Capítulo 11: Henry Dellydool

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Olí y yo estamos sentados en nuestra banca del patio trasero. Decide que nos tomaríamos este periodo libre para que podamos terminar el trabajo de química que se entrega hoy, lo intentamos terminar ayer en su casa, pero fue imposible porque su madre nos pidió ayuda para cocinar y así perdimos el tiempo jugando en la cocina.

—¡POR FIN! —exageró y dramatizo tirándome al suelo con los brazos abiertos —Pensé que nunca terminaríamos con esto.

—Eres un exagerado. —me levanta Olí del suelo

—Pero así me quieres. —le digo dándole un beso en la mejilla, descubrí que me gusta mucho hacerlo sonrojar, es muy divertido

—Hay que celebrar que por fin terminamos esta tarea tan larga. —dice Olí agotado

—Aún me debes un plato de galletas. —le recuerdo

—Podemos ir a mi casa y hacerlas. —sugiere

Yo acepto encantado la idea, después de eso entramos de nuevo al edifico, no tiene sentido que hayamos terminado el trabajo si no entramos a clase para entregarlo.

Saco mis cosas de mi mochila y se cae una pequeña nota en forma de corazón, Olí se apresura, la toma y la lee:

"Tu cabello brilla como el sol

Tu sonrisa me llena de alegría

Contigo yo pierdo el control

Porque eres mi fantasía."

—Aww ¿Quién te escribió un poema? —dice mientras finge que se limpia lagrimas

—Pues quien más, solo tengo un novio. —digo arrebatándole la nota y guardándola

—Por ahora. —me guiña el ojo

—¿De qué hablas? —le pregunto riendo

—Pues que si quieres puedo ser tu amante. —dice lanzándome un beso al aire

—Deja de decir tonterías. —lo empujo de forma amistosa

—Si... tonterías. —repite y creo que lo hace con un tono amargo o tal vez triste

Como sea, no podemos seguir jugando porque entra el profesor.


Después de clases voy a la casa de Olí a hacer las galletas. Yo fui su sexy asistente que le pasaba las cosas y lamia la paleta. Mientras comemos las galletas le cuento que hace mucho que no salgo de fiesta y que lo extraño mucho. Él se ofrece a llevarme a un club gay que le recomendó un amigo.

—¿Eres gay? —le pregunto sorprendido

—No me gusta limitar mis opciones. —se encoje de hombros


La tarde del día siguiente estoy en la casa de mi novio ya que aún tengo pendiente hacer skinny dipping en su piscina.

—¿En serio tenemos que hacer esto? ¿Qué tal si me miran mis vecinas? —pregunta Zack indeciso

—No te voy a obligar a nada. —me encojo de hombros —Pero yo si lo voy a hacer.

Dicho eso me quito la ropa y salto a la piscina. Nado un par de vueltas mientras Zack solo me mira desde la orilla.

—¿Te vas a quedar ahí? —le pregunto lanzándole agua — Porque tengo amigos tritones que les encantaría acompañarme.

—Eso jamás. —dice decido, se quita la ropa apresurado y salta a la piscina

Yo comienzo a nadar por la piscina mientras Zack me persigue. Finalmente me acorrala en una esquina, me da su mirada traviesa cuando se acerca. Se muerde el labio inferior de manera muy provocadora. Nuestros labios están a centímetros de distancia, puedo sentir su respiración. No obstante, quiero torturarlo un poco más así que creo una ola que lo golpea por el costado y lo hunde, permitiendo escapar.

Enamorado de la magia(2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora