Capitulo 2

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"La luna, siempre fue la protectora de aquellos que aman con un corazón puro"

Fue esa semana que nuevamente habían ido a ver a la familia Weasley, todos aprovecharon para comprar el material escolar de los más jóvenes de ambas familias y luego de una larga caminata por el Callejón Diagon, se encontraban almorzando en la Madriguera, en el gran comedor de la familia, el cuál consistía en una gran mesa con bancos de madera a ambos lados, de está forma siempre había espacio para uno más, este día Harry casualmente estaba sentado entre Charlie y Ron, quien estaba hablando ávidamente de su entrenamiento como Auror que estaba pronto al finalizar, Ron era el mejor amigo de Harry desde que tenían uso de razón, habían jugado juntos, estudiado, entrenado, habían dormido en la misma carpa cuando fueron a ver la final de Quidditch, y siempre compartían habitación, sin embargo el pelirrojo no conseguía entender el amor de Harry por las pociones.

-¿Qué tal el último examen Harry? - pregunto Charlie interrumpiendo el discurso de su hermano menor mientras ponía una mano en el hombro del interrogado, provocando de forma inconsciente un huracán en el estomago del joven Harry, huracán que tuvo que controlar a base de repetir mentalmente los más desagradables ingredientes de pociones que conocía, de esta forma podía evitar su sonrojo.

-Bien, ya esta todo hecho, en una semana tendré los resultados...- Sonrió feliz por haber cumplido su objetivo.

-¿Así qué ya estas libre amigo? - comento Ron mientras comía su tercera porción de tarta de manzana casera.

-Si, no más escuela, en cuanto tenga los resultados buscare un trabajo - contesto llevando la taza de té de menta hacia su pecho en busca de calor y confort, era algo que hacía desde pequeño, aunque no sabía muy bien por qué.

-¿Qué harás esta semana? - pregunto Charlie aún con la mano en el hombro de Harry, al joven estudiante se le estaban acabando los desagradables ingredientes de pociones.

-Mamá me pidió que la ayude con unas pociones para la casa... No mucho más - contesto removiéndose en el asiento logrando que la mano de Charlie se separa de su cuerpo, calmando su ansioso corazón.

-Entonces, ¿Te gustaría acompañarme a buscar departamento? -

-¿Te quedas en Londres? - pregunto Ron a su hermano que trabajaba en Rumania domando dragones, pero que nunca estaba por mucho tiempo en su país natal, de su apasionante trabajo eran las cicatrices en los brazos y el color tostado de la piel de Charlie, que contrastaba con la piel blanca casi rosada de sus hermanos.

-Si, conseguí trabajo en Gringotts con los dragones que custodian las bóvedas de máxima seguridad...- le respondió a su hermano para luego mirar a Harry nuevamente - ¿Qué dices Harry? ¿me acompañas? -

-Esta bien- contesto, tratando de forma inútil que su nerviosismo no se note en sus mejillas, ahora si, sonrojadas por la atención del mayor sobre él.

-¡Genial Harry! - dijo abrazándolo por el cuello como hacia cuando eran niños, Harry solo sonrió, preguntándose si esta nueva actitud de Charlie Weasley para con él se debía a la Luna Llena, si ese era el caso, él solo podía sentirse agradecido pues, si había tan solo una posibilidad, él quería tenerla, él quería saber si eso era posible.


Severus Prince entro imponente, alto y serio al salón de la gran mansión familiar Prince, donde su madre lo esperaba para tomar el té de las cinco, el lugar estaba decorado de forma elegante, en colores claros con pequeños toques de verde y azul, demostrando a que casas de Hogwarts pertenecía a la familia ancestral. Severus sonrió dejando su mascara de frialdad tras pasar la puerta, pocas personas habían logrado conocer ese lado del pocionista que siempre parecía estoico, miro con sus ojos oscuros a su madre que se veía radiante por tenerlo en la casa, desde que él se había mudado solo, debía ir todos los viernes a tomar el té sin falta alguna. Su madre siempre le reclamaba que lo extrañaba y está no sería la excepción.

Deseo en Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora