El Misterioso Caso Del Tren

El regreso, pero no el fin.

Narra Wilson:

"Todo me esta quedando claro Wilson... Todo."

Después de esas palabras John no me dijo nada mas en toda la noche.
A la mañana siguiente me desperté y el no estaba en su cama, había dejado una nota:

"Tengo cosas que hacer Wilson, volveré para el almuerzo, si pasa algo abre el armario y busca una caja roja. Saludos, John."

Que corto mensaje, la verdad no me esperaba algo más de un tipo como John. Después de eso obviamente no me aguante la curiosidad, abrí el armario y saque la caja roja, la apoye en la cama y la abrí. Era la pistola, ¿Porque me la había dejado?

Estábamos en el peligro. El no iba a dejar una pistola en mis manos así porque así.
¿A donde había ido John? ¿Porque no me dijo nada? Eso era muy misterioso.

Narra John:

Nadie supo lo que fui a hacer en la mañana, ni Wilson. Llegue a la hora del almuerzo, como lo prometí.
Ya sabia todo. Había investigado toda la mañana sobre Mary Peterson.

- Wilson, fue Mary.

-¿Quién es Mary?- Preguntó emocionado.

- La ex esposa de Fred Córner, la señora de la recepción.

- No puede ser. Esa señora no tiene aspecto de asesina, ni un poco.

- Tenemos que volver al pueblo, a la comisaría.

- No puede ser John, ¡Lo hiciste muy rápido!

- Gracias, ahora empaca, ya compre los boletos para el bus, que parte en 1 hora.

Fuimos a la estación de buses y volvimos al pueblo, nadie dijo nada durante todo el viaje.
Yo miraba por la ventana y me recordaba a mi trabajo, eso hacia todos los días, veía los mismos paisajes, campos y pueblos. Hasta que llegamos.

Bajamos del bus y Wilson me dijo:

- Agradable viaje, ¿No John?

- Si, aveces hay que tomarse un descanso de la rutina.

- Iré a mi casa, estoy muy cansado. Cualquier cosa que pase me llamas. ¡Adiós!

Y se fue caminando Wilson. Me puse a pensar, fue una gran aventura, la pasamos muy bien. Hicimos cosas que nunca habíamos hecho en nuestras aburridas vidas.
Pero todavía faltaba, tenía que ir a la comisaría, pero antes fui a la estación de trenes.
Llegue y la estación estaba vacía como siempre, a excepción de unos policías que se encontraban por la oficina de Paul.

Alguien abrió la puerta cuando estábamos en Londres.

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Y no se confundan, la historia no termina todavía...