Capitulo 4

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Hola, espero muchos comentarios!!!... 

No al lector pasivo!!

ok, ignorando mi pataleta aqui esta el cap.

Caminamos un largo rato, mojados y entumecidos, bueno ellos, los ánimos iban de mal a peor sin embargo seguían caminando en silencio hasta llegar a una gran mansión donde entro Fred.

—    ¿Qué hacemos aquí? — pregunto tímidamente Honey a lo que el guia la miro atónito.

—    Aaaaaah — respondió iluminado al entender la situación. — Bienvenidos a “my house”, en francés es “Puerta de entrada” — presento el castaño señalando la imponente estructura.

—    Fred… — suspire, el chico siempre bromeaba y n o se tomaba nada enserio, pero ahora se estaba pasando de la raya. Puede que yo no este mojado y con frio sin embargo no estoy de humor para sus chistes malos, todos se congelaban.

—    Fred, estoy mojada y con frio no estoy de humor para tus estúpidos chistes — me quito las palabras de la boca la chica del flequillo morado e iba a seguir reclamando cuando la puerta se abrió y un hombre bien vestido apareció.

—    Buenas noches, joven Fred — saludo solemnemente, por respuesta el ahora multimillonario del grupo le dio un abrazo y un golpe de puño para luego invitarnos a entrar.

—    Increíble — dije sorprendido, ya había perdido la cuenta de cuantas veces había dicho esa palabra últimamente, al parecer es mi frase.

Al entrar Fred nos enseñó parte de su mansión, tantos cuadros le daban un aspecto distante lo que se demostró en la mirada del dueño al ver una gran imagen familiar pero de inmediato cambio a una gran felicidad.

—    Vengan a mi habitación — invitó abriendo unas puertas dobles dejando ver un cuarto de otro mundo, repleto de figurillas de acción que de “figurillas” no tenían nada, tenían la altura de Wasabi o incluso más altas o algunas de edición limitada.

—    Si no nos hubiera perseguido un loco con máscara esto sería lo más raro que he visto hoy día — comento el moreno impactado mientras el resto le daba la razón, salvo uno que ignorando todo se dirigió a un escritorio y comenzó a dibujar el extraño símbolo visto en el muelle, aquel hombre estaba haciendo estragos en su mente y en la mía.

Flash back.

Hiro ya estaba dentro de la antigua y abandonada fabrica, caminaba en puntillas mientras seguía atentamente al microbot in vitro, el silencio del lugar se rompía levemente con los pequeños pasos de mi hermano.

—    Hiro, sal de aquí, vamos — intentaba persuadirlo pero no me escuchaba, estaba nervioso, ese lugar daba mal espina.

El chico bajo al primer piso, camino por un largo pasillo, dio vuelta la esquina y una extraña sombra me sorprendió.

—    ¡Hiro, atrás! — grite, intentando tocarlo, jalarlo hacia atrás, sin embargo solo lo atravesé, causándole una extraña sensación que causo que Hiro se escondiera tras la muralla, no era lo esperado pero tuvo el mismo efecto — Vámonos de aquí.

El peli-negro miro rápidamente a su alrededor buscando algo con quien defenderse.

—    ¿Enserio? ¡¿Una escoba?! — le recrimine al ver su grandiosa arma al tiempo en el que le daba un golpe en la frente, ignorado otra vez.

Levante la vista hacia el segundo piso, Baymax ya debe estar inflado, ¿Por qué no aparece aun?

Hiro pasó junto a mi hacia el lugar donde varias sombras se movían rítmicamente, construyendo algo, adelante a mi hermano para ver que todo estuviera seguro, entonces me encontré con una escena increíble, era una fábrica de microbots y una muy productiva, habían barriles y barriles de los pequeños robots.

—    ¿Mis… mis microbots? — habló Hiro atónito tomando entre sus manos su invento multiplicado.

—    Hiro… — dije al unísono con Baymax haciendo saltar al joven que reclamo a gritos.

—    ¡Hiro, calla! — Bufé mirando hacia todos lados esperando, no, rogando de que nadie los haya escuchado pero me equivoque, una sombra se movía rápidamente hacia nosotros. — HIRO — Grite, el chico mirando el peligro corrió rápidamente aunque tuvo que volver por Baymax.

—    No soy rápido — Comento el robot.

—    ¡Porque no te hice rápido, joder! — reclamé a los gritos. Comenzó la persecución.

Izquierda, derecha, corrieron por el ducto de ventilación, de un golpe llegaron al segundo piso, Era un gran obstáculo el hecho de que mi robot era una bola esponjosa y lenta pero al parecer Hiro tiene eso cubierto, ya estaban saliendo de la fábrica así que me centre en el hombre de la máscara.

—    ¡Baymax, protege a Hiro! — Chillé al tiempo en el que el Yokai los lanzaba fuera del lugar, entre en pánico, aquel hombre se acercaba a dar el golpe final, pero no lo dejaría, sin pensarlo me lance sobre él, golpeando con toda mi fuerza aquella máscara.

No sentí el contacto, pero extrañamente él sí, retrocediendo ante el choque, mire mis manos transparentes y ateste otro golpe esperando el mismo resultado, ¡bingo!

—    ¿Pero qué mierda? — inquirió mirando a su alrededor y su voz me helo, la conocía sin embargo en ese momento mi mente entro en un caos total. Sin poder relacionar solo salí corriendo en busca de Hiro.

Fin Flash Back.

Volver a recordar me trajo caos otra vez, intentar recordar me daba dolor de cabeza.

—    Baymax, usa tratamiento de calor — ordene intentando volver al presente, no podía permitir que por un estúpido recuerdo dejara de cuidar a Hiro.

De inmediato el enfermero se recargo sobre el pequeño cuerpo del más joven y puso en marcha el protocolo, calentando su estructura mecánica convirtiéndose en un gran guatero.

Una fugaz sonrisa paso por los labios de Hiro quien relajando los hombros siguió dibujando. Fred fue el primero en lanzarse sobre Baymax, el resto le copio recostándose sobre él.

Mire al grupo con una sonrisa.

—    Hiro… no estás solo, olvida todo esto — Hable sentándome frente a él, intentando por enésima vez convencerlo de terminar con esto, nuestras miradas se cruzaron y se sostuvieron un momento.

—    ¿Chicos, conocen ese símbolo? — pregunto Hiro pasando la mirada desde mis ojos hasta los de nuestros amigos, quienes negaron. Hiro chasqueo la lengua y se levantó, alejándose del grupo sin sacar la vista del papel.

—    No tenemos nada… — susurro, estaba realmente molesto y frustrado consigo mismo, con los chicos, con el hombre kabuki, con todo.

—    Hiro, ¿No tenemos nada? — pregunte sin pensar al robot que estaba junto a mí, quien asintió y se acercó a mi hermano, de inmediato me arrepentí de mis palabras.

Baymax, encendió su pantalla y dio una completa descripción del desconocido de la máscara, iluminando así el rostro de Hiro y una sonrisa pícara se posaba en sus labios, vi como un plan completamente brillante y estúpido se formulaba en su cerebrito de genio loco.

—    Ay, no…

Karen Pruzzo

Palabras MudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora