Capitulo 5

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“Los castillos de arena junto al mar, corren mucho peligro cuando la luna llena escucha tus deseos”

Harry se levantó de la cama dejando que sus pies toquen el suelo enfriando su cuerpo, despertandolo, el joven de veintiún años  suspiro, había dormido tan solo cuatro horas, el trabajo con Severus Prince era agotador, pasaban horas en la investigación de todo tipo de ingrediente y futuros problemas con las combinaciones, luego horas de estudio, Severus le había dicho que él sería uno de los más jóvenes con una doble titulación, Severus le prometió que lo ayudaría y lo acompañaría en el proceso, hasta ahora no lo había defraudado, Harry no daba un paso si no era aprobado por el Maestro Prince y eso le brindaba la seguridad a joven de que iba por buen camino. Harry estaba orgulloso de sí mismo, realmente no podía creer cómo había cambiado su vida en tan poco tiempo, hacía solo dos semanas que trabajaba con el mejor pocionista de todo el mundo mágico, había visto el cambio en las miradas de las personas cuando estaba en un lugar, todo el mundo mágico había hablado del hecho de que el pocionista más joven y condecorado, ahora tenía un aprendiz en medimagia y un empleado que lo ayudaba en pociones, las personas se habían vuelto locas adivinando que tenía de especial Harry para ser él el elegido por el Maestro.  El joven de ojos verdes había visto dos días después de su llegada al trabajo, cuando misteriosamente se filtró el hecho de que trabajaba con Severs Prince, como las cartas y los aulladores habían invadido la oficina del hombre mientras él realizaba su lectura sobre los principios básicos de medimagiga, Harry había visto como Severus quemaba cada una de las cartas con una retorcida sonrisa en el rostro, casi parecía disfrutarlo.

Harry entró a la ducha pensando que tenía una hora para llegar a la oficina de su maestro y poder comenzar con las bases de la preparación que harían, estaba emocionado. No podía creer que el hombre lo dejara ser parte de tan grande proyecto. Recordó,  mientras el agua mojaba su cabello, como había sido el primer día que llegó.

Harry había estado emocionado, hiper activo era la expresión adecuada, desde las cinco de la mañana tomando café, debía llegar temprano, ese dia sus dos padres se habían levantado a acompañarlo, pero no habían logrado calmarlo y a las siete de la mañana en punto con su tercera taza de café encima se presento en la puerta del pocionista, de forma casi impaciente golpeó la puerta. Entonces fue abierta por el mismo que lo había contratado, tenía su cabello atado en una cola alta, despejando sus ojos pero también su cuello dándole un aspecto más llamativo y haciéndolo parecer más alto de lo que era. Tenia puesta una camisa blanca de algodón, que resaltabala forma de sus brazos, arremangada hasta los codos y sujeta por una pequeña banda elastica, tenia unos pantalones negros,  estilizados y una mirada sorprendida en los ojos negros.

-

Harry…- dijo mientras recordaba sus buenos modales y lo hacía pasar por la puerta, mientras apoyaba una mano en el hombro a modo de saludo, Harry no se apartó solo sonrio.

-Buenos días señor… Llegué muy temprano?- preguntó por primera vez nervioso

-Pensé que habíamos acordado que me llamaras Severus.. – comento -No sabría decirte si es temprano, no sé qué hora es..- comentó mientras buscaba el reloj de muñeca que se había retirado y comprobó que realmente había perdido la noción del tiempo.

-Pasó toda la noche preparando pociones?- preguntó sorprendido el joven de ojos verdes mientras aceptaba sentarse en la silla frente al escritorio que el hombre había apartado para él.

-Si, así es, la investigación me absorbió más de la cuenta- comentó soltando su cabello para despeinarse y volver a amarrarlo, se había sentado frente al joven que ahora lo miraba asombrado, para Harry el hombre se veía muy bien, demasiado bien, aunque no quería pensar en ello, definitivamente no parecía haber pasado la noche en vela. Severus pareció captar sus pensamientos o quizás su mirada recorriendo al hombre lo había delatado – Con el tiempo tu cuerpo se acostumbra a los horarios extraños y una buena dieta ayuda a no parecer enfermo por a falta de sueño- comentó con una sonrisa torcida al ver el sonrojo en las mejillas del joven al ser descubierto mirando más de la cuenta a su Maestro y empleador.

Harry cerró la llave de agua y  tomo la toalla banca con rayas verdes que estaba colgada a su lado, había un hechizo de secado, pero nunca le había gustado demasiado, la sensación de depender a ese nivel de la magia lo hacia sentir incomodo, aun cuando se había criado en un hogar puramente mágico, había tomado muchas costumbres de su madre al haber pasado de pequeño más tiempo con ella que con su padre, eso, y haber cuidado de su hermana y de su hermano a la manera muggel ya que no podía hacer magia. Hasta sus ocho años, Harry siempre había sido muy allegado a las pociones desde pequeño ayudando a su madre a prepararlas, pero a los ocho años su padre le regaló una varita no rastreable y ahí comenzó la verdadera magia, los hechizos el estudio constante y las pociones más complicadas, esas que estaban ligadas a complicados hechizos. Harry se vistió, había tomado la costumbre y los consejos de su Maestro, ropa cómoda y con la que se pudiera mover con seguridad detrás de un caldero. Pantalones de tela y camisa de algodón, Harry sabía que a él no le quedaba tan bien como a Severus pero le gustaba la tela, había comprado varias luego de tomar prestada una de hombre al ver como la suya se desintegraba por una muy mala combinación de ingredientes.

Harry bajó las escaleras para encontrarse con su madre y el café de la mañana, también para encontrarse con su correspondencia,  tenía una carta de Charlie pidiendo verlo el Sábado en la noche en su departamento para una cena tranquila, tambien tenia lo que curiosamente emocionaba mas a Harry, pero claro él no se paró a pensar en ese detalle, Gringgot le había mandado el catálogo de departamentos, al ser un Potter ya tenía acceso a su fideicomiso y parte de la fortuna que le correspondía como hijo mayor y futuro Heredero Potter, Harry había decidido que se mudaría de la casa familiar para poder tener su espacio personal, así que compraría un departamento con una parte del dinero heredado, el Maestro Severus Prince le había propuesto un sueldo mensual de 700 galeones lo que a un joven solo que comía dos comidas en su trabajo y no tenía que pagar su estudio superior estaba más que bien además obtenía el reconocimiento como cocreador de cualquier poción que creara junto a Severus, era mil veces más de lo que obtendría con cualquier otro Maestro en pociones que se adjudicaría sus trabajos.
Harry sonrió, quería contarle todos los avances a Charile, estaba deseando verlo, aunque Harry notó que su corazón no latía ni tan fuerte ni tan rápido como hacía un tiempo, mientras que perduraba el desagrado por el toque del pelirrojo. El joven de ojos verdes aun no comprendía el porqué pero asumió que como con todos debería acostumbrarse a el tacto de Charlie. Sonrio ante una  delgada linea de pensamiento y tomo lo necesario para enviar una carta

“Sábado en la tarde perfecto! Me ayudas a ver departamentos?”

Dobló el pergamino y se acercó a su lechuza, blanca y orgullosa como era estaba ansiosa por llevar aunque sea una pequeña nota, hacía ya unos días que no hacía ese tipo de ejercicio y parecía muy dispuesta. Harry le regaló una sonrisa cuando ella picoteo amablemente sus dedos antes de tomar la carta y escuchar su destino. Luego de eso Harry se encargó de terminar de prepararse para poder aparecerse directamente en la puerta de la oficina de Severus.

-Buenos días Harry!- exclamó Severus al verlo en la puerta

-Buenos días Severus..- respondió con una sonrisa para luego analizar al hombre – Pasase la noche aquí- declaró sin perder su sonrisa

-He estado revisando algo de información y analizando las últimas reacciones antes de empezar hoy- sonrío al ver cómo el joven podía leerlo incluso más que su propia madre y en muy poco tiempo, solo llevaban dos semanas trabajando juntos

-Te traje café..-Harry le extendió una taza muggel termina que contenía al menos medio litro de café oscuro, tal como al hombre le gustaba.

-Eres muy amable. Gracias-  dijo recibiendo la taza, llevándola a su pecho como de costumbre, tambien recibio  la chaqueta que Harry se quitaba para poder empezar a trabajar

-El sábado puedo salir luego del almuerzo?- pregunto ya que su horario de salida en realidad era a las 17 pm

-Algo importante?- preguntó el hombre mientras se adentraba en el laboratorio, el mayor bebiendo su café

-Voy a ver unos departamentos con un amigo..- comento sin poder evitar sonrojarse, Severus alzo una ceja y le dedico una sonrisa torcida

-Supongo que no pasa nada por que se vaya antes, parece ser algo importante..- dijo mientras disfrutaba de ver como el rojo en las mejillas de Harry aumentaba y el joven murmuraba en orden alfabético ingredientes de pociones para atenuar su vergüenza, algo que causó una sonrisa más pronunciada en el hombre.

Deseo en Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora