16- Teo

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El almuerzo fue ameno para todos. Ander llegó poco después que Lu, sorprendiéndose de la noticia de Charlie también. Sobra decir que ella fue el centro de atención toda la tarde, contagiando risas y miradas de asombro.

Lu decidió quedarse mucho más tiempo en California para pasar tiempo de calidad con su amiga y sobrina. No fue sorpresa alguna que la mexicana comenzara a considerar seriamente la idea de mudarse definitivamente allí.

Carla por su parte estaba disfrutando ampliamente el tenerla allí. Samuel estaba encantado de ver ella contaba con una confidente y compañera de aventuras para sentirse acompañada.

Charlie ya se había acostumbrado a la presencia de Carla, y estaba encantaba con tener dos padres que la consentían con todos los mimos.

Fue una gran sorpresa para todos cuando, un martes temprano, el teléfono de la casa sonó y dejaba ver de quien se trataba.

- Carla... tu padre.- le dijo Samuel con un hilo de voz.

Madre e hija lo voltearon a ver desde el sofá, donde se encontraban jugando con unos animales de felpa.

Charlie percibió la tensión en el rostro de su madre y no dudó en estirar los brazos en señal de petición. Carla la tomó y la presionó sobre su pecho, mientras que la niña rodeaba su cuello con ambos pequeños brazos.

Samuel le dijo que él llevaría a Charlie al jardín trasero mientras que ella se encargaba de lidiar con Teo. No solo quería que Carla se sintiera más tranquila, sino que Charlie no se percatara de la postura fría e indiferente que su madre adoptaba en situaciones de tensión. Amaba a Carla, pero no quería que su hija sintiera que debía levantar barreras entre sus sentimientos y el mundo, sino que le quería enseñar que todo lo que sienta es completamente válido, y nunca debía de ocultarlo por orgullo o por el tipo de familia a la que pertenece.

- ¿Papá?- contestó Carla intentando sonar lo más frívola posible.

- Carla, hija. ¿Dónde te has metido?¡Tu madre y yo nos hemos vuelto locos buscándote!- le comentó Teo reflejando todo su alivio y preocupación en su voz.

- He decidido que España no era lo que más me convenía.- respondió la rubia.

Del otro lado de la línea se escuchó un silencio profundo.

- ¿España?¿Has dejado el país?- preguntó incrédulo su padre.

- Así es.- contestó Carla tajantemente.

- A ver, Carla. ¿Cómo puede ser que lo que más te convenga sea estar lejos de tu familia?- indagó Teo conteniendo la frustración que sentía.

- No estoy lejos de mi familia.- se atrevió a sentenciar Carla mientras que, a través del gran ventanal de la sala, observaba cómo Samuel y Charlie jugaban a correr en el jardín.

- ¿A qué te refieres?¿No te has ido de Europa?- preguntó confundido.

- Papá, creo que lo mejor es que vengáis a visitarme así aclaramos todo. No me gusta esto de estar ocultándoles cosas.- respondió después de varios segundos.

- No, Carla. Explícame ahora.- ordenó su padre.

- Te pasaré los datos por mensaje.- le ingnoró la rubia.- Te quiero.- dijo antes de finalizar la llamada.

Samuel, que la había estando mirando de reojo, se percató de que Carla había bajado el teléfono y se encontraba con la mirada perdida.

- ¿Qué tal fue?- preguntó con dulzura mientras entraba a la sala con Charlie en brazos.

- Le invité para que conociera a Charlie.- confesó Carla reconsiderando si aquello había sido buena idea.

Mientras que Samuel estaba pensativo, Charlie se había percatado de la mención de su nombre, lo que provocó que lo mirara con confusión. Como siempre lo hacía cuando quería atención, la pequeña le tomó el rostro entre sus manos.

- Conocerás a tu abuelo.- le sonrió Samuel.

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Samuel y Carla: CharlieWhere stories live. Discover now