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~Jessia~
~Unas semanas después~

Recién salía de trabajar, había conseguido un trabajo de medio tiempo en una zapatería, eran pocas horas y me venía bien con los horarios que iba a tener dentro de poco en la facultad y aparte ya me estaba quedando sin ahorros, con esto del departamento había gastado lo último que tenía ahorrado quedando sin casi nada, y ahora no podía depender de eso ni tampoco quería molestar a mi madrina, si iba a independizarme tenía que ser de todo.

Hoy tendría que ir a cenar con ella pero estoy realmente cansada, así que le avise que iba mañana al medio día antes de entrar a trabajar así almorzamos juntas.

Compre comida de pasada ya que Xime me había dicho que se juntaba con unos compañeros de trabajo en casa a comer y tomar algo un rato, es viernes y como la mayoría, ella no trabaja mañana, eran unos de los pocos fin de semana que tenía libre e iba aprovechar su franco.

Tenía pensado encerrarme en mi pieza a comer y después dormir, me dolían los pies y piernas de estar tanto tiempo parada, solo pedía que no hagan mucho ruido y me dejen dormir.

Llegue y mientras caminaba hacia la puerta del departamento ya escuchaba las voces junto a risas y un poco de música sonaba de fondo. Abrí la puerta y automáticamente sentí muchas miradas en mí, baje la cabeza y les di la espalda a todos, cerré la puerta sintiendo como de a poco se iban quedando en silencio.

Al darme vuelta visualice a mi amiga que se levanto rápido hacia mi, pude ver atrás de ella a unas chicas y chicos que conocía, ¿De Neuen? Me pregunté a mi misma.

—hola, ey ¿no ibas a comer con mamá?—pregunto Xime

—hola, sí pero estoy cansada, voy mañana, ya le avisé—deje un beso en su mejilla y cuando quise esquivarla sentí como que no quería que pase hacia el living—¿Que pasa?—pregunte

—es qué...—susurro y se corrió dejando ver a toda la gente que había.

Y ahí entendí todo, esto no era una juntada con cualquier compañeros de trabajo, son todos los que trabajan en Neuen, son todo el equipo de Mateo y entonces lo vi, sentado en el sillón con la espalda apoyada en el respaldo, con un vaso en la mano, me miro de reojo por una milésima de segundo para después mirar al piso.

—me podrías avisar que venía él—le susurré a Xime y caminé cruzando el living—buenas noches—dije de pasada.

—¿Jessia?—preguntaron y solo rogaba que nadie se interponga en mi camino, quería encerrarme en mi pieza y no salir hasta que todos se vayan.

—sí, hola—sonreí falsamente a una de las chicas de maquillaje

—¿Como estás? Tanto tiempo—dijo acercándose a saludarme

—todo bien, un poco cansada—conteste y no pude evitar llevar mi mirada a él nuevamente para encontrarme con que también me estaba mirando—si me disculpan—dije dándome vuelta y me metí a la pieza.

Apoye la espalda en la puerta maldiciendo por dentro, ¿en serio tenía que pasar esto de nuevo?

La última vez que lo vi después de esa fiesta, cuando hablamos de todo, había quedado destruida, entendí que deje una herida en él que siempre iba a estar presente, y que yo había dejado de ser esa persona que le hacía bien, había dejado de ser alguien que pueda sacarle una sonrisa, entendí que nunca más me iba a mirar como antes, que nunca más ibamos a poder compartir una charla, o poder estar en el mismo lugar sin lastimarnos, ya nunca más íbamos a ser esos dos que llenaban nuestros días de colores, ahora tenernos cerca volvía todo gris en nuestro interior y se notaba en nuestras miradas y eso dolía en el alma.

Después de esa charla había decidido no darle más vueltas al asunto, Mateo me había dejado en claro todo, aunque ese día pude notar que hablaba con dolor y cuando pasa eso, decís cosas que no son tan verdaderas, lo noté y lo digo por experiencia.

Habían pasado unas semanas de eso y ahora lo encuentro acá y esas ganas de acercarme me invaden y odio que me pase eso, odio flaquear, yo no soy así, fui así y no obtuve nada bueno, ahora no podía flaquear, no podía dejar que vean lo débil que puedo llegar a ser.

Me lo había mentalizado, tenía que ser fuerte, él no se tenía que volver la prioridad de mis pensamientos y estados de ánimo, eso no era sano, tenía que crecer y saber que ya nunca íbamos a ser nada.

Acomode la comida en el escritorio, puse música bajito y empecé a comer, a los segundos golpearon la puerta anunciando que es Ximena así que le dije que pasé.

—¿esta todo bien?—pregunto

—sí, cuando es así avísame así sé que aunque este cansada no tengo que venir—dije mirando la pantalla de la computadora

—perdoname, estaba segura que ibas de mamá, igual en un rato ya nos vamos—dijo y solo asentí

—esta bien, igual ya me voy a dormir—conteste, no estoy enojada, ellos son amigos y jamás la podría en un lugar de elección a ella.

—bueno, ¿te fue bien en el trabajo?—pregunto

—sí, me estoy acostumbrando todavía—conteste

—me avisas cualquier cosa, ¿Sí?—asentí

Se acercó a dejar un beso en mi cabeza y se fue, termine de comer, y me recosté en la silla, miré el techo mientras pensaba en si salir a buscar algo para tomar o esperar a que se vayan, pero porque lo pienso tanto, es mi casa.

Me pare, agarre las cosas de la comida para tirar y me llené de valor para salir de la pieza, ya en el mini pasillo que hay entre las piezas y el baño al living, se escuchaba las voces y risas, suspiré y pase por al lado de todos hasta la cocina.

Al entrar vi a alguien de espalda con capucha, estaba sirviendo algo, caminé hasta el tacho de basura, tiré todo y abrí la heladera para agarrar una botella de agua y ahí esa persona se dio vuelta dejando ver a es uno de los chicos de la producción de Neuen.

—ey hola, ¿Todo bien?—dijo sonríendo

—hola, sí todo bien, ¿Vos?—conteste

—bien bien—contesto, asentí sonríendo y salí de la cocina con la mirada de Xime siguiéndome

Lo visualice a Joel que me sonrío, le devolví el gesto y seguí hasta el pasillo de las piezas y baño, fue ahí cuando la puerta del baño se abrió dejando ver a Mateo mirando al piso y sin darse cuenta me chocó.

—uy disculpa—dijo y al mirarme vi como quería al igual que yo, desaparecer de ese lugar

—esta bien—sonreí a penas—hola—dije quedándome paralizada en el lugar

—hola—dijo y me esquivo siguiendo su caminó hacia el living donde estaban todos.

Definitivamente yo no aprendía más, tendría que haberlo ignorado, o solo no haber salido. ¿Merecía esto por lo que hice? Esa era mi pregunta.

Me encerré en la pieza nuevamente con un gusto amargo en la garganta, me cambié y acosté, di mil vueltas sin poder dormir hasta que escuche que se estaban yendo y justo entro Xime.

—ya nos vamos yeyi, cualquier cosa me llamás ¿si?—dijo y asentí sonríendo

—bueno dale, cuídate y también cualquier cosa me llamás—respondí

—dale, nos vemos a la mañana, te amo—dijo tirándome un beso

—te amo—conteste.

Se fue y entonces fue ahí cuando el departamento quedó en silencio y supe que él ya no estaba en la otra habitación, me pude relajar y dormir, sí esto de cruzarlo iba a pasar siempre, tenía que ser más fuerte así algún día ya no me afecte su indiferencia.

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Buenasss!!!

Ay Mateo en serio tenés que ser tan rencoroso? 🤦🏻‍♀️

Alguien más no puede creer que el enano ya esté cumpliendo 19? Que rápido pasa el tiempo por favorrrr 🥺❤️
Y llorandole me despido wachis, nos leemos mañana 🥰 lxs amo 💕💕

Siempre es hoy ~ Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora