Colegas // Daniel Ribba

Cinco: Coma

En la actualidad

Veía todo negro, escuchaba voces dispersas, hacía mi mayor esfuerzo por abrir mis ojos, pero no podía.

Era como los sueños en los que queremos gritar, pero aún así no podemos. Con la diferencia de que yo quería abrir los ojos, y por más que intente, no puedo.

-Pero, hace como tres años que está ahí, no se mueve, no hace nada...- podría reconocer esa tonada donde fuera, Paulito.

-Si le hubiese prestado atención de un principio a lo que sospechaba, la hubiese alejado de esa mierda, no nos hubiésemos alejado así por que sí- se escuchó la voz de Monzón.

-De todos modos, tenemos un poco de culpa cada uno - Ignacio habló desde el silencio.

Ya sabemos Roma que no haces nada día a día, pero hacé un esfuerzo más.

Dale, vos podés.

Uno...

Dos...

¡Tres!.

Hice mi mayor esfuerzo, no se de donde saqué las fuerzas. Pero escuchar a Paulo y Valen llorando, me partió a la mitad.

La luz de la ventana me hizo mal a la vista, divisé a Nacho en el sillón con el celular, dejando escapar una lágrima rebelde. Paulo y Valen lloraban a mares. Lit se hacía el fuerte, pero sé que esta muy roto. Aunque no se la causa por la que lloran. Pero no me gusta verlos así

-Ey- llamé su atención, pero no me escucharon. Debido a mi débil y casi nada de voz - Escuchenme- insistí.

Lit levantó su vista y la encontró con la mía, las lágrimas se le caían, pero tenía una deslumbrante sonrisa. Llamó la atención de todos, estos al verme saltaron a mi camilla y me abrazaron como pudieron.

Solté un quejido de dolor, ellos automáticamente se separaron, miré hacia abajo y mis brazos estaban llenos de moretones, levanté la frazada y tragué en seco.

Tenia moretones en piernas y costillas, era todo violeta. Se me caían las lágrimas, dije "No quiero seguir más esto"

Y así terminé.

-Te despertaste- habló con una sonrisa Paulo.

-No, sigo dormida- contesté graciosa, y me sequé las lágrimas.