~20~

916 94 38
                                    

—hola—escuche su voz a nuestro costado y me tense

Jessia paso para la cocina saludando sin frenar su paso, no pude evitar seguirla con la mirada mientras que Camilo la saludo y yo no.

Aún seguíamos comiendo pero a mí se me había ido el hambre, estaba nervioso, pero no por incomodidad, sino porque me estaban consumiendo las ganas de ir a la cocina donde se encontraba hace unos diez minutos.

Entonces mi mente empezó a planear una y mil escusas para ir, miraba los vasos medios llenos todavía, la comida, las servilletas y pensaba que cosa me haría ir a la cocina.

Tenía esa necesidad de tenerla cerca y me odiaba por no saber que me pasaba, unas semanas tardó para darme vuelta el mundo nuevamente, para demostrarme que todo ese rechazo que inventé hacía ella solo era eso, un invento que cree por el rencor que provocó en mí, una autodefensa.

—voy a preparar más—dije ni bien vacíe el vaso

—dame qué preparo yo—dijo Xime y claro que se iba a ofrecer, sabía que su amiga estaba ahí y como habíamos arreglado, haría cualquier cosa para evitar cruzarnos, pero ahora no quería eso.

—no me molesta ir yo—dije parandome

—va a ser mejor que vaya yo, enano—contesto sonriendo y sacándome el vaso de la mano.

Solo asentí maldiciendo por dentro y me volví a sentar, Cami suspiro y llevo la mirada a mí.

—ya me di cuenta lo que estás haciendo, Mateo pensá bien las cosas, no seas gil—dijo, cerré los ojos suspirando

—no empecemos de nuevo Cami—conteste

—vos no empieces de nuevo—contesto negando

En ese momento salieron juntas de la cocina mientras se reían, Jessia llevaba un plato de comida en una mano y en la otra un vaso de agua, me miro por un segundo dejándome paralizado y con ganas de que se frenará el tiempo en ese instante.

La pierna se me movía sola por la ansiedad que tenía, me sonaba los dedos, miraba la hora en el celular cada dos por tres.

—¿Que te pasa?—pregunto Xime, ya era muy evidente que no estaba bien

—nada, no pasa nada, solo tengo un poco de calor—mentí sacándome el buzo para quedarme en remera

—prendo el aire ¿Querés?—solo asentí, estaba transpirando—¿Te sentís bien?—pregunto frunciendo el ceño.

—sí, pasó al baño—dije

—ey boludo ¿posta te sentís bien?—pregunto Camilo

—sí, estoy bien, ahí vengo—me paré y caminé hacia el baño.

Al entrar me moje la cara y me mire al espejo sintiéndome un total pelotudo, ¿Que estoy haciendo? ¿Por qué tengo esta reacción?

Me sentía sofocado, la ansiedad no es una buena amiga y menos en estos momentos.

Baje la tapa de inodoro y me senté, apoye los codos en las rodillas y bajé la cabeza negando.

Como haría para explicar que hace unas semanas atrás no la quería ni ver de lejos y ahora en lo único que pienso es en tenerla cerca, como haría para explicar eso a alguien o mejor dicho a ella, si ni siquiera yo me entendía.

No podía volverla loca con mi confusión, al fin estaba respetando mi decisión y acá estaba yo queriendo todo lo contrario.

Tenía que irme de acá porque las ganas de golpear la puerta de su habitación me estaban jugando una mala pasada.

Siempre es hoy ~ Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora