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~Jessia~

Lleve la mano al dije de mi cadenita mirando hacia el cielo e hice un leve movimiento con la otra mano donde tenía una copa.

Otro año que se iba, y brindaba por muchas cosas, primero por mi madre, ojalá esté en un lugar mucho mejor, o eso pienso desde que se fue.

Brindo por mí, y por todo lo que me pasó así sea bueno o malo, toda situación ayudo a que hoy sea lo que soy.

Brindo por mí hermosa familia, mi madrina, tío y Xime, no se que sería de mi sin ellos, hoy no sé si estaría acá sinceramente, así que les debo la vida.

También brindo por lo bien que me va en la facultad, brindo porque al fin me siento bien, al fin estoy pensando solamente en mi bienestar, estoy luchando por algo que me hace feliz y se siente tan bien.

Brindo por la salud, por la familia, por el amor. Amor que irónico, lo perdí hace ya un año, pero aún así brindo por él, porque siga así, con mil sueños por cumplir y disfrutando mucho los que ya cumplió, brindo porque siga siendo la sensación en todos lados y siga siendo esa hermosa persona que conocí, sin perder nunca su esencia.

También brindo por Mario, a pesar de todo lo que me hizo, aprendí a perdonarlo, lo hice por mí y se sintió tan liberal, cerré esa etapa de mi vida, me di tiempo a sanar cada herida, aprendí a dejar el rencor atrás y hoy en día ya no me duele hablar de mi pasado, ni verlo, porque lo hice, lo vi, tuve la oportunidad de decirle que lo perdoné. Brindo por él, porque ojalá pueda aprender a sanar, a dejar el rencor atrás y a aceptar la vida que tiene, brindo porque pueda descubrir que la felicidad está en uno, solo hay que saber encontrarse, aceptarse y aprender a quererse así de rotos.

Sentí un brazo rodear mi cuello, me aferre cerrando los ojos mientras las lágrimas caían.

—que hermoso año nos espera, no?—pregunto y gire la cabeza para mirarla, estaba concentrada mirando el cielo, suspiré y solo asentí—estoy segura que está muy orgullosa de vos—dijo y sonreí sintiendo mi mentón temblar.

—igual que yo de ella, no podría haberme tocado una madre mejor—conteste—feliz año, amiga—me di vuelta para chocar la copa con ella.

Para luego abrazarnos con miles de emociones por dentro, no había nada en el mundo que pueda calmarme como los abrazos de Ximena.

Después del conmovedor momento con mi amiga entramos, ella se iba a esas fiestas que hacían cada año nuevo, yo no tenía muchas ganas de salir sinceramente, venía de un mes estresante por la facultad y necesitaba descansar todo lo que no pude, pero Xime no me dejaba de insistir.

—no Xime—conteste abrazada a mi almohada mientras ella se terminaba de arreglar

—aburrida que sos—contesto

Levanté los hombros sonríendo, necesitaba dormir.

—me voy, descansa yeyi—se agachó a dejar un beso en mi cabeza

—cuidate Ximena, y avísame cuando llegas, te amo—dije y estirandome en la cama

—si, te amo también—contesto saliendo de la pieza.

Me acomode boca arriba disfrutando del silencio, estaba sola, mi madrina y mi tío estaban en la vereda con los vecinos.

Me levanté, agarre una colcha, mi celular y salí al patio trasero, me acosté en la hamaca paraguaya que había pedido como regalo para mis dieciocho, me tape con la colcha y sonreí al observar lo hermoso que está el cielo.

Cuando me sentía abrumada venía acá, ponía música tranquila y así me quedaba mirando el cielo o a veces venía a leer algún libro.

Pero hoy se me hacía inevitable no pensar en él, hacía un año que nos habíamos despedido en ese techo de los baños, en ese parque, en ese lugar que se había convertido en nuestro lugar.

Siempre es hoy ~ Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora