Era muy temprano en la mañana, no esperaban visitas, y muchos menos esperaban ver a Edgar en la puerta de casa cargando unas bolsas de compras.
-Uh... ¿Edgar? -Colette pareció extrañada de ver a su compañero allí.
-¡Hola Colette! -Le costaba dar una sonrisa en público, pero con Colette era casi natural- Traje.. Algunas cosas.... Quería ayudar... -Se rascó un poco la nuca algo inseguro.
Colette no respondió, pero se notaba en su expresión que estaba muy agradecida que haya venido a verle. Se hizo a un lado para que pueda pasar y la bufanda aprovechó para revolver el cabello de la chica.
-¡Tenemos visitas! -Anunció Colette mientras Edgar dejaba las cosas sobre la mesa.
-¿Tu padre? -Preguntó al no escuchar respuesta.
-Agh... Debe estar en el jardín... -Dijo algo desanimada- Intento que se quede quieto, pero es tan terco... -Edgar aguantó un poco la risa, en verdad eran padre e hija.
-Puedo ir a ver si quieres.. Digo, quizás podría ayudar un par de manos extras... -Tanto él como la bufanda mostraron "sus manos" dispuestos a ayudar- Si él dirige y yo lo hago se quedará quieto, ¿No? -Juraba que los ojos de la chica brillaban ante las palabras del muchacho.
-¿Crees poder con él? -Sabía que lo que sea que haga su padre no sería cosa fácil.
-Si no, podrás llevarme a todas las reuniones con los Brawlers que quieras sin quejas.
-¡Hecho! -Ella sonreía ampliamente, pero Edgar sabía que había firmado su sentencia de muerte.
Caminó por la casa prestando más atención a algunos detalles a las imágenes que había en la casa de aquella chica, en ninguna de las fotografías se podía ver a la madre de Colette, pero solo dos tenían a Byron en ellas. ¿Sería extraño no tener al menos una imagen de ambos padres?
-¿Señor Byron-? -Salió al jardín donde, por primera vez, podía ver la herida de Byron perfectamente.
Byron puede parecer flacucho con su traje, pero no le hacía justicia en lo absoluto. Quizás no estén tan marcados como El Primo o el mismo Bull, pero el mayor tenía musculatura para defenderse, y esa musculosa apretada lo delataba completamente. De espaldas intentando trabajar en la "plantación de hierbas" que Edgar había visto antes, pero nunca le dio importancia. Al parecer significaba bastante para esa persona.
-Déjeme ayudar... -Se acercó mientras la bufanda le quitaba de las manos las herramientas de jardinería.
-¿Ayudar? -Parecía algo asombrado, ya sea por la bufanda o por que alguien, a excepción de Colette, quisiera ayudarle.
-¡Claro! Usted tome asiento y dígame que hacer. -La bufanda pasó una de sus "manos" a lo largo de la herida de Byron con delicadeza, dejando en claro que sabía de la herida y que insistiría en que descansara. No por nada era amigo de su hija.
-Bien... -Suspiró un poco- Pero debes de tener mucho cuidado, estas plantas deben ser tratadas con sumo cuidado.
Quien hace una semana antes le dijera a Edgar tomar una clase de Botánica, él se hubiera reído en su cara, pero ahora estaba prestando mucha atención a cada una de las explicaciones que Byron le estaba dando. Desde detalles básicos como las condiciones que toda planta necesita hasta los más específicos como las distintas clases de la misma planta y las funciones médicas de cada una.
Colette se reía por dentro, en verdad parecía que su padre encontró a un devoto aprendiz de sus pócimas, y Edgar un maestro que lo instruyera. Decidió dejar a los "Chicos" con sus cosas y fue a la cocina a preparar alguna bebida para ambos. Siendo hija de Byron y "Barley" había aprendido algunos trucos en la cocina y que pueda ayudar a recuperar fuerzas tras un día largo.
Las horas pasaron y Edgar estaba cansado, pero a la vez estaba algo sorprendido. Nunca se había imaginado que las plantas necesitaran tantos cuidados, en especial las medicinales. Imaginar que todo eso y más lo hacía Byron diariamente sin ayuda de nadie solo lo hacían ver a Byron con respeto y admiración, en especial sabiendo que, según Barley, había hasta situaciones de riesgo.
Notó de reojo que Byron se tanteaba la espalda, señal que la herida le comenzaba a molestar. Quería preguntar si necesitaba algo, cuando el mayor se levantó la musculosa dejando ver su marcado abdomen. Definitivamente ninguna ropa podría hacerle justicia.
-¿Huh... Necesitas algo? -Preguntó el mayor.
-¿Eh? -Dijo reaccionando, su bufanda estaba casi sujetando al otro, definitivamente podían sentir los pensamientos del más joven- H-huh... Quizás sea hora de un receso.. ¿No lo cree? -Dando leves tirones a la bufanda para que se aleje.
-Hmm... -No parecía convencido por lo dicho del menor- Bien... Creo que lo ganaste...
Edgar parecía tener una discusión mental con la bufanda, no entendía como actuaba de esa forma, pero también recordaba, eran influencia de sus emociones. ¿Emociones? ¿Por Byron? ¿Qué emociones podía tener por un anciano como Byron? Se reía un poco por la sola idea de sentir algo por el padre de su amiga desquiciada.
-¿Ocurre algo? -Preguntó el mayor.
Edgar se giró a verlo, sabía que estaba más que jodido. El mayor se había mojado el pelo un poco con la manguera para refrescarse, varios mechones sueltos se habían caído de su lugar para caer sobre su cara dándole un aspecto de recién levantado, y ni hablar de la camiseta levemente mojada por acción de gravedad.
-Uh... ¿Chico..?
Edgar parecía arder, ya sea por vergüenza o por el aspecto del otro. Su bufanda parecía entender el mensaje de "ocultarse" y rodeó la cabeza del muchacho.
-¡Hey chicos! -Colette se acercó con una taza de té que Byron reconoció fácilmente como uno de los té medicinales que le había enseñado hace ya un tiempo y una jarra con jugo de alguna fruta- Les traigo algo para beber. -Sonreía al ver como había quedado el jardín que era más de su padre que de ella.
Edgar solo se escondía más porque sabía con perfección que ella podría saber con facilidad los sentimientos que aterraban al menor sobre el mayor. En cambio, Byron notaba que mientras más se acercaba su hija, su pequeña, SU RETOÑO a ese chico más se escondía. ¿Le acababa de usar para ganar puntos con su hija? El muchacho podía darse por muerto...
-Papá, ¿Puede quedarse a comer? -Decía su hija con ojitos tiernos- Porfis-fis-fis... -Sabía demasiado bien que seguiría insistiendo y no podía resistirse a las miradas de cachorro de su propia hija.
-Bien... -Dijo con cierto fastidio.
Edgar notó eso. ¿Había hecho algo para molestarlo? ¿Había alguna forma de arreglarlo? Por primera vez tenía un ataque de pánico, uno pequeño y leve, claro, pero igual de fuerte tratándose de que Byron lo rechace.... Un momento... ¿Rechazarlo? ¡Ni que se le hubiera declarado! ¿¡DECLARARSE!? ¿¡QUÉ DEMONIOS ESTABA PENSANDO!?
-¡EDGAR! -Colette le estaba gritando muy cerca sacando al chico de sus pensamientos.
-¿¡QUÉ!? -Del susto empujó a Colette con la bufanda haciendo que derrame la jarra sobre Byron.
-¡¡FUERA DE LA CASA DE MI HIJA AHORA MISMO!! -Rugió con furia el mayor.
El menor no lo pensó dos veces y salió corriendo de allí pidiendo perdón una y otra vez. Ya luego podría disculparse mejor con ambos.
ESTÁS LEYENDO
Odio Amarte Tanto
FanfictionByron siempre era conocido por ser aquel mercader de carácter difícil y sombrío. O al menos, así lo percibía Edgar al verlo tratar con los demás Brawlers. Pero... ¿Qué pasaría si descubriera la verdadera personalidad del Médico tras esa máscara? S...