Shall we Dance? *Edición*

Audiencia de muerte

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           Acto LX

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Katsuki POV

Hay escenario que marcan etapas de tu vida. Algunos tienen grabados en su alma lugares como bosques, claros, lagos, ciudades. Estos lugares suelen tener un significado especial, un punto de quiebre entre un antes y un después.

En mi caso, este era mi escenario, lo que imaginaba cada vez que mis ojos se cerraban y pensaba en cómo inició todo.

Me encontraba en la calle principal del centro de la ciudad, donde muchos espectaculares iluminaban las ya oscuras calles, dando la impresión de vida por cada rincón, aún si no hay una alma caminando por las calles .

Podría pasar de las doce, pero aún así se veía cálido, aún pese a los pequeños copos de nieve que caían del cielo y el helado viento de inicio decembrinas.

Parece mentira que hace años, yo me encontraba con mis padres en este mismo lugar, aunque aún faltan meses para mi cumpleaños, el escenario es el mismo, solo que ahora estoy solo, mayor y fumando un cigarrillo.

Doy la última calada para tirar el cigarro en el piso y apagarlo con el pie.

Bien comienza el show y este ahora es mi escenario.

Camino hacia el teatro donde inició todo y que ahora de manera irónica, pretendía acabar con todo.

—su boleto, por favor— un hombre de traje me detiene en la entrada del teatro.

Urgo mis bolsillos en busca de ese pequeño papel que hace años le costó a mis padres conseguirlo para mí y ahora Shigaraki me lo había dado como si de una propaganda callejera se tratara.

—adelante, disfrute el show— aquel hombre me deja pasar después de darme una pequeña reverencia.

Era la última función del día y entre semana. El teatro se encontraba algo vacío, por lo que pude divisar a lo lejos, mi objetivo de esta noche.

Aquel hombre estaba sentado en la área preferencial a donde yo me dirigía. Vestía un smoking pulcro negro, guantes blancos y una máscara negra que cubría su nariz y boca.

Había escuchado que padecía misofobia, pero ahora noto que era cierto.

—hola ¿puedo sentarme?— me acerco a él y este me mira de pies a cabeza.

—un joven, Shigaraki cada día parece más un profesor de preescolar que un mafioso— dice y yo solamente ignoro su notable burla para soltar una pequeña sonrisa altanera.

Me subestima, perfecto.

—Siempre es peligroso subestimar, señor Chisaki— digo esto con una sonrisa mientras me siento a su lado y ve cómo este solo alza los brazos.

—bien ¿a que te mando Shigaraki? Espero que seas breve, tienes hasta la tercera llamada— aquel hombre me miraba sin ningún interés.

—a acabar contigo— le dije sin ningún temor y veo por fin interés en sus ojos.

—sabes que ahora que lo se, puedo llamar a uno de mis guardias para acabar contigo ¿cierto?— me dice mientras se recarga en el antebrazo de su silla.

—tú preguntaste a que me mando Shigaraki, pero nunca me preguntaste a qué vengo yo— le digo con una sonrisa burlona y logró distinguir una leve sonrisa a través de su cubrebocas.