —le ordeno al libro y este se escapa de la mano de Gwen para volar a la mía

—¿Eso debería asuntarnos? —pregunta la bruja entre risas —Yo conozco ese libro como la palma de mi mano.

—Entonces conocerás este hechizo. —le digo y comienzo a recitar el hechizo de autodestrucción del libro

Conforme recito el libro una pequeña nube negra, como un pequeño torbellino, me envuelve y me eleva. Mis ojos se tornan negros y toda mi energía y magia se comienza a enfocar en el libro. Veo como las dos brujas me miran con terror.

Al terminar de realizar el hechizo arrojo el libro lejos. La nube y toda mi energía oscura salen de mi cuerpo y entran al libro. El libro se eleva y comienza a pasar hojas a gran velocidad. Un brillo segador sale del libro y luego desaparece, el libro ya no está.

—¡NO! —exclaman ambas aterradas —¿Qué hiciste niño tonto?

Helena se vuelve cada vez más traslucida hasta que finalmente desaparece. La varita oscura que sostiene Luke se vuelve ceniza. El collar de Gwen pierde su brillo y con eso su magia, ella comienza a envejecer hasta volverse una anciana mucho más arrugada que la señora June que recuerdo. Las cuerdas que envuelven a Zack desaparecen y él comienza a caer, intento detenerlo, ya no tengo poderes.

Enamorado de la magia(2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora