Capítulo 9:

253 15 5
                                    

Nunca me sentí tan acompañada en mi vida, fue como si todos esos años de soledad se revirtieran, como si nunca hubiesen pasado.

Cuando derrepente se escucha la típica trompeta de las películas para despertar, que horror, como la odié. Abrí los ojos y veo que tengo a Rex a un lado mío durmiendo plácidamente, ni siquiera el sonido de esa trompeta interminable lo despertó, que sueño más pesado tiene este niño. Tomé mi celular que estaba en la mesita de noche al lado de mi cama, veo la hora las 6 y un minuto de la mañana, me estás bromeando, Agh, estaba cansada y con sueño y ellos despertandome a esa hora, quité el brazo de Rex con el que me abrazaba, y escuché a los monitores del campamento decir por el parlante que a las 7 en punto empezaba el desayuno hasta las 7 y treinta.

Tomé mi toalla y mis útiles de aseo me metí al baño, me desvestí , cepillé mis dientes, y me metí a la ducha, realmente relajante sentir como el agua caliente recorría mi cuerpo, como las gotas recorrían mis senos y mi abdomen. Durante la ducha reflexioné la pesadilla que tuve anoche y como Rex estuvo dispuesto a ayudarme, nunca antes alguien me había querido ayudar. Lavé mi cabello, y mis partes íntimas, hice mis necesidades y salí del baño, en toalla, había olvidado la presencia de mi compañero, pero al ver que seguía dormido en mi cama me alivié, busque en mi maleta ropa interior, unos bototos de cuero café oscuro, un short de tiro alto, con diseños de mezclilla, una polera gris con un dibujo de un búho en ella, y un chaleco largo abierto de color negro, mis converse azules y mi bandana azul. Me dispuse a poner mi ropa interior, cuando iba abrochando mi brazier escucho la voz de rex diciendo -rayos desperté cuando te lo estás poniendo- eso me hizo ponerme aborcharmelo rápido y taparme con la toalla.

-como si no hubiese  visto mujeres desnudas o vistiéndose-

-genial por ti- dije -pero a mí no me verás- tomé la ropa y me encerré en el baño.

Salí y mi compañero me dijo -ya era hora, me toca ducharme- mientras yo me ponía los lentes de contacto el entró al baño .

Me maquillé, me encrespé las pestañas, puse máscara de pestañas en ellas, me delinié, sombrié con un tono plomo mis ojos y usé brillo labial.

Mi compañero salió del baño y me vió lista

-para que te pones esas gilipolleces en los ojos- me dijo con el ceño fruncido.

-para no verme tan horrible- le dije- porfavor no le digas a Jake que son falsos-

-pero princesa ...-

-que no me llames princesa - le interrumpí

- bueno Kate, acaso no te puedo llamar princesa porque te enamoras de mí- dijo parándose frente a mí con su torso desnudo y solo separando una toalla su masculinidad de mi vista.

- agh engreído- amarrando la bandana en mi muñeca,  el tomó su ropa para vestirse,  se sacó la toalla así tal cual, delante de mí como si no estuviera.

- Qué estás haciendo ! cómo se te ocurre desvestirte así como así delante mío- exclamé dándole la espalda inmediatamente para no verlo.

- cariño te hace falta dejar de ser tan conservadora, no tiene nada de malo- poniéndose su ropa.

- Ya muévete y vamos a desayunar - Le dije a Rex.

Se puso su campera de cuero y salimos en dirección al comedor.

Al llegar al comedor sentí el olor a comida, miré lo que servían, calorias solo calorias, pero tenía que comer estaba haciendo la fila con Rex, y si evitaba el desayuno se daría cuenta. Pasaron unas chicas rubias muy guapas y vinieron a saludar a Rex y a hablarle, ellas hacían como que yo no existía,  o quizás soy invisible para ellas. Yo notaba como estás 3 guarras le coqueteaban a Rex, la líder de el trío le insinuava tener sexo, Rex las mataba con sus gestos de coqueteo, y con su sonrisa, realmente Rex era el típico chico malo sexy, con sus tatuajes y su cazadora de cuero, no hacía más que derretir a las mujeres, la idiota rubia en busca de sexo se llamaba Mckenzie, agh, la típica barbie seductora, que más se iba a esperar. Mientras Rex seguía coqueteando, vi entrar a Jake, todas las chicas, se lanzaron a saludarlo, y las que no, murmuraban lo guapo que Jake Adams era. Jake se abrió paso hasta llegar a mí,  me dió un enorme abrazo con un tierno beso en la mejilla. Todas querían matarme, sus miradas fulminantes estaban sobre mi, hasta la barbie que coqueteaba con Rex se dió vuelta a mirarnos, noté de inmediato que se acercaba a nosotros.

DONT LEAVE MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora