Samuel y Carla acaban de confirmar su relación en Las Encinas, y están llevando todo con mucha naturalidad y ternura.
Sorprendente, Nadia, Guzmán y Lu, no están tan reacios como ellos creerían que estarían ante la nueva relación y tratan de brindarl...
Pasaron once meses aproximadamente desde que Carla se había despedido de Samuel, y nunca más volvió a contactarse.
No pasaba un día en el no se imaginara cómo sería su bebé, si era un niño o una niña, cómo estaría Samuel cuidadole por su cuenta y estudiando, si ya se enamoró otra vez...
Ella sabía que en cuanto Nadia se enteró del nacimiento, empacó su vida en España para ir a ayudarlo a California. Guzmán no puso resistencia ya que no le interesaba mucho quedarse, y su fue con su novia. Hacía tiempo que quería empezar su vida de nuevo, y que mejor manera de hacerlo que con tu novia.
Un fin de semana, a un mes de que Charlie cumpliera su primer año, Nadia y Guzmán decidieron viajar a España a sorprender a Lu por su cumpleaños, quien estaba encantada y se auto-organizó una cena de cumpleaños con todos sus amigos.
Se encontraron todos en una restaurante italiano, donde tenían reservada una mesa redonda de vidrio gigantesca, ubicada en el sector VIP.
Carla se colocó entre Ander y Lu, quedando separada de Guzmán por una persona.
La cena fue bastante entretenida, y llegando la hora del postre, la mayoría sacó se celular para revisar las redes sociales como de costumbre. Lu se estaba sacando selfies con Omar, mientras que Valerio y Ander se reían de las caras que ambos hacían.
Carla no pudo evitar dedicar toda su atención a Nadia y Guzmán, que estaban muy entretenidos mirando el celular de él.
- Mira lo que me ha mandado Samu- le mostraba entre risas Guzmán- es un torbellino esta pequeña.
Nadia se unió a sus risas, hasta que vio como la cara de Carla se había desfigurado por completo. Era una mezcla de shock y asombro. Guzmán se percató de esto y sólo pudo decir:
- Lo siento... ¿estás bien?
- ¿Es... es una niña?- logró articular aquellas palabras con un gran esfuerzo de no romper en llanto.
Guzmán la miró a Nadia buscando ayuda. No quería meter la pata, pero con una voz dulce y delicada, entendiendo por lo que estaba pasando, Nadia le respondió:
- Si, es una niña. Es preciosa.
Carla no pudo peguntar nada más, solamente se levantó y se dirigió hacia el bar del restaurante que estaba prácticamente vacío.
Guzmán y Nadia la siguieron y se sentaron a su lado.
- ¿Cómo se llama?- preguntó Carla fingiendo una voz fría y mirando hacia el frente, aunque era evidente por soldé lo veas que estaba a punto de derrumbarse.
- Samuel quería que tuviese un nombre que te hiciera tributo... uno del que fueras parte siempre.- explicó Guzmán- Es una variación de Carla, pero es hermoso de todas maneras... es Charlie.
Aquella información estaba torturando a Carla de una manera inexplicable, pero ella quería saber más. Miró a Nadia, que automáticamente entendió que quería verla. Tomó su celular y le mostró un álbum de fotos eterno que estaba dedicado solamente a su sobrina.
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Carla no pudo evitar dejar salir un sollozo al mismo tiempo que cubría sus ojos.
- Es igual a ti.- intentaba reconfortarla Nadia- Tiene cabello rubio, ojos verdes y una tez tan clara como la nieve.
- ¿Once meses?- preguntó Carla entre lágrimas.
- Casi un año, si.
- Pero que no parece de todos modos, eh!- se rió Guzmán intentando alegrar un poco el ambiente.
- ¿A qué te refieres?- indagó Carla.
- Charlie tiene un IQ bastante elevado para su temprana edad. Ya puede decir frases completas y logra entender cosas que la mayoría de los niños no pueden.- explicó Nadia.- Tiene una atención muy focalizada. Rodó, gateó, caminó y habló a una edad muy temprana.
- ¿Habla?- se sorprendió Carla.
- Le entendemos. Su paladar aún no está bien desarrollado, lo que le impide decir la r, s y algunas otras consonantes. Más allá de su inteligencia innata, es una pequeña muy inocente. Juega, mira caricaturas, de enchastra con barro, y esas cosas. Cosas de bebé.
- ¿Y Samuel?- titubeó Carla al preguntar.
- Ye extraña. Verla a Charlie es como verte a tí todos los días. Pero lo sobrelleva bien, la pequeña lo necesita.
- ¿Dónde están?- preguntó con ansiedad.
- Napa, California. Samuel decidió que era un lugar más tranquilo para criarla- apuntó Guzmán.
- ¿Pueden darme la dirección?- dijo Carla mientras se levantaba de un salto,
Nadia y Guzmán se miraron buscando una respuesta en el otro.
