Capitulo 1

1.3K 97 5
                                    

Hola!, no me he presentado, si estan aqui es porque les gusto mi Prologo, muchas gracias.

Soy Karen Pruzzo y escribir es mi pasion, espero que disfruten tanto como yo esta bella historia!

Sin más, la parte 1...

La lluvia caía fuerte mente pero no sentía ni frio, ni la humedad, ni nada, solo el dolor de estar frente a frente con mi hermano y ver su cara pálida, sin alma sin nada, no pude evitar un sollozo, pero no me rendiría.

—    Hiro — nada — ¡HIRO! — nada — Escuchame por favor — suplique, pero Hiro solo miraba fijamente mi fotografía.

Pasando sobre mí se arrodillo sobre la tumba.

—    Tadashi… — susurro — Prometiste que siempre estarías aquí… — dijo rindiéndose al fin al llanto — por… porque me dejaste — lloro amargamente y una punzada se clavó en mi corazón.

—    Estoy aquí…

—    Por qué…

—    ¡No te dejare! — grite poniéndome a su altura y tomando vagamente sus hombros, vi como sus ojos se abrían de par en par y me veía, ¡Me veía! Sonreí ampliamente pero de inmediato borro la expresión

—    Estoy alucinando — comento restregándose los ojos mientras se alejaba.

—    Hiro, ¡no, Espera! — pero volví a ser invisible. — Hiro…

Habían pasado varias semanas desde mi funeral y lo único que podía hacer era observar el dolor de mi pequeño hermano, quien encerrado en ahora su cuarto, en la oscuridad.

Sin poder seguir soportándolo baje donde Tía Cass, la cafetería está llena y la mujer corría de un lado al otro por todo el local sin embargo se había tomado el tiempo de hacer toda una bandeja de cupcakes para Hiro.

—    Tía Cass, eso es mucha azúcar, ponle algo de fruta. — Dije en voz alta, en estas últimas emanas había aprendido que aunque no me escuchen aun puedo influir, aunque sea un poco, en los vivos.

—    Es… mucha azúcar — respondió a mi comentario y remplazo casi todos los pastelitos con fruta, luego subió.

La habitación estaba en penumbras dificultando el caminar de la mujer.

—    Llamaron… de la universidad, hace varias semanas iniciaron las clases — comenzó dejando el postre y recogiendo el plato de comida que no había sido tocado.

—    Dicen que si quieres aun puedes inscribirte — continuo colocando la carta estratégicamente en el escritorio y abriendo las persianas

—    Mmm… — respondió el chico desplomado en un puff, sin más que hacer Tía salió de la habitación.

      —Vamos Hiro, tu puedes superar esto — Dije situándome junto a él — No me he      rendido contigo — continúe, pero mi hermano me ignoro como ignoro su postre y se sentó frente al computador mientras cerraba las cortinas.

—    ¿Qué haces? — pregunte cuando el joven abrió una página de robot — Ni se te ocurra — amenace pero el chico busco la dirección.

Bip sonó un mensaje entrante y di un gran suspiro de alivio, había llegado un mensaje de los chicos pero al poco de empezar Hiro lo corto tomando su megabot.

—    No te dejare — sabía que él no me oía ni sabía que estaba ahí pero igualmente intente detenerlo quitándole el robot, tenía que protegerlo. Sorprendentemente pude sentir, débilmente, el metal de la maquina aunque no pude quitársela pude desarmarlo.

—    ¡¡AU!! — se quejó mi hermano cuando parte del robot le cayó en un pie.

Automáticamente Baymax se activó y fue a socorrer a Hiro.

—    Hola Baymax… — salude esperando que el Robot me atravesara pero por alguna razón me esquivo, como si existiera — ¿Baymax? — pregunte pero la maquina esponjosa estaba sumido en el diagnóstico.

—    Diagnostico… Pubertad — concluyo y no pude evitar reírme, hace mucho que no lo hacía.

Los observe un largo rato, por un momento sentí que Hiro volvía a ser el mismo.

—    Tadashi — dijo el robot

—    Tadashi se fue — respondió cortante el chico y la penumbra volvió a su rostro, se paró de la silla y cerró la puerta corrediza que separaba nuestras camas

—    Hiro… yo estoy aquí…

—    Tadashi está aquí — comento mi robot mirándome fijamente, sorprendido di un paso hacia un lado, Baymax me siguió con la mirada

—    ¡BAYMAX! ¿¡Me puedes ver!? — pregunte alegre pero antes de que este me contestara Hiro hablo.

—    La gente me dice que si no lo hemos olvidado sigue aquí… aun duele

—    Hiro… no… Baymax busca cura para perdidas. — Ordene rogando que lo que pensara fuera cierto, que si Baymax podía verme y escucharme, aun no estaba completamente muerto, aun había esperanza de ayudar a Hiro, ayudarlo a superar mi incompetencia como hermano mayor.

—    ¿Qué haces? — pregunto el chico y yo tuve un gran alivio, Baymax descargaba sobre perdidas.

—    Descarga completa… una cura para superar la pérdida de un ser querido es el contacto de amigos y familiares — hablo el robot mostrando en su pecho todos los contactos.

—    Contacta a GoGo, Honey, Fred y Wasabi — ordene otra vez esperando que la bala diera dos veces.

—    Amigos contactados

—    Increíble… — Dije al unísono con Hiro, no pude evitar abrazarlo o al menos intentarlo, pero mi sorpresa fue que Baymax también abrazo al chico no sin antes pasar su brazo por sobre mí, como si yo también perteneciera al gesto de precio.

—    Ya… ya… — conforto mientras le daba palmaditas en la coronilla

—    Buen trabajo Baymax — comente mirando al globo blanco, ahora tenía una oportunidad de estar con Hiro, sin estarlo, tenía la forma perfecta para poder comunicarme con él y ayudarlo, no me rendiría, ni ahora ni nunca, ya se lo había dicho muchas veces y no dejaría de hacerlo.

—    Hiro… No me he rendido contigo.

Karen Pruzzo

Palabras MudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora