Capitulo 1

5K 467 63
                                    


"La luna, es la amiga de todos aquellos que sueñan"


En la habitación más cercana a la biblioteca pero la más alejada del resto de las habitaciones de la casa, era la habitación con vistas a los bosques de la propiedad, sentado en el banco debajo de su ventana, con un libro en sus manos pero la mirada perdida en las estrellas y en la luna llena estaba un joven castaño, de cabello revuelto y ojos brillantes de color verde esmeralda, Harry Potter, ese es su nombre, el hijo de James Potter y Lily Potter, héroes de la guerra mágica contra el mago oscuro Lord Voldemort. Los padres del joven considerados magos muy poderosos, casi como el gran mago de la luz Albus Dumbledore, mas Harry solo cuenta con vagos recuerdos de cuando tenía un año y un hombre quiso matarlo, más sus padres lo enfrentaron con valor, o eso le contaron, acabando con  el mago oscuro en un duelo mágico, del que por alguna razón, él, Harry Potter, sobrevivió luego de recibir una maldición asesina, saliendo solo con una cicatriz en la frente.

Harry cerró el libro suspirando, había sido una noche horrible para el joven de 21 años, porque el perfecto Harry Potter no quería ni podía casarse con quien sus padres toda su vida habían esperado que lo hiciera,  sus pies tocaron el piso frío mientras recordaba cómo su padre gritaba por dejarlo en vergüenza frente a la familia amiga, negándose a tomar por esposa a la hija menor del matrimonio Weasley, la mullida cama le recordó que después de horas de discusión a los gritos en el salón de la casa, lo primero que hizo fue arrojarse en ella a llorar, ya era un adulto, de hecho estaba a punto de terminar su educación y aun así se sentía pequeño, él amaba a otra persona, él siempre había amado a otra persona, como podían pedirle que se casara con alguien a quien veía como su hermana pequeña. Le resultaba barbárico y no, él no podía traicionarse así, él no podía tampoco entender el deseo de su padre por casarlo, simplemente había cosas que él no comprendía y que nadie se esforzaba por explicarle.

Tratando de despejar su mente de los últimos recuerdos de esa noche, Harry comenzó a respirar de forma profunda, necesitaba dormir y relajarse, solo le faltaba un examen para terminar su Maestría en pociones, otra de las cosas que desagrada a su padre sin dudas, él se convertiría en el segundo maestro pocionista más joven de la historia. Respiro, cerró los ojos tratando dejar su mente en blanco, vacía de cualquier interferencia, de cualquier pensamiento. Poco a poco el joven Potter se fue quedando dormido olvidando sus penas y sus problemas, dejándose llevar por un sueño en el que podía estar junto a la persona amada sin ningún problema.

La mañana llegó demasiado pronto para Harry, el golpe de los recuerdos de la noche anterior no ayudaba a la idea de tener que salir de la cama para empezar el nuevo día, uno de los días más importantes de su vida, pero no estaba siendo el más feliz, sus pies volvieron a tocar el frío suelo de la habitación guiándolo hasta su armario, debía ponerse la ropa reglamentaria de la academia por última vez. Sus pies dejaron el suelo frío para encontrarse envueltos en unas botas de piel de dragón, su cuerpo se enfundó en una levita de tono azul oscuro y unos pantalones grises, tomo su mochila y bajó las escaleras a paso apresurado para poder desayunar con su madre en la cocina, él tenía el horario de ingreso más temprano, haciendo que rara vez desayunara en la semana con sus hermanos y su padre algo que esa mañana apreció profundamente.

-Buenos días cariño- dijo una mujer pelirroja cuando vio entrar a su primogénito por la puerta, había temido lo peor cuando vio las lágrimas en sus ojos la noche anterior. -¿Como estas?- interrogó.

-Hola mamá- dijo besando su mejilla – estoy bien, no es la primera pelea que tenemos..- expresó sentándose frente a ella y frente a una taza de café que había en la barra.

Deseo en Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora