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~Jessia~

Los días pasaban y esa angustia crecía cada vez más, haberlo visto ahí, en esa cama de hospital, me puso muy mal.

Me llene de recuerdos horribles, de las miles de peleas que tuvimos, de haber desperdiciado el tiempo con golpes y gritos en vez de disfrutarlo como padre e hija.

Pero todo eso que en algún momento me lastimó, desapareció cuando abrió los ojos y los conecto con los míos, yo me encontraba parada al lado de la cama y vi como fue corriendo la mano con dificultad hasta rozar sus dedos en mi mano.

Me quedé en silencio mirando ese contacto unos segundos y cerré los ojos con fuerza, me dolió que por inercia corrí la mano, lo mire con lágrimas en los ojos y salí de esa habitación.

Aunque lo haya perdonado no podía negar que los recuerdos que tengo con el aún pesen en mí, cada vez que me baño y veo las marcas que dejó en mi cuerpo me llevan al momento que descargaba su furia en mi.

Sabía y había aceptado que ya nunca más en la vida iba a verlo de otra manera y eso dolía porque por más que quisiera no podía borrar mi pasado.

Después de ese día no volví a ir a verlo y tenía esa sensación de culpa que no me dejaba estar bien, no podía dejar de sentir que lo estaba abandonando otra vez, aunque mi madrina me dijo que uno cosecha lo que siembra y él no había sembrado nada bueno en mí, no era mi culpa hoy en día tener esta reacción.

Me mire una vez más al espejo, me acomode el pelo y me fijé que no se note tanto el maquillaje que había usado para tapar un poco las ojeras que tengo por dormir poco y llorar mucho.

No tenía ganas de salir pero se lo debía a Xime, hoy iban a hacer una tipo juntada en Neuen para festejar el regreso de ella, claro mi amiga me invitó y al principio me negué totalmente, pero al hablar con Joel sobre el tema que no quería asistir a ese lugar, me hizo entender que nada ni nadie tenía que frenar mi vida o impedirme por ejemplo, acompañar a mi amiga en algo importante como lo es este trabajo para ella.

Y claro que tiene razón, para Xime esto es importante y si me pidió que vaya con ella es porque quiere compartir eso conmigo, no podía negarme cuando es la única que está a mi lado en todas, así que acepte ir.

—¿Lista?—pregunto entrando a la pieza

—sí, vamos—dije saliendo con ella.

—si por esa casualidad en algún momento te sentís incómoda y te querés ir, me avisas y nos vamos, no quiero que la pases mal solo por acompañarme a mí—dijo mientras bajamos las escaleras

—Xime si pasa eso la que se va soy yo, vos no tenés que irte conmigo, es tu fiesta de bienvenida—conteste

—sé lo que significa compartir un mismo lugar con él—la interrumpí

—no, estás equivocada, yo voy a compartir esto con vos, no con él—dije y la vi sonreír

Nos subimos al auto y arrancamos viaje hacia donde el lugar que en mi pasado fue mi primer trabajo, esto me removía muchos recuerdos.

Llegamos y mis nervios se empezaron a notar, Xime me sonrío agarrando mi mano y al entrar pude distinguir mucha gente que compartí momentos hermosos.

Todos nos saludaron muy bien y esa nostalgia se empezaba a notar más, siempre fue un lugar lleno de personas hermosas que te unían a la familia muy rápido, te hacen sentir que sos parte de un grupo hermoso, son muy compañeros más allá del trabajó.

Pero todos esos recuerdos lindos se empezaron a sentir amargos cuando lo vi parado al lado de su dj y amigo, con un vaso en la mano, me miro y pude jurar que hizo una mueca con la boca que parecía una media sonrisa.

No me quedo otra que saludarlo, a él y los demás, queda muy mal que lo pase de largo, así que eso hizo.

—hola—le dije y deje un beso en su mejilla que provocó que cierre los ojos cuando su perfume invadió mi nariz

Me molestaba que mi cuerpo lo reconociera, el corazón palpitaba con fuerza y mis piernas temblaban de nervios, me sentía floja, todo el cuerpo parecía aflojarse ante su presencia.

—hola—contesto y sentí como apretó un poco más fuerte su mejilla junto a la mía, entonces me separé y no pude evitar mirarlo a los ojos para después darme vuelta e irme.

Me acerqué a Joel que no dudó en abrazarme por los hombros y aferrarme a él.

—¿Todo bien?—pregunto

—es raro aún—conteste

—para los dos lo es—contesto y me dio un vaso con fernet.

Acepte y al tomar no pude evitar mirar a Mateo que estaba riéndose con su amigo, suspiré bajando la mirada.

No podía negar que quería gritarle que necesitaba tanto que me abrace, que me diga que todo va a estar bien, que no tengo que tener miedo, pero sabía que eso no podía ser.

Mientras todos hablaban con todos entre risas infinitas que demostraban lo mucho que disfrutaban sus presencias, yo estaba en otro lugar o mejor dicho mi cuerpo está acá y mi cabeza en otro lugar.

—ya vuelvo—le avisé a Joel que aún me tenía abrazada a él.

Empecé a caminar hacia la cocina teniendo que cruzar por enfrente de Mateo, me ponía nerviosa en verdad.

Entre y fui directo a agarrar un vaso y servirme agua del dispenser que aún estaba ahí en el mismo lugar.

Me acordé de la primera vez que estuve acá, entro Mateo preguntando que hacía, la primera vez que intercambiamos palabras pero siempre la presencia de Maira interrumpía todo.

Me apoye en la mesada sonríendo por esos recuerdos con él en este lugar, cada rincón tenía un recuerdo con Mateo, cada parte de esta enorme casa tenía rastros de nosotros y eso hacía que sea más difícil estar acá y más que él también este acá.

Pensé en esa habitación donde iba a estar sola cada vez que necesitaba calmar mis ataques de tristeza, ¿Estará todo igual? Me pregunté.

En ese momento veo que entra Mateo y por nervios apretó el vaso que están en mi mano, sin mirarme abrió la heladera, lo seguí con la mirada hasta que se dio vuelta hacia mí, corrí la mirada al piso, deje el vaso sobre la mesada y caminé saliendo de la cocina para ir al pasillo donde daba a muchas puertas de habitaciones que eran la mayoría estudios, maquillaje, vestuario, baños y entre ellas al final está esa habitación.

Obtuve muchas miradas de los que estaban en el salón principal al cruzarlo, pero no me importó, no quería estar ahí rodeada de gente que si bien son personas hermosas, nadie sabía como yo me sentía.

Caminé hasta esa puerta, apoye la mano en el picaporte y probé si abría, al notar que sí, empuje después y la puerta se abrió

Al entrar sentí como los recuerdos chocaban mi mente llenando mis ojos de lágrimas, todo estaba exactamente igual, con diferencia que habían guardado más cosas de las que ya había, pero el sillón donde me senté miles de veces a llorar, donde Mateo se durmió acostado en mis piernas, estaba ahí.

Sonreí con tristeza y me acerque a sentarme, con las manos acaricié la tela mientras el mentón comenzó a temblar y entonces largué el llanto, otra vez todo me estaba superando, todo me estaba lastimando, y me di cuenta que al final podés cambiar tu carácter, podés sanar heridas del pasado, podés superar y empezar a estar mejor, pero siempre cuando vuelve a pasar algo malo en tu vida, te cuesta como al principio mantenerte entera, volver a ser fuerte.

Salte del susto al escuchar la puerta abrirse despacio, me paré limpiando las lágrimas con rapidez.

—¿Se puede?—su voz sonó en el lugar sorprendiendome

—sí, perdón solo quería...ya me voy—dije al verlo entrar.

—no, pará, ¿Estás bien? ¿Que pasa, Jessi?—y vi esa mirada, la de antes, esos ojos que me miraban con preocupación.

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Buenasss ❤️
Yo no voy a decir nada 🤐
Nos leemos mañana wachiiis 🥰 lxs amo 💕💕

Siempre es hoy ~ Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora